miércoles, 31 de octubre de 2018

Escapar del literalismo bíblico - John Shelby SPONG


Durante la mayor parte de los dos mil años de historia transcurridos desde el nacimiento de nuestro Señor, la Iglesia cristiana ha participado en la opresión de las mujeres y la ha apoyado. Esa opresión ha sido tanto abierta como encubierta, consciente e inconsciente. Ha surgido fundamentalmente a través de la habilidad de la Iglesia para definir a una mujer en el nombre de Dios, y para atenerse a esa definición. Eso se ha fundamentado en una comprensión literal de las Sagradas Escrituras, consideradas como la palabra infalible de Dios y producidas en una era patriarcal.

La jerarquía eclesial masculina ha vinculado tan profunda y poco críticamente el patriarcado y Dios al género, que los hombres han comprendido muy poco en qué medida se ha utilizado esta alianza en detrimento de todas las mujeres. En un sentido único e intrigante, las partes de la Biblia que más han fomentado esta actitud negativa han sido las narraciones de Mateo y Lucas sobre la natividad del Señor. Esas historias contribuyeron en una medida mucho mayor de la que suele admitirse al desarrollo del estereotipo eclesial sobre la mujer ideal, en comparación con el cual se juzga a todas las mujeres. El poder que tienen esas narraciones sobre las mujeres radica en sus ilusiones sutiles y en su imaginería romántica. Se pueden descubrir y descartar con rapidez aquellos pasajes bíblicos que contienen prejuicios evidentes contra las mujeres. Pero las definiciones sutiles e inconscientes y las pautas tradicionales no desafiadas se resisten a una supresión tan sencilla. Así es como, a través de estos pasajes de las Sagradas Escrituras, la imagen de una mujer conocida como «la virgen» ha encontrado una vía de entrada hacia el corazón de la historia cristiana y, a partir de esa posición, ha ejercido una influencia considerable. 

Cada año, durante la Navidad, se la saca de la iglesia y se la coloca en una posición de honor público durante aproximadamente dos semanas. Se la viste de color azul pálido, se la representa con una actitud recatada, con los ojos bajos, y se la define con términos de pureza virginal. En la historia occidental, ninguna otra figura femenina rivaliza con ella en cuanto al establecimiento de normas estándar. Puesto que se la conoce como «la virgen», ha contribuido de modo importante a esa pauta peculiarmente cristiana de ver a las mujeres, sobre todo, en términos de función sexual. Las mujeres pueden negar su sexualidad convirtiéndose en monjas vírgenes, o bien pueden satisfacerla convirtiéndose en madres prolíficas. Pero, en ambos casos, no se las define primero como personas y luego como seres sexuales, sino primero y principal como seres femeninos cuya sexualidad determina su identidad.

Desde mi punto de vista, eso significa que la Biblia tomada al pie de la letra, en general, y las narraciones de la natividad, en particular, que enfocan la atención sobre la persona de la virgen, son culpables de aumentar e instigar el prejuicio sexista que continúa existiendo y distorsionando la vida de las mujeres, incluso en una época tan tardía de la historia como estos últimos años del siglo XX. 

Deseo desafiar pública y vigorosamente esta visión tanto de la Biblia y de la tradición de la virgen, como de las imágenes sexuales que se congregan alrededor de las historias de la natividad de Jesús. Pero deseo hacerlo específicamente como cristiano, y como alguien que aprecia las Escrituras como un verdadero tesoro. Esa tarea representa para mí la voluntad de caminar sobre el filo de la navaja de la fe. Tengo la intención de utilizar la Biblia como aliado en el esfuerzo por terminar con la opresión de las mujeres. También tengo la intención de celebrar cada año la Navidad utilizando las lecturas y símbolos tradicionales de ese período, aunque trataré de liberar esa tradición del nacimiento de todo su literalismo destructor. 

No creo que María fuera literalmente una virgen, en ningún sentido biológico. No creo que a los hombres y mujeres contemporáneos se les pueda presentar con credibilidad a alguien a quien se conoce como una madre virgen, calificándola como una mujer ideal. No creo que la historia de la virginidad de María haya realzado la imagen de la madre de Jesús. Antes al contrario, estoy convencido de que la historia ha desvirtuado la humanidad de María, y se ha convertido en un arma en manos de aquellos cuyos prejuicios patriarcales distorsionan la humanidad de todos, en general, y de las mujeres en particular. Pero antes de examinar específicamente las narraciones de la natividad, será necesario contemplar brevemente la Biblia como un todo. 

Me extraña mucho que, teniendo en cuenta la revolución que se ha producido en al ámbito de los conocimientos durante los últimos seiscientos años, todavía pueda haber alguien capaz de considerar la Biblia como la palabra dictada por Dios, eterna y sin error. Lo cierto, sin embargo, es que esa afirmación sigue haciéndose con un poder efectivo y que todavía encuentra un campo fértil en los corazones de muchos que se consideran como simples creyentes. Es a ese público al que los evangelistas de la televisión dirigen su llamada. Estos «predicadores electrónicos de la palabra» ofrecen a sus legiones de seguidores una seguridad bíblica, una certidumbre en la fe, e incluso una superioridad en cuanto a su propio sentido de la salvación. Quienes les apoyan ofrecen a su vez a los evangelistas un séquito capaz de transformarse en poder político y en enormes recursos financieros. Pero la historia ha puesto de manifiesto que ni el poder político ni los recursos financieros se utilizan de una forma responsable. 

En años recientes se me ha ofrecido la oportunidad de participar en debates televisados sobre la Biblia con dos de los evangelistas más conocidos de Estados Unidos. Yo represento para ellos algo así como un estudio interesante, pues me desarrollé como fundamentalista bíblico y tuve la satisfacción de convertir la Biblia en una parte de mi ser. Desde que tenía doce años, cada día he leído algo de ese maravilloso libro. El notable detalle biográfico de mi viaje espiritual consistió en que, aun cuando dejé de ser fundamentalista, no dejé por ello de amar la Biblia, que continúa siendo el foco fundamental de mi estudio. En consecuencia, soy un fenómeno extraño, al menos en los ámbitos cristianos de Estados Unidos. Se me conoce como un teólogo liberal. Y, sin embargo, me atrevo a considerarme como un creyente de la Biblia, como un cristiano basado en la Biblia. Para muchos, tal combinación es una contradicción intrínseca.

Cuando oigo a un personaje público sugerir que la Biblia significa lo que dice con exactitud literal, me extraño tanto que tengo que hacer un esfuerzo por recordar que ya han transcurrido siete décadas desde el famoso juicio del señor Scopes, en Tennessee. Aquel juicio no sólo captó la atención del país, sino que también encontró culpable a un joven profesor de ciencia de la escuela superior por exponer el tema de la evolución en su clase, en abierto desafío a la verdad de las Sagradas Escrituras. Y, en la década de los años veinte, esa actividad se consideraba un delito en Tennessee. En el juicio, Clarence Darrow se mostró brillante a la hora de interrogar a William Jennings Bryan, y redujo a su oponente a una ineptitud de charlatán al plantearle preguntas bíblicas como: «¿De dónde obtuvo Caín a su esposa?», y: «¿Fue realmente posible para un ser humano llamado Jonás el vivir durante tres días y tres noches en el vientre de una ballena?». 

fundamentalismo cristiano-El PRESENTE


Algunos de los gobernantes de hoy, también asumen posición acerca del ejercicio del poder y su relación con Dios, consideran que de ninguna manera se puede excluir a Dios del manejo de los hombres, y todo porque hacen una relación de necesidad entre ellos y él, en todo lo que sea político y además, porque piensan que los gobernantes le deben rendir cuentas de su obrar al ser divino que "alumbre" sus existencias y sus decisiones de gobierno. Los gobernantes de hoy no pueden negarse a aceptar que Dios ha estado y debe estar en el camino de la política, como parte trascendental de la espiritualidad humana - y pienso que como necesidad existencial-. A partir de lo anterior el mundo de hoy presenta algunas características específicas de gobierno a partir de lo divino. Mi pregunta primordial es esta: ¿No hay una mejor manera de interactuar con el mundo? Hoy hay cientos de millones de cristianos, cientos de millones de musulmanes y millones de personas que siguen las enseñanzas de Moisés. Todas las religiones divinas comparten y respetan la palabra "monoteísmo" o creen en un solo Dios y no otro en el mundo... Nosotros creemos que el retorno a las enseñanzas de los divinos profetas es el único camino hacia la salvación. Me han dicho que su excelencia sigue las enseñanzas de Jesús y cree en la divina promesa de la soberanía de las personas rectas en la tierra.

Nosotros también creemos que Jesucristo fue uno de los grandes profetas del Todopoderoso. Él es alabado (sic) constantemente en el Corán. Jesús ha sido citado en el Corán también; [19,36] y seguramente Alá es mi Señor y su Señor, por esto le sirve, ese es el camino correcto.

Servicio y obediencia al Todopoderoso es el credo de todos los divinos mensajeros.

El dios de todas las personas en Europa, Asia, África, América, el pacífico y el resto del mundo es uno. Él es el Todopoderoso que quiere guiar y dar dignidad a todos sus siervos. Él le ha dado la grandeza a los humanos...
Vendrá el día en que todos los humanos se congregarán ante la Corte del Todopoderoso, entonces sus actos serán examinados. Los buenos se dirigirán al cielo y los malhechores (recibirán) su justo castigo. Yo creo que ambos creemos en este día pero no será fácil calcular las acciones de los mandatarios, porque nosotros seremos interrogados por nuestras naciones y por todos aquellos cuyas vidas han sido afectadas directa o indirectamente por nuestras acciones...
La Historia nos dice que los gobiernos represivos y crueles no sobreviven. Dios le ha confiado el destino de los hombres a ellos. El Todopoderoso no ha dejado al universo y a la humanidad a su propia voluntad. Han ocurrido muchas cosas contrarias a los deseos y planes de los gobiernos. Esto nos dice que hay un poder más alto y todos los eventos están determinados por Él...
El liberalismo y el estilo democrático no han sido capaces de cumplir los ideales de la humanidad. Hoy esos dos conceptos han fallado. Aquellos que entienden ya pueden oír los sonidos del rompimiento y la caída de la ideología y los pensamientos de los sistemas democráticos occidentales.
De manera creciente vemos que la gente alrededor del mundo se está congregando hacia el punto focal que es el Dios Todopoderoso. Indudablemente, a través de la fe en Dios y las enseñanzas de los profetas, la gente superará sus problemas.

Indudablemente hay un nuevo escenario en la vida de los hombres de hoy: Tal vez no exista unanimidad para aceptar que ese reverdecer de la fe, de lo religioso, sea el producto de los dirigentes políticos de los hombres, pero lo que si esta claro es que ese nuevo nacer existe y esta tocando las puertas de lo político; tal vez, como coyuntura cíclica de una etapa cronológica que le tocaba y que esta ahí, en los destino de los pueblos, en las relaciones de los estados y en toda la comunidad internacional.
Sumado a lo anterior, también se esta presentado el natural agotamiento que padecen ciertas potencias en la toma de decisiones de todos los pueblos del mundo y paralelamente esta resurgiendo el pasado, con unas ganas de ser presente y con ello restablecer los iconos, los símbolos y mitos que en otrora los hicieron importantes a otros pueblos.
También, tal desgaste puede ser porque, ya no se ofrece nada, ya lo material, lo externo se agotó y ya no impresiona, ni genera felicidad en los hombres. "El mundo occidental sale al encuentro de otras culturas, que deben su perfil a la marca de una de las grandes religiones del mundo, únicamente con el excitante y banalizador carácter irresistible de una cultura de bienes de consumo niveladora desde el punto de vista materialista. Aceptémoslo: Occidente se presenta de hecho en una forma despojada de normatividad mientras con los Derechos Humanos no tenga en la mira mucho más de lo que tiene en la mira con la exportación de libertades de mercado y mientras deje que en la propia casa de la división de trabajo neoconservadora se ande libremente entre el fundamentalismo religioso y la vacía secularización."
El análisis en el que estamos debe continuar, en que se debe seguir sopesando la cruda realidad: Razón VS fe. La necesidad de que coexistan la razón y la fe en un mundo donde ninguno de ellos esta lo suficientemente dotada o ser tan poderosa como para solucionar las peticiones o necesidades humanas, "el logos racional no puede responder a los problemas inherentes al espíritu, que están más allá de los alcances de la indagación empiríca. Frente a los horrores genocidas de nuestro tiempo, la razón no tiene nada que decir.
En consecuencia, hay un vacío espiritual en la cultura moderna que los pueblos Occidentales comenzaron a percibir en una etapa preliminar de su revolución científica . Pascal retrocedió espantado ante el vacío del cosmos; Descartes veía al hombre como el único ser viviente de un universo inerte; Hobbes imaginaba que Dios se había retirado del mundo y Nietzsche declaró que había muerto: La humanidad se había desorientado y estaba avanzando hacia una nada infinita".
Algunos pensadores creyeron que esto era lo ideal, se vanagloriaron de ello y consideraron que era un gran triunfo de la humanidad; pero se equivocaron por algo sencillo: porque no propusieron nada y sin embargo creyeron que la razón lo solucionaba todo o no había necesidad de nada, el resultado fue un gran vacío, es lo que la autora reseñada enseña se dio una forma de caos, de nada infinita. Se sobre dimensionó al hombre, por ejemplo al considerarlo el centro de todas las cosas: Los hombres son la medida de todas las cosas o el hombre es solo razón pura. Esto no significa ni más ni menos, que la racionalidad, también intento construir sus propios mitos, como por ejemplo "el mito liberal de que la humanidad está progresando hacia un Estado mas racional y tolerante", son expresiones de que los no límites de la razón pueden hacer de ésta mas dañina o perversa que los que se han cometido en la historia por la fe.
Pero el hombre podía aceptar no creer en Dios, pero lo que no podía dejar, ni permitir, era no creer. Según los hechos y las realidades sociales, es claro que el hombre quería tener una religión, su religión y con ella nuevas formas de fe. "El fundamentales es sólo uno de estos modernos experimentos religiosos y, como hemos visto, ha disfrutado de cierto éxito al reintroducir la religión en el mundo, pero a menudo ha perdido de vista algunos de los valores más sagrados de las religiones confesionales. Los fundamentalistas han convertido el mythos de su religión en un logos al insistir en que sus dogmas son científicamente válidos o transformar su compleja mitología en una ideología modernizada. De esta manera, han fusionado dos fuentes y estilos complementarios de conocimiento que los pueblos en el mundo premoderno habían decidido mantener separados. La experiencia fundamentalista muestra la verdad de este discernimiento conservador. Al insistir en que las verdades del cristianismo son fácticas y científicamente demostrables, el fundamentalismo protestante ha creado una caricatura de la religión y la ciencia. Los fundamentalistas judíos y musulmanes que han presentado su fe de una manera sistemática y razonada, para competir con otras ideologías seculares, también han tergiversado su tradición reduciéndola a un único objetivo mediante un proceso de selección despiadada. Como resultado todos los fundamentalismos han desechado las doctrinas más tolerantes, integradoras, y compasivas y han desarrollado teologías de odio, resentimiento y venganza. En ocasiones, esto ha conducido a una pequeña minoría a pervertir la religión y usarla para legitimar el asesinato. Pero la mayoría de los fundamentalistas, que se oponen a estos actos de terror, suelen usar la condena y la discriminación con aquellos que no comparten sus ideas."
Siguiendo a la profesora Armstrong, se tiene que frente a una posible solución de los fundamentalismos, lo primero que se debe entender es que la práctica fundamentalista no va a desaparecer, mientras las elites seculares y liberales no asuman debidamente el problema:
Es evidente que la represión y la coerción no son la respuesta. Ante una violencia la respuesta, siempre será la violencia y ello hace mas intransigentes a los fundamentalistas o militantes. Para la profesora citada El fundamentalismo es una fe defensiva; se anticipa a la aniquilación inminente, siempre están dispuestos a defenderse y a contrarrestar cualquier ataque o conspiración contra sus intereses. Igualmente piensa H. Küng cunado sostiene que los fundamentalistas, ante pretenden es defender su concepción de Dios, de la Biblia y de su Religión "La característica teológica principal del fundamentalismo religioso moderno", dice el editor del hasta ahora más ambicioso proyecto de investigación sobre el fundamentalismo, Martin E. Marty, luterano y profesor en la Universidad de Chicago, "consiste en su carácter de oposición (oppositionalism).
Obligado así a la defensiva, el fundamentalismo se muestra más protestante que los protestantes: protesta no solo contra Roma y el papismo, el liberalismo y el secularismo. La situación se agravó sobre todo en Estados Unidos. Algunos fundamentalistas (por ejemplo, un Billy Sunday) acusan de herejía a los liberales en los años veinte de este siglo, y éstos (por ejemplo B.H.E. Fosdick) acusan a los fundametalistas de falsificar el cristianismo. Pero ahí se llega a un muy notable renversement des alliances, lo que confirma una vez más que les extremes se touchent, que los extremos se tocan". En sentido contrario piensa Jürgen Habermas para quién, son los no fundamentalistas los que tienen todo el derecho a ejercer el acto de defensa, "(ante el riesgo terrorista) Eso pone a una nación amenazada, que solo puede reaccionar a tales riesgos indeterminados con medios de poder organizado estatalmente, en la penosa situación de reaccionar posiblemente de modo desproporcionado, sin poder saber, de acuerdo con el insuficiente estado de las informaciones del servicio secreto, si está reaccionando desproporcionadamente. Por eso el Estado corre el peligro de quedar en ridículo debido a la demostración de la inadecuación de sus medios, y esto internamente, a causa de una militarización de las medidas de seguridad que amenaza el Estado de derecho, como en el ámbito externo por cuenta de la movilización de un superpoder tecnológico-militar igualmente desproporcionado e ineficaz". Como puede verse estamos ante el núcleo del sin sentido: los fundamentalistas y sus teóricos creen que ellos son los atacados y los otros los atacantes y para los no fundamentalistas, son ellos los atacados y por ende son los fundamentalistas los agresores ¿será posible salir de este atolladero de intereses de poder y de dominación? Absolutamente estoy seguro que racionalmente no existirá acuerdo posible, ni entendimiento racional posible y por ello, nos debemos a prestar a continuar presenciando justificaciones para los ataques militare por doquier y a la vez la justificación teórica que se "nos estamos defendiendo". Estamos en unos de los pantaneros de la historia, Y solo el más fuerte militarmente saldrá victorioso. Se reviven las cruzadas medievales.
También es contraproducente el utilizar o explotar el fundamentalismo con fines seculares y pragmáticos. Se debe considera que los fundamentalismos de hoy no son del pasado, son de hoy (modernos) "los fundamentalistas protestantes leen la Biblia de una manera literal y racional que es muy diferente de la lectura mística y alegórica de la espiritualidad premoderna. La teoría del vilayat al-faqih de Jomeini fue una doctrina revolucionaria y asombrosa que rompía con siglos de tradición shií. Los pensadores musulmanes predicaron una Teología de la liberación y produjeron una ideología que estaba en consonancia con los otros movimientos tercermundistas de su época"
Tampoco se ha reconocido lo que es evidente, es que los fundamentalistas lo que buscan o pregonan es encontrar nuevamente la manera de creer. Por eso el fundamentalismo posee un condimento revolucionario en tanto es una rebelión contra la hegemonía del laicismo. Fue una manera de insertar a Dios dentro del mundo político del que había sido excluido. Los fundamentalistas han rechazado, de diferentes maneras, las separaciones de la modernidad (entre Iglesia y Estado, entre lo secular y lo profano) e intentaron restablecer una integridad perdida. Los sionistas religiosos "se rebelaron contra la rebelión" de los sionistas laicos, que habían declarado su independencia de la religión. Querían tener mayor contacto con Dios..."
Es que esta realidad ha llevado a que nos coloquemos desde punto opuestos y no nos hemos permitido dirigir la mirada a ambos extremos entre la razón y la fe. No hemos entendido que desde siempre "A veces los laicistas y los fundamentalistas parecen atrapados en una espiral de hostilidad y recriminación. Si bien los fundamentalistas deben desarrollar una visión más compasiva de sus enemigos para ser fieles a sus tradiciones religiosas, los laicistas también necesitan ser más fieles a la benevolencia, la tolerancia y el respeto por la humanidad que caracterizan a la cultura moderna o abordar de una manera más comprensiva los temores, las angustias y necesidades que experimentan los fundamentalistas y que ninguna sociedad puede dejar de lado sin riesgo".
Es claro que hay un antagonismo de fondo entre dos polos opuestos "la sociedad mundial está escindida en países ganadores, en países que disfrutan, y en países perdedores. Para el mundo árabe los Estados Unidos son la fuerza motriz de la modernización capitalista. Con su insuperable ventaja en el desarrollo, su aplastante superioridad tecnológica, económica y político-militar, los Estados Unidos constituyen al mismo tiempo una afrenta para la propia autoestima y un modelo que se admira secretamente. El mundo occidental sirve en su conjunto de chivo expiatorio para las propias experiencias, muy reales, de pérdida que sufre una población arrancada de sus tradiciones culturales en el curso de procesos de modernización radicalmente acelerados. Lo que en Europa, en circunstancias más favorables, pudo ser de todas maneras experimentado como un proceso de destrucción creativa, no ofrece en otros países la perspectiva de una compensación experimentable, de una compensación que pueda redimir, en la distancia de generaciones, por el dolor de la desintegración de las formas de vida acostumbradas."
De todo lo expuesto es donde no se puede dejar de lado la propuesta del papa Benedicto XVI en torno a buscar la unión entre fe y razón, de tal manera que se puedan hacer compatibles las esferas del hombre como ser: materia y espíritu.
Seguir negando esta yunta vital, es continuar con el espiral de destrucción humana; y de seguir con la vida en el vacío en que ha desembocado el hombre moderno "La ética investigación científica como ha aludido usted, rector magnifico, debe implicar una voluntad de obediencia a la verdad y, por lo tanto, debe ser expresión de una actitud que forma parte de las decisiones esenciales del espíritu cristiano. Por consiguiente, nuestra intención no es retirarnos o hacer una crítica negativa, sino ampliar nuestro concepto de razón y de su uso. Porque, mientras nos alegramos por las nuevas posibilidades abiertas a la humanidad, también vemos los peligros que emergen de estas posibilidades y debemos preguntarnos cómo evitarlos. Sólo lo lograremos si la razón y la fe se vuelven a encontrar unidos de un modo nuevo, si superamos la limitación, auto decretada, de la razón a lo que se puede verificar con la experimentación, y le abrimos nuevamente toda su amplitud. En este sentido, la teología, no solo como disciplina histórica y ciencia humana, sino como teología auténtica, es decir, como ciencia que se interroga sobre la razón de la fe, debe encontrar espacio en la universidad y en el amplio dialogo de las ciencias.
Sólo así se puede entablar un auténtico diálogo entre las culturas y las religiones, un diálogo que necesitamos con urgencia. En el mundo occidental está muy difundida la opinión según la cual sólo la razón positivista y las formas de la filosofía derivadas de ella son universales. Pero las culturas profundamente religiosas del mundo consideran que precisamente esta exclusión de lo divino de la universalidad de la razón constituye un ataque a sus convicciones más íntimas. Una razón que sea sorda a lo divino y que relegue la religión al ámbito de las subculturas es incapaz de entrar en el diálogo de las culturas. Con todo, como he tratado de demostrar, la razón moderna propia de las ciencias naturales, con su elemento platónico intrínseco, conlleva un interrogante que la trasciende, como trasciende las posibilidades de su método.
La razón moderna tiene que aceptar sencillamente la estructura racional de la materia y la correspondencia entre nuestro espíritu y las estructuras racionales que actúan en la naturaleza como un dato de hecho, en el que se basa su método. Pero de hecho se plantea la pregunta sobre el porqué de este dato, y las ciencias naturales deben dejar que respondan a ella otros niveles y otros modos de pensar, es decir, la filosofía y la teología.
Para la filosofía y, de modo diferente, para la teología, escuchar las grandes experiencias y convicciones de las tradiciones religiosas de la humanidad, especialmente las de la fe cristiana, constituye una fuente de conocimiento; no aceptar esta fuente de conocimiento sería una grave limitación de nuestra escucha y nuestra respuesta". 

fundamentalismo cristiano-CARACTERÍSTICAS


Son interesantes y diversas las características que diferentes autores le inculcan al fundamentalismo en general:

"Armstrong destaca tres características que dicho estudio expone detalladamente:

 1) El fundamentalismo es, en general, una forma de espiritualidad que resulta de la percepción de una crisis generalizada de la sociedad. 

2) Los fundamentalistas creen participar en una guerra cósmica entre el bien y el mal, y temen ser aniquilados por todos aquellos que representan las políticas seculares y laicas. 

3) Los fundamentalistas rompen con las corrientes principales de la sociedad y crean contracorrientes con un claro sentido pragmático, lo que les ha permitido participar en actividades de apoyo social, institucional y en la formación de ideologías para la militancia política."

Martín E. Marty y R. Scott Appleby, en su trabajo El proyecto fundamentalismo, presentan del fundamentalismo dos características básicas o esenciales: Que es moderno y es religioso. Lo primero porque es una nueva reacción de un nuevo tradicionalismo, que se apoya en conceptos modernos, tales como los medios de comunicación, y cuyo fin es oponerse radicalmente a los cambios que instaura la cultura moderna; y lo segundo, porque se sitúa en las interpretaciones sobrenaturales de la vida y del mundo, construido sobre estructuras rituales y ceremoniales, y racionalizadas, en algunos casos, a través del discurso y el lenguaje teológico, que se encuentra mucho más allá de la actividad cultural. El pensamiento del fundamentalista se caracteriza en que tiene una mirada estática del mundo y de los principios religiosos esenciales, que ellos defienden aún de forma violenta.

Para Juan Manuel Sanchéz Caro, en su obra 10 palabras clave sobre fundamentalismo, las características de los fundamentalistas son: Una clara acentuación de la inerrancia bíblica, una abierta hostilidad a la denominada teología modernista y a la exégesis llamada liberal, especialmente al uso de los métodos histórico-críticos, y la convicción de que quienes no comparten con ellos estos criterios no son del todo "verdaderos cristianos". Para este autor los principios del fundamentalismo son: la inerrancia de las Escrituras, el nacimiento virginal de Jesucristo, La muerte redentora de Jesucristo, su resurrección física y su poder de hacer milagros. Para este autor los criterios para identificar el fundamentalismo, son: "

1. Es un movimiento cristiano que se caracteriza por nacer en el ámbito de la religiosidad experiencial de corte evangelista, y que considera la Biblia como única autoridad.

 2. Es un movimiento que absolutiza la Biblia y la lee directamente como palabra de Dios, por lo que la entiende dotada de inerrancia verbal y absoluta. Además, hace de ella el único y absoluto elemento de contraste y verificación de la conversión, dejando de lado el ámbito de la comunidad eclesial y su mediación, lo cual no quiere decir que carezca de otras mediaciones.

 3. Es un movimiento que se siente en peligro ante determinados rasgos de la modernidad, principalmente ante la aplicación de la crítica racional a la Biblia, pues considera que a ella puede accederse directamente y que no existe distancia apreciable entre Dios que habla y el texto bíblico, por una parte, y entre la Biblia y el lector de cada tiempo, por otra. En esta dirección el significado y la dirección primaria del fundamentalismo los dan el literalismo bíblico, la defensa de su autoridad, la desconfianza ante el mundo moderno y la inteligencia racional. Es decir, la Sagrada Escritura se convierte en el centro de la actividad y la vida del fundamentalismo, en la medida en que es asumida como un escrito divino transparente, que incluso humaniza el pensamiento y la acción de Dios a través de la revelación bíblica."

fundamentalismo cristiano-DEFINICIONES


El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, en su vigésima segunda edición, registra dos nuevas entradas: fundamentalismo y fundamentalista. El primero se define como "Movimiento religioso y político de masas que pretende restaurar la pureza islámica mediante la aplicación estricta de la ley coránica a la vida social"; la segunda acepción reza: "Creencia religiosa basada en una interpretación literal de la Biblia, surgida en Norteamérica en coincidencia con la Primera Guerra Mundial"; y, la tercera acepción: "Exigencia intransigente de sometimiento a una doctrina o práctica establecida". Del término fundamentalista, se ofrece una definición sucinta y funcional: "Perteneciente o relativo al fundamentalismo" y "Partidario o seguidor de cualquier fundamentalismo"

"Fundamentalismo. Movimiento sectario de la religión islámica y de otras religiones en favor de una interpretación literal de los libros sagrados para una administración autoritaria del Estado y de la sociedad. El fundamentalismo pretende imponer la pureza en la doctrina religiosa y en las costumbres sociales, y establecer así un puritanismo intransigente, como en algunas Iglesias protestantes norteamericanas, o un régimen teocrático, como en el Irán de Jomeini y en otros países musulmanes. Todo fundamentalismo religioso o político constituye una serie amenaza para la práctica de los derechos humanos" Diccionario Espasa Derechos Humanos. Hernando Valencia Villa. Editorial Planeta. Madrid, 2003

Como puede verse de las citadas definiciones sobre fundamentalismo se tiene que en un principio se tuvo el fundamentalismo como algo propio de la religión, sin embargo en una de ellas se amplió a "una doctrina o práctica establecida", esto quiere decir que ya no se concibe el fundamentalismo como un concepto estrictamente religioso, sino por el contrario como una forma de radicalismo -monoteísta, panteísta e incluso seudo religiones ateas y el ateísmo mismo- "los fundamentalistas son radicales pero no están locos, se integran simbióticamente con el mundo moderno y se fijan objetivos prácticos, utilizando el lenguaje trascendental de la teología y la religión."

Para otros doctrinantes se tiene que el fundamentalismo tiene connotaciones amplias y de profundidad social: el fundamentalismo hace parte de lo que Peter L. Berger (1999) ha denominado "La desecularización del mundo". Según este autor, al final del siglo XX, y contrario a los que se creyó durante este siglo (en especial después de 1945), la religión ha recuperado un espacio central en la dirección de sus problemas sociales y en el intento de encontrar mecanismos de ordenamiento político, institucional, económico y de mantenimiento de la cultura. Berger al respecto cree que los teóricos de la secularización están equivocados: "Mi punto es que la asunción de que nosotros vivimos en un mundo secularizado es falsa. El mundo de hoy, con algunas excepciones, [...] es uno tan furiosamente religioso 
como siempre lo ha sido, y en algunos lugares mucho más aún..."

J. Habermas afirma sobre el concepto Fundamentalista: "Con ese calificativo designamos una actitud espiritual que se empeña en la imposición de convicciones y de razones propias aun cuando ellas están lejos de ser aceptadas generalmente. Eso vale especialmente para verdades de fe religiosas. No debemos, ciertamente, confundir dogmática y ortodoxia con fundamentalismo. Toda doctrina religiosa se apoya en algún núcleo dogmático de verdades de fe. Y a veces hay una autoridad como el papa o la congregación de fe que establece cuáles concepciones se desvían de la ortodoxia. Una ortodoxia como ésa se vuelve fundamentalista cuando los guardianes y los representantes de la verdadera fe ignoran la situación epistémica de una sociedad pluralista desde el punto de vista de las concepciones del mundo y se empeña - incluso con violencia- en la imposición política y en la obediencia general de su doctrina" . Para Hans Küng, "el fundamentalista es el que - sea de tradición luterana, calvinista, pietista o eclesiástica libre- se confiesa partidario de la inspiración literal y, por consiguiente, de la inerrancia (ausencia de error) absoluta de la Biblia", el término se "confiesa" se debe entender no en términos de teoría científica, sino de una confesión de fe.

Con estas apreciaciones se sustenta por qué el tema religioso tiene que ser estudiado a partir de conceptos políticos y de realidades concretas. Negar hoy el estudio de lo religioso y su forma concreta del fundamentalismo, es no ver cómo los tiempos presentes -entiéndase los líderes y gobernantes- deciden los destinos de los pueblos, bajo los símbolos, las oraciones, los estandartes divinos, entre otros.

fundamentalismo cristiano-Autor: Pedro Luis Pemberthy López



Indudablemente el tema del fundamentalismo cristiano necesita ser estudiado a fin de auscultar sus verdaderos alcances y el papel que actualmente está desempeñando en la filosofía contemporánea, la filosofía política actual y sus posibles tendencias futuras. Es un tema que necesita ser pensado por lo actual y porque no es una mera expresión teórica, sino que se está convirtiendo en modelo de gobierno, de vida y de convivencia social.

Se inicia el presente trabajo exponiendo algunas ideas del profesor español Idelfonso Murillo acerca del fundamentalismo cristiano:
-El fundamentalismo cristiano es básicamente la interpretación literal de la Biblia
-Rechaza el aporte de lo científico
-Es la dogmatización de la concepción cristiana
-El cristianismo en el fondo es tradición. No tradicionalismo es cuando se idolatra el cristianismo.
-El fundamentalismo también está en el Cristianismo. Ejemplo: sostener que la creación se dio tal como está anunciada en el Génesis
-Para los que defienden la letra de la Biblia: Creación y evolución son incompatibles
-El fundamentalismo bloquea el diálogo (también el cientifismo).
Estas ideas son el mejor resumen acerca del fundamentalismo cristiano, luego de la búsqueda teórica realizada y de la reflexión filosófico-política que realizamos y que desarrollamos a continuación:

Visto desde la práctica y del quehacer de las formas sociales, tanto religiosas como políticas, los fundamentalismos han existido desde siempre, y tienen una larga tradición histórica en las tres grandes religiones monoteístas -cristianismo, judaísmo e islamismo- de tal manera que es posible rastrearlo y hacer un inventario histórico de cómo cada uno de ellos ha influido en la historia de la humanidad. El teólogo Hans Küng lo explica, "El islam y el cristianismo, ciertamente, tienen una larga historia de conflictos que muestro en mi libro de forma muy concreta. Los cristianos piensan casi siempre sólo en las guerras de conquista emprendidas por los musulmanes, que los llevaron hasta España y a las puertas de Viena. Los musulmanes, por su parte, piensan sobre todo en las cruzadas y en el colonialismo y el imperialismo de Occidente, que sometió en la práctica todo el ámbito musulmán, desde el Atlántico hasta Indonesia, a su control político, económico y militar. Por este motivo, la desconfianza y el recelo están muy extendidos en ambos lados. Pero pueden superarse con una política mejor"

"…el surgimiento preciso del concepto "fundamentalismo" y sus variaciones se da en el movimiento protestante conservador norteamericano de principios del siglo XX, encarnado en la iglesia presbiteriana del norte, que se levantó contra la teología de cariz liberal". En igual sentido se expresa el profesor europeo Rafael Navarro-Valls: "el sentido originario del término, derivado de una corriente surgida en el protestantismo norteamericano del siglo XIX, la cual se pronunció contra el evolucionismo y la crítica bíblica y que, junto con la defensa de la absoluta infalibilidad de la Escritura, intentó proporcionar un fundamento cristiano contra ambos."
Más exactamente, es H. Kung quien nos aporta el primer texto histórico, que contiene el pensamiento o razón de ser del fundamentalismo "...el primer artículo del llamado "Niagara Creed" de la conferencia Bíblica de Niágara de 1878, se formuló anticipándose a todo el movimiento fundamentalista: "Creemos que la totalidad de la Escritura está dada mediante la inspiración de Dios", mediante la que entendemos todo el libro llamado Biblia; entendemos esa afirmación no en el sentido en que se dice a veces de manera equivocada que las obras del espíritu humano son inspiradas, sino en el sentido de que el Espíritu humano son inspiradas, sino en el sentido de que el Espíritu Santo dio en un tiempo antiguo justo estas palabras de los escritos sagrados a hombres santos; y que su inspiración divina no está presente en grados distintos, sino que se refiere de manera igual y completa a todas las partes de estos escritos, a los históricos, poéticos, doctrinales y proféticos, y eso hasta la mínima palabra o flexión de una palabra, en el supuesto de que tal palabra se encuentre en los manuscritos originales", como se ve en este contexto ideológico-teológico se inicia la justificación teórica de una forma de pensamiento que va a direccionar la creencia religiosa hacia los rincones del radicalismo y el sectarismo religioso. Es la ortodoxia el apoyo del pensamiento fundamentalista.

martes, 30 de octubre de 2018

EXPROPIACIÓN Y RESIGNIFICACIÓN DEL DISCURSO HOMOFÓBICO


En el texto "Critical Queer" ("Críticamente subversiva"), Judith Butler (2002) señala que el término queer ha operado desde una práctica lingüística cuyo objetivo ha sido la degradación del sujeto al que se refiere. Ha constituido al personaje señalado mediante ese insulto degradante. Butler señala que la resignificación de queer adquiere todo su poder a través de la invocación repetida que relaciona a la palabra con acusaciones, patologías e insultos. Queer es un vínculo entre significados homofóbicos que intentan re significarse.

Para Butler las normas de género sólo funcionan exigiendo la encarnación de algunos ideales de femineidad y masculinidad, que casi siempre van unidos a la idealización de la unión heterosexual. En esta acepción la enunciación performativa "¡es niña!" anticipa el decreto: "Yo os declaro marido y mujer". De ahí la delicia de los cómics en los cuales se replica por primera vez al bebé de la forma siguiente: "¡es lesbiana!" Según Butler (2002), lejos de ser una broma esencialista la apropiación queer de la expresión performativa imita y expone tanto al poder vinculante de la ley heterosexualizante como a su expropiación. Dar nombre a la niña es el comienzo del proceso por el cual se le impone la "femineización". La femineidad no es el producto de una elección, sino la llamada forzosa de una regla cuya compleja historicidad es inherente a las relaciones de disciplina, regulación y castigo. Este acuerdo con las reglas del género es necesario para que tengamos derecho a ser "alguien". De esta adhesión a las reglas depende la formación del sujeto. Por lo tanto, de ninguna manera el género debe entenderse como una elección o un artificio que podamos intercambiar. Por ello no es posible concebir al género como un rol o como una construcción con la cual uno se viste cada mañana. No existe ese "alguien" que va al guardarropa del género y deliberadamente decide de qué género va a salir ese día. Butler sugiere que la libertad, la posibilidad y la capacidad de acción se establecen dentro de un espacio fundado en las relaciones de poder. En "Críticamente subversiva" Butler asevera que la performatividad del género sexual no consiste en elegir de qué género seremos hoy. Performatividad es repetir las reglas mediante las cuales nos concretamos. No se trata de una construcción absoluta de una persona sexuada genéricamente, sino de una repetición obligatoria de normas anteriores que configuran al individuo. Estas normas conforman y delimitan a la persona y son también los recursos a partir de los cuales se inicia la subversión y la resistencia. En consecuencia, el género es performativo ya que es el efecto de un régimen que establece las diferencias de género de manera coercitiva. Los tabúes, las amenazas correctivas, las prohibiciones, e incluso las reglas sociales, operan a través de la repetición ritualizada de las normas. Butler (2002) añade que la heterosexualidad maniobra mediante la estabilidad de las normas de género. Es por eso que la homofobia suele actuar a través de la atribución a los homosexuales de un género fallido y dañado. Lo hace designando "masculinas" a las lesbianas, "afeminados" a los hombres gay y "pervertidos" a los transexuales. El terror homofóbico a los actos homosexuales es, en realidad, un terror a perder el propio género y a no volver a ser una "mujer de verdad" o un "hombre de verdad". De ahí que sea fundamental señalar la forma en que la sexualidad se regula mediante el control y la humillación del género.

Para Butler, la relación entre sexualidad y género se produce a través de la relación entre identificación y deseo. No obstante, el discurso heterosexual exige como requisito que deseo e identificación se excluyan mutuamente: quien se identifica con un determinado género debe desear a una persona de un género distinto. Si desear a un hombre no implica necesariamente identificarse como mujer y desear a una mujer no involucra una identificación masculina, el sistema heterosexual no es más que una lógica imaginaria que continuamente reproduce su propia ingobernabilidad. La naturalización de la heterosexualidad no es más que un espejismo. Fuss (1989) cuestiona: ¿existe acaso alguna identidad "natural"? La identidad no es más que un constructo político, histórico, psíquico o lingüístico; una muestra de ello es que para los que ejercitan la política de la identidad, ésta determina necesariamente la acción política.

Eve Kosofsky Sedgwick (1998), en Epistemología del armario, afirma que existe un poderoso vínculo entre la homosociabilidad masculina y la prohibición de la homosexualidad: el deseo intermasculino se hace legible mediante su desviación hacia relaciones triangulares que implican a una mujer. Para Kosofsky, el pánico homosexual realiza un doble acto de taxonomía: por un lado, señala la existencia de una minoría bien diferenciada de personas gays y, por el otro, de una minoría de "homosexuales latentes" entre la población general que soportan cierta inseguridad sobre su propia masculinidad. Alfredo Martínez Expósito (2000) sostiene que forjamos nuestras ideas sobre la sexualidad a través de metáforas, cuyos efectos no siempre son predecibles. El mismo término de homosexualidad se acuña con referencia a un modelo simplista bipolar y zoológico de la sexualidad masculina. Según Martínez Expósito la cultura occidental ha simbolizado a la sexualidad en representaciones de la pareja heterosexual, que legitima su naturaleza animal por medio del concepto de amor. La metáfora implícita de la expresión hacer el amor prueba el nivel de identificación entre la actividad sexual y el sentimiento amoroso. Sin embargo, la actividad sexual entre varones no ha gozado de una traducción al ennoblecedor terreno de los sentimientos. Para Martínez Expósito el amor homosexual encierra una contradicción, puesto que supone un significado demasiado zoológico (incluso demasiado depravado) que no concuerda con la elevación espiritual inherente a la idea del amor. Mientras que el amor es uno de los grandes temas de nuestra cultura, el amor homosexual es uno de sus grandes tabúes.

Con respecto a la sexualidad entre mujeres, Monique Witting (1993) señala que para el sistema las lesbianas no son mujeres de "verdad", lo cual deslegitima su propio régimen de afectos y placeres. Para Diana Fuss, la insistencia en designar a las lesbianas como "mujeres caídas" funciona para excluirlas de la categoría misma de la sexualidad y situarlas en el fracaso de la identificación. La etimología de cadere("caer" en latín) nos hace pensar en cadáveres. Las identidades lésbicas son inherentemente suicidas porque impiden la entrada en el mundo de la sociabilidad, la sexualidad y la subjetividad. Fuss sugiere que en el psicoanálisis los homosexuales son representados como sujetos histéricos. Ricardo Llamas (1998) sugiere, en Teoría torcida, que las realidades "bollera"y "marica" se sitúan en otra dimensión, en otro mundo. No están definidas en relación con las estructuras del "Orden". Lesbianas y gays no dialogan con las instancias de represión, sino que constituyen espacios de resistencia. Para Llamas, el discurso marica-bollero tiene mucho que ver con el activismo radical de la lucha contra el SIDA del grupo "Act Up" y del revolucionario movimiento de las Lesbian Avengers (lesbianas vengadoras).

Rafael Mérida (2002: 13-14) sostiene que el sujeto que plantea la Teoría Queer rechaza toda clasificación sexual. Destruye las identidades gay, lésbica, transexual, travestí, e incluso la hetero, para englobarlas en un "totalizador" mundo raro, subversivo y transgresor, que promueve un cambio social y colectivo desde muy diferentes instancias en contra de toda condena: "Ser queer no significa combatir por un derecho a la intimidad, sino por la libertad pública de ser quien eres, cada día, en contra de la opresión: la homofobia, el racismo, la misoginia, la intolerancia de los hipócritas religiosos y de nuestro propio odio (pues nos han enseñado cuidadosamente a odiarnos). Y ahora también significa luchar contra un virus y contra los antihomosexuales que usan al sida para barrernos de la faz de la tierra".

Como se ha visto, la Teoría Queerre valora las cuestiones de género, las identidades y las sexualidades en un marco de agudeza crítica con la finalidad de desestabilizar no sólo al sistema, sino también a la academia (Queering the Academy). Su propósito ha sido adoptado por numerosos investigadores y actualmente está en proceso de expansión. La intención de la Teoría Queerno es crear una teoría contemplativa, sino una herramienta de participación política, por lo que está vinculada a los movimientos antirracistas, antibélicos y antiglobalización. La mayor aportación de esta teoría radica en ofrecer nuevas explicaciones bajo un marco conceptual en el que confluyen el género y la sexualidad; así como los significados y sus resistencias para dar origen a nuevas significaciones. El término queer ejemplifica este proceso.

LA CONSERVACIÓN DEL HOMBRE MEDIANTE LA NEGACIÓN DEL DESEO HOMOSEXUAL


En "Palabra contagiosa..." (2000b) Judith Butler asegura que el homosexual es el sujeto que se niega a sí mismo, para quien permanece prohibido describirse a sí mismo. El término "homosexual" tiene que ser atribuido por otras personas. La autonegación es el requisito indispensable para su ejercicio y la sobrevivencia. Hacer referencia a la propia condición es caracterizado como conducta homosexual. No es posible concebir la idea: "soy homosexual, pero no ejerzo". Para Butler, la autodefinición homosexual es interpretada explícitamente como una conducta contagiosa y ofensiva. La frase "soy homosexual" no sólo es descriptiva, sino que también demuestra la conducta homosexual. La enunciación de la propia homosexualidad atribuye precisamente aquello que dice. Es más, para Butler, la afirmación "soy homosexual" es, pues, increíblemente malinterpretada como "te deseo sexualmente". La expresión que se realiza en primera persona y de manera introspectiva se toma por una afirmación que anuncia el acto en sí mismo, la intención de actuar: el vehículo de la seducción. Si la frase "soy homosexual" se tomara como lo que realmente es, se consideraría como la manifestación pública del significado cultural y político del deseo entre personas del mismo sexo. La práctica de la homosexualidad no es la experiencia sexual en sí misma, sino el ejercicio discursivo que le confiere significado.

Sin embargo, como lo advierte Freud en Tótem tabú,la mención de los nombres prohibidos es temida por el miedo a desencadenar las pasiones profundas contenidas por el silencio. La represión de la homosexualidad masculina tiene como objetivo la conformación de la hombría y la estabilidad del sistema de géneros. Por lo cual la feroz represión a nombrar la homosexualidad es el miedo atroz a liberar el homosexualismo contenido. En consecuencia, para Butler (2000a) un "hombre" es un homosexual que se niega a sí mismo.

La sublimación de la homosexualidad se produce a través de la represión del deseo homosexual. Esta sublimación del deseo homosexual es de suma importancia porque garantiza la pertenencia social y la ciudadanía -la adhesión a la ley y su incorporación. El temor del sistema se expresa al afirmar que la cohesión social requiere de la prohibición de la homosexualidad, puesto que si los hombres hablaran de su inclinación a la misma, ello amenazaría con destrozar la homosociabilidad que fusiona a la clase masculina. La cohesión se describe como un mágico no sé qué que mantiene unidos a los varones. Por otro lado, el sistema controla al sujeto homosexual a través de la culpabilidad y del miedo. Butler sostiene que la insatisfacción provocada por el incumplimiento de la norma heterosexual se transforma en el sentimiento de culpa que generan el terror de perder el amor del prójimo; el castigo de los padres; y la censura social. De modo que la prohibición se convierte en el territorio y en la satisfacción del deseo. Según Freud, la prohibición no pretende la destrucción del deseo; por el contrario, hostiga al tiempo que alienta la reproducción del deseo prohibido y se incrementa mediante las renuncias que realiza. Lo anterior significa que nunca se renuncia al deseo, sino que se reafirma y se preserva en la propia estructura de la renuncia. La prohibición rechaza y consiente el deseo homosexual simultáneamente.

La declaración de la homosexualidad perturba la integridad y los fundamentos del orden social, con lo cual la represión del discurso homosexual garantiza la sociabilidad mientras ésta permanezca en silencio. El hecho de decir que se es homosexual no es en sí mismo un acto homosexual, ni mucho menos un ataque homosexual. Para Butler, la homosexualidad sólo es un comportamiento sexual en un sentido muy restringido, ya que subyacen representaciones en torno a ella que no son propiamente de homosexualidad. Nombrar esta palabra ataca las fronteras de lo social; se malinterpreta como una seducción o una agresión; se entiende que se trata de un acto realizado y transmitido -bajo la metáfora del SIDA-, en un intento de reducir a la homosexualidad dentro de un conjunto patológico de figuraciones que la define como una acción agresiva y contagiosa. El oído paranoico cierra la brecha entre la verbalización de un deseo y el deseo que se verbaliza.

El imaginario colectivo limita el estallido de la homosexualidad porque concibe la propia palabra como un fluido peligroso, una sustancia contagiosa; implícitamente comparada a partir de la metáfora del SIDA, y creerá que se "transmite" como si fuera una enfermedad. La afirmación "soy lesbiana" no es en cierta forma un acto, sino una manera de hablar ritual que conlleva el poder de ser lo que se dice, no una mera representación de la sexualidad, sino una acción y, por tanto, una ofensa, cuyo peligro radica en la posibilidad del contagio. Butler (2000a) reitera: si digo "soy homosexual" delante de ti, tú te ves envuelto en la "homosexualidad" que yo expreso; se supone que lo dicho establece una relación entre el hablante y la audiencia, y si el hablante proclama su homosexualidad la relación discursiva se constituye en virtud de esa manifestación, y esa misma homosexualidad se transmite en un sentido transitivo. Butler descubre interesantes revelaciones sobre la homofobia:


  • En primer término, cuestiona si la prohibición de la homosexualidad es la homosexualidad en sí misma: ¿con cuánta precisión puede interpretarse el sentirse despreciado u ofendido como una variante de la homosexualidad? La homofobia que se manifiesta en el desprecio, en la ofensa, es la forma externa imaginada que adopta la prohibición contra la homosexualidad.
  • La vulnerabilidad social del homosexual a la ofensa es proyectada en una opinión generalizada de los Otros como seres con un comportamiento represor y despreciativo. En la idea de los Otros como seres que regulan, observan y juzgan descansa la fragilidad de los homosexuales.
  • La sublimación psíquica de la homosexualidad crea la noción de lo social, un escenario imaginativo que se convierte en la "conciencia", y que prepara al individuo para la cohesión social sobre la que se sostiene la ciudadanía -la incorporación a la ley y su adhesión.
  • El desprecio y las ofensas no son sólo los efectos de un deseo que se ha vuelto sobre sí mismo, más el efecto de los juicios de los Otros. Más bien, son la coincidencia del juicio de los Otros y ese volverse contra sí mismo, lo que conforma el escenario imaginario del deseo condenado que registra psíquicamente las ofensas y el desprecio.
Butler (2000a) concluye que los sentimientos homosexuales son necesarios para el amor a la humanidad en la forma en que éstos se "combinan" eufemísticamente con los instintos de la propia conservación para producir "hombres". La conservación del "hombre propiamente dicho" depende de desviar, y mantener desviada, su propia homosexualidad. El ideal del yo (o concepto de sí mismo) se forma mediante la eliminación de grandes cantidades de deseo homosexual. Sin embargo, esta homosexualidad no es sencillamente reprimida o desviada, sino que se vuelve siempre sobre sí misma. El ideal del yo en la homosexualidad y su prohibición se "combinan" en la figura del sujeto heterosexual. En este sentido, resulta interesante subrayar que en la Teoría Queerla desviación se produce, a diferencia de lo planteado por Goffman, Durkheim o Merton, a través de alejar el natural deseo homosexual para crear "verdaderos hombres".

LA IDENTIDAD PERFORMATIVA DE JUDITH BUTLER


Los estudios de género han sido emparentados con la Teoría Queer, pues ambos discuten las identidades (mujeres en el primer caso, gays y lesbianas en el segundo), reformulando nuevos procesos de identificación y de diferenciación en torno a la sexualidad. Judith Butler (2000a) ha ejercido una gran influencia dentro de la teoría feminista y en los estudios queer por proponer una concepción del género imitativa y representativa. Gender Troublees el texto iniciático de la Teoría Queer; en él Butler (1990) señala que el género es esencialmente identificación, que consiste en una fantasía dentro de otra fantasía: El género se define, de acuerdo con Butler, en lo que denomina el performance, esto es, la repetición que imita constantemente la fantasía que constituyen las significaciones de manera encarnada. Bajo esta visión, los comportamientos tan criticados como el amaneramiento de algunos gays y transexuales, o las relaciones butch (camionera)/feme con su imitación particular del género revelan, según Butler, la estructura imitativa propia del género.

En "Imitación e insubordinación de género" (2000a) Butler se cuestiona sobre la posibilidad de teorizar como lesbiana, por ser esta una categoría de identidad, un requerimiento a convertirse en aquello que ya se es. Las categorías de identidad tienden a ser instrumentos de regímenes regularizadores, tanto si obran como categorías normalizadoras de estructuras opresoras, como si sirven de encuentro para una oposición liberadora. Es decir, la categoría "lesbiana" es tan reguladora como lo es la categoría "heterosexual". Para Butler, cualquier categoría de identidad controla el erotismo, describe, autoriza y, en mucho menor medida, libera. La teoría no debería entenderse en el simple sentido de contemplación desinteresada, sino que es totalmente política. Butler rechaza convertirse en defensora de alguna teoría que legitime y domestique los estudios sobre homosexualidad/lesbianismo para entrar en el mundo académico, a través de prácticas elitistas. Parte de la idea foucaultiana de que hablar de "homosexualidad" es en sí mismo una extensión del discurso homofóbico. Nombrar el lesbianismo es al mismo tiempo evocar al instrumento de poder, pero también un punto de resistencia a la opresión. ¿La sexualidad deja de ser sexualidad tras someterla a la absoluta explicitud?

Butler afirma que los vocablos "lesbiana" y "gay" no brindan ninguna revelación transparente. Existen por la necesidad de representar a un sector político oprimido. Como paradigma de lo que exige ser controlado, regulado y clasificado en un espacio de ruptura, confusión y conflicto. Esta es la finalidad de los discursos médico-jurídicos que han definido a gays y lesbianas como identidades imposibles, desastres naturales y errores de clasificación. Butler considera que la naturaleza de la homosexualidad es como un disfraz necesario cuyo objetivo es "representar": soy lesbiana de una forma más totalizadora y completa mientras la representación exista en la forma en que esa naturaleza lesbiana se afirma, se instituye, circula y se crea. No se trata de una actuación, de un "yo" que interpreta su lesbianismo como un papel, sino de un juego arraigado en lo psíquico a través de una repetida representación del "yo" lesbiano.

Para Butler todo lo que somos es una imitación, una sombra de la realidad. La heterosexualidad forzosa se presenta como lo auténtico, lo verdadero, lo original. "Ser" lesbiana es una forma de imitación, un nulo esfuerzo por participar en la fantasmática plenitud de una heterosexualidad naturalizadora. El travestismo no es una imitación de un género auténtico, sino que es la misma estructura imitativa que asume cualquier género. No hay género "masculino" propio del varón, ni uno "femenino" que pertenece a las mujeres; el género es consecuencia de un sistema coercitivo que se apropia de los valores culturales de los sexos. Es un modo de representación y aproximación, razón por la cual el travestismo es la forma más corriente en que los géneros se teatralizan, se apropian, se usan y se fabrican. La heterosexualidad debe asumirse como una repetición coercitiva y obligada de los fantasmas ontológicos "hombre" y "mujer", que exigen ser los fundamentos normativos de lo real. Sin embargo, el sujeto no elige la actuación del género libremente, sino que tal representación de la heterosexualidad es obligatoria, bajo amenaza de sufrir castigo y violencia por cruzar las fronteras del género; aunque la transgresión también provoca encanto y placer.

SURGIMIENTO DE LOS ESTUDIOS QUEER


La palabra inglesa queer tiene varias acepciones. Como sustantivo significa "maricón", "homosexual", "gay"; se ha utilizado de forma peyorativa en relación con la sexualidad, designando la falta de decoro y la anormalidad de las orientaciones lesbianas y homosexuales. El verbo transitivo queer expresa el concepto de "desestabilizar", "perturbar", "jorobar"; por lo tanto, las prácticas queer se apoyan en la noción de desestabilizar normas que están aparentemente fijas. El adjetivo queer significa "raro", "torcido", "extraño". La palabra queer la encontramos en las siguientes expresiones: to be queer in the head (estar mal de la cabeza); to be in queer street (estar agobiado de deudas); to feel queer (encontrarse indispuesto o mal); o queer bashing(ataques violentos a homosexuales). El vocablo queer no existiría sin su contraparte straight, que significa "derecho", "recto", "heterosexual". Queer refleja la naturaleza subversiva y transgresora de una mujer que se desprende de la costumbre de la femineidad subordinada; de una mujer masculina; de un hombre afeminado o con una sensibilidad contraria a la tipología dominante; de una persona vestida con ropa del género opuesto, etcétera. Las prácticas queer reflejan la transgresión a la heterosexualidad institucionalizada que constriñe los deseos que intentan escapar de su norma (Mérida, 2002).

El vocablo queer no tiene traducción al español. La Teoría Queer se ha intentado traducir como teoría torcida, teoría marica, teoría rosa, teoría "entendida", teoría transgresora; sin embargo, casi siempre se pierde el sentido preciso de la palabra inglesa, por lo que pensamos que es preferible utilizarla en el idioma original (Llamas, 1998; Guasch, 1998, 2000; Mérida, 2002).

La aparición de los estudios queer tiene su origen en un complejo contexto social en Estados Unidos. En primer término, surgen a partir de nuevas teorías sobre la sexualidad (Foucault, 1976; Weeks, 1998); de los descubrimientos sobre la tolerancia a la homosexualidad desde la Antigüedad y hasta la Alta Edad Media de Boswell (1980); de la aparición del artículo de Adrienne Rich (1996) sobre la heterosexualidad obligatoria y la existencia lesbiana; y de las evidencias arqueológicas de comportamientos homosexuales en la Grecia antigua de Dover (1980). Posteriormente, habría que destacar el cambio social surgido a partir de los movimientos en favor de los derechos de las mujeres, de los homosexuales, la lucha contra el SIDA y la incorporación a las ciencias de otros investigadores, además de los ancestrales hombres blancos, heterosexuales, burgueses, de mediana edad y protestantes. Asimismo, el creciente interés de las instituciones universitarias por estudiar las sexualidades también provocó un aliciente para los estudios queer.

La primera universidad estadounidense que contribuyó al desarrollo de la Teoría Queer fue Columbia, en 1989; posteriormente las de Duke, Nueva York, y el Centro de Estudios de Lesbianas y Gays de la Universidad de la Ciudad de Nueva York. En Estados Unidos se editan las principales revistas periódicas de estudios sobre la diversidad sexual, tales como The Journal of Sex Research, Journal of Homosexuality, Journal of the History of Sexuality, A Journal of Lesbian and Gay Studies.En Europa la pionera fue la Universidad de Utrecht, ubicada en el centro de los Países Bajos, con su Departamento de Estudios Interdisciplinarios Gays y Lesbianos, que edita el Forum Homosexualität und Literatur Además, la Universidad de Amsterdam tiene el Centro "Homodok". En España se han realizado tesis doctorales sobre trabajo sexual, homosexualidad y lesbianismo, de las cuales algunas se han publicado a través de editoriales independientes. En la Universidad de Gran Canaria se ofrece, desde 2002, una asignatura de libre configuración en la carrera de Derecho sobre orientaciones sexuales, y se han dictado cursos sobre transexualidad en las universidades de Sevilla (2001) y Menéndez Pelayo (2000). En América Latina, Colombia ha realizado investigaciones sobre homosexualidad y trabajo sexual. La Universidad de Bahía en Brasil ha documentado las muertes por homofobia en aquel país y ha estudiado profundamente fenómenos como la transexualidad, la bisexualidad, el lesbianismo y la homosexualidad. Miano (2003) comenta que en México la Escuela Nacional de Antropología e Historia ha publicado un estudio sobre las concepciones de género en el istmo de Tehuantepec, con una importante población indígena zapoteca, donde conviven hombres, mujeres y muxes (transgéneros con alto valor social en Oaxaca). Por otro lado, la Universidad Nacional Autónoma de México tiene el Programa Universitario de Estudios de Género, que ofrece el Seminario de Investigación en Diversidad Sexual desde 1999. Además, la UNAM publica nuevas investigaciones y traduce textos al español de otras lenguas sobre género y diversidad sexual.

La Teoría Queer: la de-construcción de las sexualidades periféricas


La Teoría Queer es la elaboración teórica de la disidencia sexual y la de-construcción de las identidades estigmatizadas, que a través de la resignificación del insulto consigue reafirmar que la opción sexual distinta es un derecho humano. Las sexualidades periféricas son todas aquellas que se alejan del círculo imaginario de la sexualidad "normal" y que ejercen su derecho a proclamar su existencia. Temas como "dejar ser", el derecho al amor y los roles sociales son abordados en este texto, que intenta explicar las causas y consecuencias de un sistema social basado en la separación de las personas y no en lo que las hace comunes.


Las sexualidades periféricas son aquellas que traspasan la frontera de la sexualidad aceptada socialmente: heterosexual, monógama, entre personas de la misma edad y clase, con prácticas sexuales suaves, que rechaza el sadomasoquismo, el intercambio de dinero y el cambio de sexo. En cambio, las sexualidades periféricas están basadas en la resistencia a los valores tradicionales, y al asumir la transgresión muchas veces el precio que se tiene que pagar es el rechazo social, la discriminación y el estigma.
En respuesta a la marginación que está presente en todas las instituciones sociales, desde la familia hasta los espacios educativos y los laborales, la Teoría Queer intenta cambiar el sentido de la injuria para convertirla en un motivo de estudio, e incluso de orgullo. Así, ser diferente se toma como una categoría de análisis para denunciar los abusos que se presentan desde la misma ciencia, ya que los textos científicos han sido por lo general elaborados por personas de género masculino, de raza blanca, de preferencia heterosexual, de clase media y de religión cristiana. Dejándose invisibles a otros colectivos como las mujeres, los negros, los indígenas, los homosexuales, los transexuales, los pobres, los musulmanes, los panteístas, y un largo etcétera. Es por ello que la Teoría Queer intenta dar voz a estas identidades que han sido acalladas por el androcentrismo, la homofobia, el racismo y el clasismo de la ciencia.
En el primer apartado de este artículo se analizará el surgimiento de la Teoría Queer a partir de una identidad deteriorada, en la que se incorporan a la ciencia aquellas personas que han sido discriminadas para hablar de sí mismos y de las condiciones de exclusión del sistema social dominante. Posteriormente, en el segundo capítulo se estudiará la teoría de Judith Butler, quien considera a la identidad como representativa e imitativa, donde los roles de género no son más que una representación teatral donde cada sexo asume los papeles creados con anterioridad, imitándolos y reproduciéndolos continuamente. En la tercera sección se examina la formación de la masculinidad a partir de una triple negación: no soy una mujer; no soy un bebé; no soy un homosexual, haciéndose mayor hincapié en este último enunciado. Finalmente, en el cuarto punto se reasigna el discurso homofóbico, que parte del insulto para crear su identidad. No obstante, el propio sujeto expropia la injuria y recrea una identidad particular basada en la satisfacción de sus deseos y anhelos. Lo cual tiene como consecuencia que una persona homosexual pase por muchos tropiezos, pues ni sus padres ni sus profesores la enseñan a serlo, y tiene que aprender a través de sus propios errores, desconociendo incluso lo valioso de sí misma y el potencial de sus capacidades. Sin embargo, la misma definición de queer es esperanzadora, pues rechaza toda clasificación por género, práctica sexual o estado serológico; procura un mundo sin fronteras y de igualdad entre personas diferentes, es decir, promueve el derecho a la indiferencia, a ser tratados iguales pero diferentes.

Reseña para "LA FLOR INVERTIDA" - Puntuación: 🌟🌟🌟🌟🌟 5/5

Opinión: Las letras del autor las conocí por su libro "Equipaje Ancestral" que tuve la suerte de ganarlo en un sorteo que realizo,...