martes, 23 de octubre de 2018

Iemanjá y Nuestra Señora de la Concepción -BRASIL-una conquista religiosa frustrada


Los testimonios de Mãe Chaguinha dejan al descubierto de qué manera las prácticas religiosas de la población indígena y de los descendientes de los esclavos africanos, negadas por el afán conquistador del catolicismo, se abren paso entre el culto oficial, mimetizando muchas veces sus representaciones sagradas y sus rituales.

En la Umbanda, quien representa a Iemanjá es Nuestra Señora de la Concepción […] Antiguamente era prohibido rendir culto a los orixás y cualquier tipo de secta. Éramos consideradas brujas, macumberas, endemoniadas…, nadie quería participar de los cultos, pero cuando necesitaban venían a buscarnos, hacían esto a escondidas. Teníamos la protección de los estancieros y los capataces, porque ellos traían a sus hijos a escondidas. Ellos llevaban a sus hijos para que nosotros rezáramos. Nuestra Señora de la Concepción representa a Iemanjá en la Umbanda, por ser la imagen de mujer más importante de las santas. Entonces, Nuestra Señora de la Concepción era puesta en el estante de arriba del altar con un mantel de lienzo, bien bonito, adornada con banderitas, y en el estante de abajo se ponía un pote con agua que recordaba a Iemanjá. Allí ella quedaba escondida. Todos rezaban a Nuestra Señora de la Concepción, pero la imagen era sólo una semejanza de la presencia de la mujer en aquel momento, pero en verdad se estaba rindiendo culto a Iemanjá y no a Nuestra Señora.
Hay una historia de una esclava Anastácia, que cuenta la leyenda que fue traída por Oxum. Ella era hija de Oxum y pasó por los rituales de la Iglesia Católica. Los sacerdotes querían bautizarla a la fuerza y ella no quería, pero cuando fueron a echar el agua en su cabeza ella la sintió, comprobando que quien estaba allí no era el sacerdote, sino Oxum. Nadie veía a Oxum, pero ella estaba viéndola y sentía que Oxum estaba con ella. El ritual hecho por el hombre no importó, pues ella fue bautizada por las aguas, así ella aceptó el bautismo
La cultura afro tiene muchas cosas así. Esa cultura vino escondida, fue traída por los esclavos. Fueron ellos los que trajeron el obi para Bahía, Brasil. El obi no fue sólo traído por ellos para rendir culto a los orixás, sino porque era su propio alimento y servía para curar enfermedades.
En al Candomblé existe una relación con otros santos de la Iglesia Católica, sólo que nosotros tenemos conciencia. Si yo puedo rendir culto a Iemanjá ¿por qué yo voy a mentir? ¿Por qué no voy a venerar a Iemanjá y voy a venerar a Nuestra Señora Aparecida, que es la patrona del Brasil y fue hallada en las aguas, según dice la leyenda? Según los relatos, ella fue traída por una hija de Oxum a las aguas en el tiempo de los esclavos, fue tirada al río y se perdió, se hundió en el mar .
El yoruba nuestro, dentro de nuestra religión, es africano. Y nuestro credo es africano y es rezado en yoruba. La cultura negra en sí es muy importante para nosotros, porque somos hijos de África […] Nosotros tenemos que rendir culto también a nuestra cultura del caboclo, de la pajelança, nuestra cultura india del tupí-guaraní. Es así como yo hago. Yo voy al bosque, raspo mis palitos, los sacudo, toco mis maracas y hago vibración a mi dios Tupi/Tupã, el dios del sol, de la luna.
Yo sé separar muy bien lo guaraní porque antes de llegar al Candomblé, conocí otras cosas, los curanderos, las raíces, los teses de hierbas curativas, que sacan el dolor; yo trabajo con hierbas. Yo junté una cosa con otra, el Candomblé con la pajelança, porque las hierbas, la planta, que es vida, también da vida a las personas.
Nosotros podemos tener tres orixás. Cuando usted hace el padrenuestro, ¿cómo se persigna? ¿No es padre, hijo y espíritu santo? Así también somos nosotros, también tenemos tres guías. Nosotros aceptamos la Iglesia Católica porque la mayoría que pasa por aquí viene de la Iglesia Católica, no piense que yo dejo de hacer mi Candomblé y frecuentar mi misa, no. Voy toda de blanco, se burle o no el padre. Nosotros no tenemos ninguna diferencia de la Iglesia Católica, no. Yo voy de blanco descalza, con mi adjá [instrumento de plata] en la mano, beso a todo el mundo, le doy la bendición al padre, él mi bendice si quiere. Si el padre viene aquí y me da la bendición, yo voy a cambiar la bendición con él. Y eso es intercambio de sacerdocio.

En relación con el sincretismo hay estudios que ven en él factores negativos y positivos. En el sentido negativo, desde la fe católica se juzga el sincretismo como una degradación de la figura inmaculada de la Virgen. La posición más positiva prefiere un sincretismo cristiano a un paganismo puro. Una Iemanjá marianizada constituiría una grandeza moral más elevada. La figura de María obliga a Iemanjá a cambiar y a evolucionar tanto desde el punto de vista analítico-psicológico como religioso. Iemanjá pierde su carácter mítico y de culto de mujer sensual y fascinante para volverse, en contacto con María, la gran purificadora de las pasiones terrestres.

El sincretismo católico asocia a Iemanjá a las imágenes populares de Nuestra Señora, sobre todo a Nuestra Señora de la Concepción. En la mitología de origen yoruba, al ser Iemanjá quien dio a luz a los orixás, siendo por tanto su madre, recibe la devoción de madre-creadora. Sin embargo, esa concepción de divina maternidad –Gran Madre– de Iemanjá en el Candomblé no es la misma que la de Nuestra Señora de la Concepción. La comparación de las fiestas, rituales y objetos sagrados permite trazar algunas semejanzas entre ellas.

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