martes, 3 de julio de 2018

ADELFOPOIESIS


La adelfopoiesis ―conocida en latín como fraternitas iurata y ordo ad fratres faciendum― era una ceremonia practicada por varias iglesias cristianas durante la Edad Media e inicios de la Época Moderna en Europa para unir a dos personas del mismo sexo (habitualmente hombres).


Etimología

El término adelfopoiesis (literalmente ‘hacer hermanos’) proviene del griego ἀδελφός (adelfós): "hermano", y ποιῶ (poió): "hacer".

El rito de la adelfopoiesis

La primera noticia moderna que se tiene del rito de la adelfopoiesis (en eslavo pobratimstwo) es de 1914, cuando Pável Florenski​ cita los elementos clave de la liturgia del rito:
  1. los hermanos, que están colocados en la iglesia delante del atril, en el cual se encuentra la cruz y las escrituras; el mayor de los dos se coloca a la derecha, mientras que el más joven se coloca a la izquierda;
  2. se realizan oraciones y letanías que piden que los dos sean unidos en el amor y se les recuerda ejemplos de amistad de la historia de la Iglesia;
  3. se ata a los dos con un cinturón, colocan sus manos sobre los evangelios y se les da a cada uno una vela ardiendo;
  4. se leen los versos de la Primera carta a los corintios 12:27 a 13:8 (discurso de san Pablo sobre el amor) y del Evangelio de Juan 17:18-26 (discurso de Jesucristo sobre la unidad);
  5. se leen más oraciones y letanías como las indicadas en el punto 2;
  6. se lee el Padre nuestro;
  7. los futuros hermanos reciben los regalos santificados de una copa común;
  8. se les conduce alrededor del atril mientras se dan la mano y se canta el siguiente troparion: «Señor, mira desde el cielo y ve»;
  9. intercambian besos;
  10. por último los presentes cantan: «¡Oh, qué bueno, qué dulce habitar los hermanos todos juntos!» (Salmos 133:1).
Una de las oraciones, que se recitan durante la ceremonia, es la siguiente:
Dios todopoderoso, que fuiste antes que el tiempo y serás por todos los tiempos, que se rebajó a visitar a los hombres a través del seno de la Madre de Dios y Virgen María, envía a tu santo ángel a estos tus servidores [nombre] y [nombre], que se amen el uno al otro, así como tus santos apóstoles Pedro y Pablo se amaban, y Andrés y Jacobo, Juan y Tomás, Jacobo, Felipe, Mateo, Simón, Tadeo, Matías y los santos mártires Sergio y Baco, así como Cosme y Damián, no por amor carnal, sino por la fe y el amor del Espíritu Santo, que todos los días de su vida permanezcan en el amor. Por Jesucristo, nuestro señor. Amén

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