domingo, 17 de septiembre de 2017

Fundamentalismo y homofobia


EXTRAIDO DE:http://www.lupaprotestante.com/blog/fundamentalismo-y-homofobia/

POR LUIS RIVERA-PAGÁN


Oigo unas voces confusas
y enigmáticas
que tengo que descifrar…
Dicen que soy un hereje y un blasfemo;
y otros aseguran que he visto la cara de Dios.
León Felipe
En este breve ensayo nos ocuparemos de la manera en que el fundamentalismo cristiano, apoyándose en una lectura monolítica y rígida de las escrituras sagradas canónicas, se convierte en apologista principal del discrimen contra la comunidad LGBTTQ.
Fundamentalismo e intolerancia
El fundamentalismo cristiano nació dentro de la tradición evangélica estadounidense como un rechazo a múltiples cambios culturales que sectores religiosos conservadores catalogaban de secularismo y alejamiento de las normas sociales ordenadas por Dios. Sus puntos de disputa y polémica han sido diversos: las investigaciones históricas críticas de las escrituras sagradas que ponen en duda su inspiración divina, inerrancia e infalibilidad; las interpretaciones metafóricas de ciertos dogmas teológicos (nacimiento virginal de Jesús, su resurrección, su retorno triunfal al cabo de los tiempos); el darwinismo y la teoría de la evolución, que parece afectar la visión de la creación narrada en el Génesis bíblico; la diversificación de las estructuras familiares y de relaciones entre parejas; la apelación al consenso social para regular los códigos jurídicos y las normas éticas comunitarias (Barr, 1978; Marsden, 2006).
Diversos autores protestantes conservadores publicaron entre 1910 y 1915 una serie de tratados bajo el título general de Los fundamentos (The Fundamentals) (Torrey et al., 1994). Esos tratados tuvieron, gracias al apoyo financiero de algunos acaudalados magnates, amplia difusión y generaron polémicas intensas y amargas en el seno de las agrupaciones religiosas y eclesiásticas. De su título – Los fundamentos – nació la designación del movimiento: fundamentalismo. Los fundamentalistas se perciben como guerreros de la fe; cruzados del cristianismo evangélico ortodoxo.
Se trataba de defender los pilares tradicionales de la fe cristiana del temido efecto revisionista de los análisis críticos bíblicos y la teología liberal y modernista. Pero, esos debates teológicos, al interior de las iglesias, se acompañaron pronto de otra preocupación: el preservar y proteger la cultura y civilización cristiana occidental de los supuestos efectos nocivos germinados por la creciente secularización de la sociedad. De ahí, por ejemplo, las fuertes batallas contra las teorías de la evolución de la especie humana, el feminismo y sus reclamos de igualdad para la mujer, incluyendo los derechos reproductivos femeninos y su posible ordenación al ministerio o sacerdocio, y, más recientemente, los reclamos de reconocimiento jurídico y dignidad social de la comunidad LGBTTQ.
Mark Juergensmeyer (2000) detecta, en muchos grupos que reclaman legitimidad religiosa para su intolerancia moral, una pretensión de reactivar el patriarcado heterosexista. En el contexto social liberal de la modernidad tardía, esa postura conduce a una amarga hostilidad contra las señales de lo que esos grupos tildan como “degeneración moral”. La homosexualidad es uno de los blancos de crítica y ataque de integristas y fundamentalistas de distintas tradiciones religiosas: cristianas, judías, islámicas, hindúes. Su retórica ética y su praxis social se impregnan de homofobia. El homoerotismo deja de ser, en esa perspectiva teológica, una conducta protegida por el derecho a la intimidad individual, y se convierte en acción diabólica, en símbolo privilegiado del imperio de Satanás.

domingo, 10 de septiembre de 2017

Las mujeres y la religión



 Juan José Tamayo, secretario general,ha sido el encargado de presentar el Congreso,  de la Juan XXIII “Las mujeres y la religión” y eso lo ha hecho situándolo en el contexto del décimo aniversario este 2017 de la aprobación de la Ley de Igualdad. Diez años en los que se han producido importantes avances en la causa de la igualdad de hombres y mujeres, ha reconocido, pero también importantes retrocesos. 
De entonces para acá se han producido avances, y muy importantes, pero también retrocesos, como demuestran, entre otros fenómenos:
la persistencia de los micro- y macro-machismos;
– el inferior salario de las mujeres por igual trabajo;
– el retroceso en educación para la igualdad;
– la violencia machista, los feminicidios, que este año, a fecha de hoy, alcanzan cuarenta y siete y el año pasado, en todo el mundo, llegaron a sesenta mil.
Estos hechos demuestran que el patriarcado sigue vivo y activo en todos los campos y mantiene su poder opresor sobre las mujeres, las niñas, los niños y los sectores más vulnerables de la sociedad, en complicidad con otros sistemas de dominación: el colonialismo en su verso neocolonial; el capitalismo, en su versión neoliberal; la depredación de la naturaleza en la versión científico técnica de la modernidad; los fundamentalismos sobre todo en su versión más extrema, el terrorismo, ejercido por algunos colectivos de manera blasfema en nombre de Dios.
En materia de igualdad de género las cosas están todavía peor en las instituciones religiosas -sobre todo, en sus dirigentes, la mayoría varones-, que siempre se han llevado mal con las mujeres. Salvo excepciones, en las religiones no se han dado pasos en dirección a la igualdad. Todo lo contrario: se ha producido un estancamiento o, peor aún, un retroceso.
Las religiones, con frecuencia:
– Siguen instaladas en un patriarcado homófobo, basado en la masculinidad sagrada, que margina a las mujeres, a quienes considera inferiores, subalternas, dependientes y no reconoce como sujetos morales ni religiosos.
– Discriminan y excluyen a gais, lesbianas, bisexuales, transexuales, intersexuales, e imponen en sus propias instituciones, pero también en la sociedad, una moral religiosa heteronormativa y defensora de la binariedad sexual;
– Elaboran un discurso androcéntrico y una moral machista, poseen una estructura patriarcal y transmiten una concepción homófoba de las relaciones humanas, en clara oposición a las leyes igualitarias y a la creciente conciencia feminista
.
Inaugurará el Congreso Soledad Murillo, profesora de Sociología de la Universidad de Salamanca, consultora de la ONU e impulsora de la Ley de Igualdad de 2007, quien hará un análisis crítico de la sociedad patriarcal. A continuación abriremos las siguientes líneas de reflexión y análisis:
– Los derechos sexuales y reproductivos y el cuerpo de las mujeres sometido a mercancía a través de los cuerpos de alquiler y de la prostitución.
– La diversidad y la disidencia sexual -LGTBI
– Los movimientos de mujeres en la sociedad que luchan por la conquista de las reivindicaciones feministas, la concientización de género y la denuncia de la discriminación sexista, que suele ir acompañada de otras discriminaciones: por disidencia sexual, clase, cultura, etnia, religión, etc., en diferentes áreas geoculturales: África, América Latina y España.
– Los movimientos de mujeres en las religiones vinculados a los movimientos feministas y al LGTBI, que cuestionan las desigualdades de género en el seno de las instituciones religiosas y reivindican derechos iguales y paridad en los puestos de responsabilidad y de representación. No podíamos analizar dichos movimientos en todas las religiones del mundo. De estos movimientos hemos elegidos tres, correspondientes a otras tantas tradiciones religiosas: catolicismo, islam e iglesia anglicana.
– Cuatro cuestiones teológicas que están en el centro del debate en el seno del cristianismo: las diferentes actitudes ante las identidades sexuales, la teología de la liberación desde la perspectiva de género en América Latina en la perspectiva decolonial; el ministerio eclesial de las mujeres; el patriarcado religioso y el ejercicio del poder en las Iglesias; la urgencia de una espiritualidad política.
Los temas serán tratados desde diferentes disciplinas: ciencias sociales y políticas, filosofía, teología, teoría feminista, ética, pero no en abstracto, sino articulando reflexión y activismo -ambos inseparables, – y vinculándolos con las prácticas de emancipación y los movimientos sociales. Es, por tanto, un Congreso abierto a todas las personas y colectivos interesados en la propuesta del paradigma de igualdad de género en la sociedad y en las religiones.
El tema nos afecta a todas y a todos. Por eso, todas y todos estamos llamados a participar en este Congreso y a construir Otras Religiones Posibles igualitarias, paritarias, fraterno-sororales en sintonía con el lema de los Foros Sociales Mundiales: Otro Mundo es Posible.

domingo, 3 de septiembre de 2017

PROFESORA Y PASTORA TRANS


“Jesucristo fue el primer trans”
Salvador fue la primera transexual que adoptó un niño en Brasil y será la primera reverenda de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana (ICM) en América Latina.
Afirma que todas las formas de expresión sexual son “dones” dados por Dios a sus hijos e hijas.
Alexya Salvador es una maestra trans de 36 años que da clases en una escuela del municipio de Mairipora, Sao Paulo, en Brasil. Su forma de reír, de hablar y de dar las clases es completamente diferente a la de los demás. Se la conoce por ser una de las mejores y más estrictas profesoras del colegio sin embargo no todo ha sido fácil para ella.  Pero, no solo su personalidad, sino su físico, pues Alexya es la única maestra transexual que la mayoría de los adolescentes ha tenido. No solo enseña portugués, inglés y a escribir correctamente, sino que también enseña sobre la diversidad.
Todo comenzó el año 2012, cuando aún no había dado el paso de su transición. En ese momento ella trabajaba para otra escuela y decidió que tenía que alejarse de todo, por lo que  pidió un permiso de 15 días para poder darse un tiempo y encontrar quien verdaderamente es. En ese momento fue cuando inicio su transición y nació Alexya Salvador y cuando regresó se volvió a presentar ante los estudiantes decidió que tenía que alejarse de todo y pidió permiso en la escuela .ara cuando regreso a dar clases pidió a sus alumnos que se refirieran a ella en femenino y aunque la mayoría de los niños lo tomó bien, algunos otros mostraron rechazó hacia ella. “Profesora, para mí siempre será un hombre”, le dijo un joven.
“Vi que él estaba nervioso y le dije: Habla, vivimos en una democracia, te escucho. No le impuse nada. Solo lo invité a la reflexión y le dije: Si aun después de todo lo que te he mostrado ves a un hombre vestido de mujer y respetas a ese hombre vestido de mujer, está muy bien. Eres libre de estar de acuerdo o no, pero debes respetar”, cuenta. Desde aquella experiencia Alexya Salvador se dio cuenta que aparte de ser una maestra que enseña matemáticas y español también tenía que educar a los niños a tener mentes más abiertas y a respetar la diversidad sexual.
Para Alexya Salvador, hablar sobre la identidad hace que los niños sean más tolerantes, además debatir los ayuda a tener argumentos de peso. “Dejo que traigan sus realidades. Porque los niños quieren ser escuchados. Muchos de ellos no tienen un padre y una madre que se siente a hablarles”. Asimismo, advierte que los niños no nacen con prejuicios sino que los mismos adultos les enseñan a juzgar. Un buen ejemplo que tiene es cuando en una escuela en la que trabajaba, el director quería seguir llamándola Alexander, el personal la miraba mal y hasta los padres de sus alumnos la atacaban.
“Los adultos son los más complicados. Los menores son siempre los más abiertos al diálogo”, dice con respecto a que los jóvenes aún pueden salvar las ideología y crecer en un mundo mejor. “¿Cómo una madre puede venir a pelear porque le hablé a su hijo de que tiene que ayudar con las tareas del hogar? Hablar de género no es sobre el sexo, es discutir sobre la condición humana”, advierte.
A pesar de que la mayoría de padres y colegas prefieren que no hable sobre esos temas, los adolescentes y niños prefieren que lo haga. Larissa Oliveira, una de sus estudiantes de 12 años, siente que ha cambiado positivamente desde que Alexya llegó.  “A mí, por ejemplo, me gusta jugar con la pelota y los chicos decían que yo era lesbiana. Pero la profesora de inmediato explicó las cosas, dijo que el fútbol no es sólo para los hombres, que no hay que elegir entre qué es correcto para hombres o mujeres”. “Nos enseñó mucho acerca de los prejuicios, del sexismo y otras cosas. Es una persona maravillosa, me encanta su pasión”, concluye Oliveira.
La profesora se volvió en la confidente de varios estudiantes. Ella recuerda a uno en especial que la llamó para pedirle un consejo, pues era gay y su familia era religiosa. Sus padres prohibieron la entrada de un primo a la casa desde que se enteraron que era homosexual. “Mientras él lloraba, lo único que podía decirle era que no era una aberración, sino un niño hermoso y sano. No quería darle un consejo para que mañana dijera ‘hice lo que me dijo y ahora estoy en la calle, mi padre me golpeó‘. Le dije que iba a llegar el momento adecuado. Le aconsejé que estudiara mucho para un día ser independiente y vivir su vida”, aseguró Alexya.
Cuando abrazó al adolescente, se vio a ella misma, cuando estaba en la escuela, llorando en el parqueadero porque sus compañeros la golpeaban por ser diferente. Veinte años atrás un profesor le había dicho que si no quería ser molestado mejor se quedaba callado, sin embargo, hoy en día es una defensora de los derechos LGBTI.Ahora, como mujer, no solo es profesora, también es pastora auxiliar en la Iglesia de la Comunidad Metropolitana (ICM), un grupo cristiano que acepta a la comunidad LGBTI, y madre de dos niños que adoptó, Gabriel y Ana María, quienes son hijos de su esposo Roberto.
Pero Alexya Salvador, quien dice ser “la primera pastora transgénero de América Latina”,  afirma que “Jesucristo fue el primer hombre trans”. “Te explico. Nosotros aprendemos desde el Génesis que existe la Santa Trinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Dios, por tanto, mandó a su Hijo para la tierra. Jesús, el Hijo, tenía el género divino ¿correcto? Entonces, cuando descendió para la tierra pasó a tener el género humano”. Y concluye: “Entonces, ¿si Jesús puede ‘transicionarse’, por qué yo no podría?”
La polémica afirmación es una entre muchas que pueden extraerse de sus declaraciones en la entrevista publicada el pasado 29 de junio por la edición brasileña de la revista digital Vice.
Aleksya pertenece a la  Iglesia de la Comunidad Metropolitana (ICM), posee allí el título de diaconisa y se prepara para en breve ser ordenada reverenda. Es uno de los principales pastores de esta comunidad en la ciudad de São Paulo, donde cuentan con decenas de fieles, la mayoría homosexuales.
La Iglesia de la Comunidad Metropolitana fue fundada en 1968, en la ciudad de Los Ángeles, por Troy Perry, homosexual y activista. Desde el inicio este grupo religioso se presentó como evangélico liberal y orientado a la comunidad LGBT. “En la ICM nos atrevemos a decir que Dios es mujer. Porque esa parte masculina de Dios es muy fea. Nosotros creemos que Dios es Madre, es amor”, dice.
En un video de 11 minutos y 22 segundos divulgado recientemente en las redes sociales con motivo de celebrar el día de la visibilidad trans, el 21 de marzo, Alexia Salvador profundiza en esta perspectiva.
Alta, morena, de cabello negro, largo y liso, y con ropa negra y clergyman, indica que “la sexualidad es un don divino que no puede ser visto como una maldición independientemente de la forma en que se manifieste”. Subraya que la homosexualidad, la bisexualidad, la heterosexualidad, la ‘transgéneridad’ y todas las formas de expresión de la sexualidad son dones que Dios concede a sus hijos e hijas.
Según ella, en el Antiguo Testamento se nos presenta a un “Dios hombre, macho, que está sentado en el Trono castigando a quien no cumple sus designios, un ‘dios homérico’ que hace que las cosas acontezcan”. Pero “luego viene Jesucristo y en el Nuevo Testamento vamos a ver que Dios es amor, aquel Dios que en el Antiguo Testamento es sólo hombre, va abrirse, va a permitirse conocer a través de Jesucristo”.“Dios no tiene género, puede ser hombre o una mujer, o no ser nada. Dios puede ser travestí, transgénero, puede ser una drag-queen o un crossdresser, Dios puede ser gay o lesbiana. Una diosa… Yo estoy segura de  que Dios es transgénero”, afirma.
Utilizando algunos párrafos bíblicos expone que la frase “Yo Soy”, dicha por Dios a Moisés para revelarse, hace eco hoy y siempre en todos sus hijos. “Yo como pastora transgénero me reconozco en esas palabras”“En diversos momentos del Evangelio Jesus dice: ‘quien me ve a mi, ve a mi Padre, mi Padre y yo somos una sola cosa’, por eso, también yo y Dios somos uno, si yo soy una mujer transgénero Dios es también transgénero”, asegura.
Según Alexya Salvador su voz es una voz profética que defiende “la causa trans” que es la “causa de la diversidad sexual”. En esa autoafirmación, como voz “profética”, tiene un sabor a teología de la liberación que él mismo confirma: fue seminarista católico. Abandonó el seminario porque no deseaba “causar escándalo entre los fieles una vez ordenado”.
Realizó el curso de filosofía en la Pontificia Universidad Católica de Campinas donde conoció a fondo la “teología de la liberación” y fue gracias a ella que consiguió “libertarse”. Se encontró con la “verdad” de que Jesús no había fundado en realidad ninguna Iglesia sino una comunidad de creyentes. Abandonó la Iglesia Católica y después de un largo caminar encontró la ICM.“Soy fruto de la teología de la liberación” afirma categórica. “Tenemos una función esencial por el pobre y el marginalizado, el pueblo indígena, negro, por las mujeres, por todos aquellos que son minorías”. Advierte que ese es “el foco de la militancia”. Y añade que si el “socialismo no anda de manos dadas con el cristianismo, quedaría con mucho a deber”.
Alexya está casada con Roberto Salvador Junior, homosexual. Se unieron cuando Alexya aún no se presentaba como mujer trans. El sistema legal brasileño les permitió recientemente que adoptaran a dos niños: Gabriel, de 11, y Ana Maria, de 9. Gabriel tiene necesidades especiales yAna Maria en realidad es una niña trans.
Fuente  Vice/Aldía.co/Chueca.com

ABUELO GAY


Nunca es tarde para abrir el corazón hacia nuestro verdadero yo. Así lo demostró Roman Blank, un abuelo que a los 95 años confesó su homosexualidad.
“Hay ciertas cosas que quiero que el mundo sepa”, le dijo Roman al activista gay Davey Wavey, en una entrevista que puede verse en el canal de Youtube de Davey como parte del documental On my way out.
Roman confesó que es homosexual desde los 5 años, aunque decidió guardar el secreto y tener una familia convencional con matrimonio de 67 años, dos hijos, cinco nietos y un bisnieto.
En la entrevista Roman cuenta además que su esposa Ruth Blank se enteró de su orientación sexual tras el nacimiento de su segundo hijo. Davey también aprovechó para preguntarle sobre sus intereses amorosos, a lo que Roman contestó:
“Realmente no necesito ya una conexión física o mental. Pero la quiero. Querer ir a dormir y tener a alguien a mi lado, no por cualquier otra cosa que estar seguro de que a alguien le importo. No miro una cara, veo el corazón. Alguien con el que me pueda apoyar, alguien que sienta el latir del corazón. Nadie puede hacer eso a menos que tú la dejes”.
Roman aseguró sentirse orgulloso de por fin haber abierto las puertas de su clóset a pesar de su edad.Otra emotiva historia conocida de un hombre que vivió toda su vida acatando los valores familiares tradicionales, a pesar de su verdadera identidad sexual, fue el abuelo de la cantante Demi Lovato.
Fue durante la ceremonia de entrega de los premios Traiblazers que Demi confesó su experiencia familiar: “Nunca he hablado de esto antes pero mi abuelo fue un pionero al asumir su homosexualidad en plena década de los sesenta, y creo que gran parte de mi espíritu lo heredé de él”.
La cantante contó además que su abuelo falleció apenas unos años después de aceptar su homosexualidad. Tal vez sea esa la razón por la cual la ex chica Disney esté tan comprometida con la comunidad LGBTI.
Fuente Chueca.com

LA IGLESIA QUE HIERE


“Con frecuencia la Iglesia nos hiere en lo más vivo. Las personas con autoridad religiosa nos hieren a menudo con sus palabras, o actitudes y exigencias. Precisamente porque nuestra religión nos pone frente a cuestiones relativas a la vida y a la muerte, nuestra sensibilidad religiosa puede sentirse herida con extrema facilidad. Los ministros y los sacerdotes raramente se dan perfecta cuenta de cómo una observación crítica, un gesto de rechazo, una muestra de impaciencia pueden ser recordados de por vida por aquellos a quienes fueron dirigidas.
Es tal la necesidad de dar un sentido a la vida, de confortación, de dar consuelo, de perdón y reconciliación, de restablecimiento y salud, que a cualquiera que tenga un poco de autoridad en la Iglesia se le debería recordar de forma permanente que la mejor palabra para caracterizar a la autoridad religiosa es la palabra compasión.
Mantengamos nuestra mirada en Jesús, cuya autoridad se expresa en la compasión.”
*
Henri Nouwen

Reseña para "LA FLOR INVERTIDA" - Puntuación: 🌟🌟🌟🌟🌟 5/5

Opinión: Las letras del autor las conocí por su libro "Equipaje Ancestral" que tuve la suerte de ganarlo en un sorteo que realizo,...