lunes, 26 de marzo de 2018

Porqué murió Jesús?


No se puede pensar en la muerte de Jesús desconectándola de su vida. Su muerte fue consecuencia de su vida. No fue una programación por parte de Dios para que su Hijo muriera en la cruz y de este modo nos librará de nuestros pecados. Jesús fue plenamente un ser humano que tomó sus propias decisiones. Si nos quedamos con el Hijo, que murió por obediencia al Padre, hemos malogrado su muerte y su vida.No debemos seguir interpretando la muerte de Jesús como un rescate exigido por Dios para pagar la deuda por el pecado. Además de ser un mito ancestral, está en contra de la idea de Dios que el mismo Jesús desplegó en su vida. Un Dios que es amor, que es Padre, no va muy bien con el Señor que exige el pago de una deuda hasta el último centavo.
A nosotros hoy, la muerte de Jesús nos obliga a plantear la verdadera hondura de toda vida humana. Jesús supo encontrar, como ningún otro ser humano, el camino que debemos recorrer todos para alcanzar plenitud humana. Amando hasta el extremo, nos dio la verdadera medida de lo humano. Desde entonces, nadie tiene que romperse la cabeza para buscar el camino de mayor humanidad. El que quiera dar sentido a su vida, no tiene otro camino que el amor total, hasta desaparecer.
La interpretación de la muerte de Jesús determina la manera de ser cristiano. Ser cristiano no es subir a la cruz con Jesús, sino ayudar a bajar de la cruz a tanto crucificado que hoy podemos encontrar en nuestro camino. Jesús, muriendo de esa manera, hace presente a un Dios sin poder, pero lleno de amor, que es la fuerza suprema. En ese amor reside la verdadera salvación. El “poder” de Dios se manifiesta en la vida de quien es capaz de amar entregando todo lo que es.

miércoles, 21 de marzo de 2018

La historia de dos curas que se amaban en secreto


Mar 14, 2018
publicación de HOMOsensual
El 27 de enero del 2011, Colombia se estremeció con la noticia de que dos sacerdotes habían sido asesinados en el suroccidente de la capital. El crimen de Rafael Reátiga (con dos balazos de revólver calibre 38 en el cráneo) y Richard Píffano (con tres impactos de munición 7.65 en la cabeza y en el cuello), que en un comienzo parecía un atraco a dos queridos líderes católicos del sur de la ciudad, fue en realidad el resultado de un plan fraguado por ellos mismos en un pacto de amor que duró casi 20 años.
El detonante de la decisión de acabar con sus vidas, según la investigación de la Fiscalía, habría sido el diagnóstico de VIH + que recibió el padre Rafael en octubre del 2010. Después de un fallido intento de suicidio en enero del nuevo año, los sacerdotes pagaron cerca de 5,300 dólares (casi 98 mil pesos mexicanos) a unos sicarios con los que, horas más tarde, condujeron a un potrero oscuro y solitario, para perpetuar el que algunos llamarían “suicidio asistido”.
Después del estallido de la noticia en 2012 y de que los medios se regodearan con la ´conmovedora historia´ para sus titulares, quedaba en el aire la pregunta de qué fue realmente lo que llevó a Rafael y Richard a no separarse incluso en la muerte. Una pregunta que, sin querer responderla, el escritor colombiano Jaime Marique plasma en su nueva novela Como esta tarde para siempre (Seix Barral) como una incesante lección sobre el amor, sobre la vida vivida siempre a contracorriente y también sobre la muerte.
Me di cuenta de que la novela comencé a concebirla tal vez 20 años antes de la tragedia de los dos sacerdotes” dice el escritor y se refiere a una noticia que leyó en un periódico colombiano con una foto sangrienta e impactante de una masacre cometida por las FARC, que recortó y guardó esperando escribir algún día sobre ella: “Creo que finalmente, cuando empecé a escribir el libro de pronto recordé la foto y eso me ayudó a sembrar la historia y a enfocarla no sólo en la historia de amor de los dos hombres, que es lo más importante para mí como autor”.
Los dos personajes de la novela, Ignacio y Lucas, basados en Rafael y Richard, dan pie a narrar la tragedia del país de esos años que se va revelando a través del servicio que ejercen este par de sacerdotes en las comunidades asoladas por la guerra y la desesperación, casi palpables, con la descripción (clásica de los escritores colombianos) del paisaje: “Un personaje muy importante, pero que no habla,  actúa como una especie de coro griego que está allí comentando sobre todo lo que está sucediendo”.
"me gustaría relatar algo que me preocupa mucho y es mantener viva la memoria histórica de miles de personas que murieron, amigos que murieron como perros, rechazados por sus familias, ni siquiera los enterraban, los médicos no querían darles medicinas o tratamiento en los hospitales. Todos ellos han sido olvidados y yo quiero mantener viva esa memoria, es importante“.

lunes, 12 de marzo de 2018

El Vaticano "enseña" sobre sexo y matrinonio gay


Declaraciones de la enseñanza del Vaticano sobre la sexualidad,publicadas como Cartas al Editor del National Catholic Reporter ( NCR ).20 de noviembre-3 de diciembre de 2015 en respuesta al Sínodo Romano sobre la Familia, un encuentro de los obispos del mundo que fue convocado por el Papa Francisco y se reunió en Roma en otoño de 2015.

 Muchos esperaban que se producirían algunos cambios reales en la enseñanza católica.

Las esperanzas se desvanecieron una vez más. El sínodo ofreció palabras piadosas cuando se necesita una acción decisiva. La enseñanza sexual del Vaticano simplemente está mal y necesita ser actualizada. Se basa en la especulación antigua apropiada para animales de corral. Agregúese a la biología contemporánea, la sexología y la psicología, y luego la comunión interpersonal y la vinculación familiar -no la procreación- emergen como el significado primario, controlador e inviolable del sexo en el caso humano.
 Pero los miopes de línea dura insisten unilateralmente en la supuesta revelación divina: despectivos del consenso científico, sordos a las conciencias informadas de las parejas católicas, cerrados a la experiencia de las personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero, cegados por la superpoblación que ( consenso científico nuevamente) simplemente no puede ser sostenido.

Ante la aprobación del matrimonio gay a pesar de la oposición episcopal total. La solución de los obispos, es la "institución natural" que "se encuentra dentro de nuestra propia naturaleza"  "una visión del matrimonio y la vida familiar", pero solo una visión, un ideal entre otros posibles. Que esta visión ha sido sostenida "por milenios por civilizaciones y religiones en todo el mundo" es simplemente falsa.
 ¿y la realidad humana?  
Algo fundamental está en juego, y  harían bien en reconocerlo. Un siglo de investigación sin precedentes sobre la sexualidad humana ha modificado radicalmente nuestra comprensión del sexo, el romance y el amor. 

La naturaleza del sexo debe, de hecho, ser respetada. La dependencia católica de la ley natural se mantiene firme.  La sexualidad humana no es el asunto reproductivo parecido a un animal de corral, centrado biológicamente, que Aristóteles, los estoicos, Agustín y Aquino supusieron. Hoy conocemos mejor y nuestra cultura prioriza correctamente la dimensión interpersonal y espiritual del sexo humano.

sábado, 10 de marzo de 2018

Rut y Noemí: El amor entre mujeres en la Biblia


El amor entre mujeres es honrado en la vida de las figuras bíblicas Rut y Noemí. La historia relata el compromiso de Rut hacia Noemí. Algunas iglesias observan su festividad es el 20 de diciembre.

El voto famoso de Rut hacia Noemí se utiliza a menudo tanto en las bodas heterosexuales como en los matrimonios de parejas del mismo sexo. Pocas personas se dan cuenta de que estas hermosas promesas fueron hechas originalmente por una mujer hacia otra:

«No insistas en que te abandone y me separe de ti, porque donde tú vayas, yo iré, donde habites, habitaré. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios. Donde tú mueras moriré y allí seré enterrada. Que Yahveh me dé este mal y añada este otro todavía si no es tan sólo la muerte lo que nos ha de separar.» (Rut 1:16-17, Biblia de Jerusalén)
La interpretación abiertamente lesbiana sobre la relación de Rut y Noemí se remonta al menos a 1937, cuando la novela "Lástima de la Mujer" fue publicada por Helen Anderson. Los dos personajes principales, Ann y Judith, recitan la famosa promesa de Rut para mostrar su compromiso como una pareja de lesbianas.

Rut nació en una familia pagana y se casó con el hombre judío llamado Boaz. En el judaísmo  Rut es honrada como una conversa. Rut es también un antepasado de Jesucristo, según se enuncia en la genealogía en el evangelio de Mateo. En esa genealogía, en la cual se informa sobre todo un linaje masculino, Rut es una de las cuatro mujeres que están incluidas.

Naomi fue la suegra de Rut y Orfa. Después que sus esposos murieron, Naomi instó a ambas a casarse de nuevo. Pero Rut se negó, declarando su amor con palabras que tienen un significado adicional para las personas LGBTI, ya que fueron pronunciadas entre mujeres.
Las dificultades experimentadas por Rut y Noemí son a menudo eclipsados por su famoso voto de amor y su asociación con la entrega de la Torá al pueblo judío. Rut es venerada como una judía conversa y como un antepasado de Jesús. Pero Rut y su suegra israelita eran tan pobres que Rut tuvo que sobrevivir recogiendo granos sobrantes de la cebada en los campos después de la cosecha. El artista gay israelí Adi Nes nos muestra la realidad de su pobreza, en una fotos de dos mujeres recogiendo cebollas una calle contemporánea llena de basura después de que un mercado al aire libre ha terminado su jornada. Ellas encarnan la realidad tal como los campesinos en el cuadro de Millet "Las espigadoras", una pintura muy conocida por mostrar la dignidad de los miembros más pobres de la sociedad.
¿Rut y Noemí eran lesbianas? La misma palabra hebrea (dabaq) se utiliza para describir tanto los sentimientos de Adán hacia Eva como los de Rut hacia Noemí. En Génesis 2:24 dice: "Por tanto, dejará el hombre a su padre ya su madre, y se unirá (dabaq) a su mujer, y serán una sola carne". La palabra que se utiliza cuando Adán "se une" (dabaq) a Eva es la misma que describe como Rut "se aferra" (dabaq) a Noemí. Incontables parejas han validado esta interpretación mediante el uso de sus votos como un modelo de cómo los consortes se deben amar mutuamente.

San Elredo de Rieval: El santo gay de la amistad


San Elredo de Rieval (1109-1167) es uno de los santos más entrañables, considerado como el santo patrón de la amistad y también, según algunas personas, un santo gay. Su festividad se celebra el día  12 de enero.

Elredo fue el abad de la abadía cisterciense de Rieval en Inglaterra. Su tratado "Sobre la amistad espiritual" (De Spiritali Amiticia en latín) sigue siendo uno de los mejores tratados teológicos sobre la relación entre el amor humano y el amor espiritual. "Dios es amistad ... El que permanece en amistad permancece en Dios, y Dios en él", escribió, parafraseando 1 Juan 4.16 .

Las amistades profundas de Elredo con otros hombres se describen en el libro "Cristianismo, tolerancia social y homosexualidad" por el fallecido profesor de historia de la Universidad de Yale, John Boswell. "No puede haber duda de que Elredo era gay y que su atractivo erótico para otros hombres era una fuerza dominante en su vida", escribió Boswell.

El relato de Boswell inspiró a los miembros de la comunidad LGBTI de la Iglesia Episcopal de Estados Unidos de Norteamerica para formar el ministerio Integridad y nombrar a Elredo como su santo patrono. 
Aunque Elredo abogó por la castidad, sus pasiones se evidencian claramente en su escritura. Elredo describe la amistad con elocuencia en el siguiente pasaje extractado de su tratado Sobre la amistad espiritual, y que es frecuentemente citado:

"... nadie puede sufrir el ser feliz careciendo de amigos. Y es comparado a las bestias el hombre que no tiene junto a sí quien con él se alegre en las cosas felices y se contriste en las tristes; el que carece de quien lo distraiga de todo lo que la mente concibe de molesto o que, si a algo fuera de lo común sublime y luminosamente alcanza, no encuentra con quien compartido. ¡Ay del que está solo, porque si cae, no tiene quien lo levante! Está absolutamente solo quien no tiene amigo. Y, ¡cuánta felicidad, seguridad y alegría si tienes alguien a quien te atreves a hablar como a ti mismo," a quien no temes confesar tus yerros, a quien no te sonroja manifestar tu progreso espiritual, a quien confiesas todas las cosas secretas de tu corazón y en cuyas manos pones tus proyectos! ¿Hay fuente de mayor júbilo que la unión de dos almas, que de dos se hacen una, de modo que no teman jactancia ni suspicacia alguna, ni se sientan heridas por la corrección que puedan hacerse, ni deban reprocharse adulación cuando una a la otra encomia?"
(San Elredo de Rieval, De Amist. Esp. II.10-11, traducción de María Estefanía Tamburini, o.s.b.) 


Las amistades que Elredo desarrolló entre los monjes fueron comparadas en su tratado Sobre la Amistad Espiritual con el amor entre Jesús y su discípulo amado o entre Jonatán y David. Louis Crompton nos relata en su libro Homosexualidad y Civilización que Elredo permitía a los monjes de su monasterio en Yorkshire expresar afecto tomándose de las manos, una práctica ciertamente desalentada por otros abades.


El icono de San Elredo de Rieval que encabeza esta entrada fue pintado por el Hermano Robert Lentz, un fraile franciscano e iconógrafo de renombre mundial quien es conocido por sus íconos innovadores. Ese ícono incluye una pancarta con las palabras de Elredo: "Un amigo uniéndose a su amigo en el espíritu de Cristo".
Queer teólogo Hugo Córdova Quero ha escrito un capítulo sobre Elredo titulado "Amistad con privilegios: Una lectura queer de Elredo de Rieval y su teología de la amistad," el cual fue incluido en el libro "El Teólogo Sexual: Ensayos sobre Sexo, Dios y la Política", una colección de ensayos académicos editados por Marcella Althaus-Reid y Lisa Isherwood en el año 2004.

Córdova Quero cita y analiza las palabras de Elredo según su escrito "Espejo de la Caridad", en donde ante la muerte de su primer gran compañero, un monje llamado Simón, el santo nos declara: "Estoy en pena por mi más querido, por aquel con quien en el corazón somos uno y que me ha sido arrebatado...". Córdova Quero luego  explora el siguiente amor de Elredo por un monje del cual no se conoce su nombre, colocando a ambos varones en su contexto histórico desde una perspectiva queer.

Por otro lado, "Hermano y amante: Elredo de Rieval", escrito por Brian Patrick McGuire, es un relato cronológico encantador que rastrea el impulso homoerótico en la vida de Elredo. McGuire, quien es profesor de historia en Dinamarca, cuenta la historia con un estilo de escritura muy personal e informal.

El Cardenal Newman Santo GAY

Beato John Henry Newman y Ambrose St. John: Un santo gay y su "luz terrenal" comparten una amistad romántica.

John Henry Newman fue un  sacerdote erudito muy conocido como el británico convertido al catolicismo-romano más famoso del siglo 19. Newman fue beatificado en 2010 en medio de la especulación desenfrenada que era gay. El día de su festividad es , 11 de agosto, en la Iglesia Anglicana y el 9 de octubre en la Iglesia Católica Romana.

Newman y otro sacerdote, Ambrose St. John, vivieron juntos durante 32 años y comparten la misma tumba. Algunos dicen que compartían una "amistad romántica" o "la vida comunitaria". Es probable ambos tuvieran una orientación homosexual al tiempo que guardaban la abstinencia sexual. Newman describe St. John como "mi luz terrenal." Ambos eran inseparables.

Newman (21 de febrero 1801 - 11 de agosto 1890) es considerado por muchos como el más grande pensador católico-romano del mundo de habla Inglés.Nació en Londres y fue ordenado como sacerdote anglicano. Se convirtió en uno de los líderes del Movimiento de Oxford, el cual tenía como objetivo volver la Iglesia de Inglaterra a muchas de las tradiciones católico-romanas. El 9 de octubre 1845 se convirtió al catolicismo romano. Aunque tuvo que renunciar a su puesto como profesor de Oxford debido a su conversión, al final alcanzó el rango de cardenal.

Ambrose Saint John (1815 -1875), aparentemente conoció a Newman en 1841. Vivieron juntos durante 32 años, comenzando en 1843. St. John era cerca de 14 años más joven que Newman. Comparo su encuentro con St. John como el una  pareja del mismo sexo bíblica: Ruth y Naomi . En las propias palabras de Newman, St. John "llegó a mí como Ruth llegó a Naomi" durante los difíciles años justo antes de salir de la iglesia anglicana.

Después de ambos convertirse juntos al catolicismo romano, estudiaron en Roma, donde fueron ordenados sacerdotes al mismo tiempo. Cuando St. John se confirmó en la fe católica romana, preguntó si podía hacer un voto de obediencia a Newman, pero la solicitud fue rechazada. Newman recordó sus primeros años de esta manera:

"Desde el primer momento me amo con una intensidad que era inexplicable. En Roma, hace 28 años, siempre estaba trabajando para mí y aliviándome  de todos mis problemas, que al ser joven y de aspecto sajón, todos lo llamaron mi ángel de la guarda".

Un retrato de Newman y St. John, juntos en Roma fue pintado por Maria Giberne, una artista aficionada y amiga de toda la vida de la familia de Newman, quien lo seguío a la Iglesia Católica Romana.Giberne pintó a la pareja sentada junto a sus libros en una de sus habitaciones en el Colegio de Propaganda en Roma, el 9 de junio de 1847. De pie entre ellas está la Virgen de la Medalla Milagrosa, que parece bendecir y velar por los sacerdotes que se amaban el uno al otro.

St. John, un erudito y lingüista en su propio derecho, ayudó a Newman con su erudición y compartió otros aspectos de la vida cotidiana como si fueran una pareja en un matrimonio entre personas del mismo sexo.John Cornwell, autor de La Tumba Inquieta de Newman: El Santo Renuente, declaró a Radio Pública Nacional de los Estados Unidos de Norteamérica que el apoyo de St. John hacia Newman incluía "incluso hacer cosas tales como preparar sus maletas antes de que viajara, asegurarse que estaba tomando su medicina, asegurarse que concurría a sus citas con el dentista, ese tipo de cosas. Era casi como una esposa, pero sin la cama matrimonial".

Vivieron juntos hasta que St. John murió el 24 de mayo de 1875. Sólo tenía unos 60 años de edad. De acuerdo con una carta memorial escrita por el propio Newman, St. John murió de un derrame cerebral que "se originó en su exceso de trabajo en la traducción de Fessler, la cual realizaba para que yo respaldara mi carta al duque de Norfolk." Newman necesitaba la traducción de un importante libro del teólogo alemán Joseph Fessler a raíz del Concilio Vaticano I.

En la carta memorial Newman describe sus últimos y dramáticos momentos juntos, incluída la forma en St. John se aferró a él estrechamente en la cama y le estrechó la mano con fuerza. Newman, sin saber que su amado compañero estaba muriendo, pidió a otros que le desbloquearan los dedos antes de decir la despedida que resultó ser su última.

Newman tenía el corazón destrozado por la pérdida de su pareja amada. "Siempre he pensado en ningún duelo se iguala al de un esposo o esposa, pero siento que es difícil creer que el dolor de alguien puede ser mayor que el mío", escribió Newman.

Newman insistió en tres ocasiones de que lo enterraran en la misma tumba con St. John: "Deseo con todo mi corazón ser enterrado en la tumba del padre Ambrose St. John -y doy esto como mi última, mi imperativa voluntad", escribió, para luego añadir: "Esto confirmo e insisto".
Newman murió de neumonía el 11 de agosto 1890 a los 89 años. De acuerdo con sus deseos expresos, lo enterraron con St. John. La cubierta sobre su ataúd llevaba su escudo personal con el lema latino, "Cor ad cor loquitur" (el corazón habla al corazón), que adoptó cuando se convirtió en cardenal. Su lápida conjunta está inscripta con el lema en Latín elegido por Newman: "Ex umbris et imaginibus en veritatem" (hacia fuera de las sombras y los reflejos de la verdad").
Durante el proceso de beatificación, el Vaticano trató de violar la voluntad de Newman de ser enterrado con su amado compañero.Funcionarios del Vaticano esperaban excavar y remover sus restos en preparación para su beatificación. La controversia se produjo ya que algunos activistas LGBTI vieron la decisión de interrumpir la tumba compartida como un intento de separarlos y encubrir la parte queer de la vida de Newman. Sin embargo, cuando la tumba fue abierta en 2008, los restos se habían descompuesto completamente, sin dejar nada que se pudiera separar.

El legado de Newman es de gran alcance. Debido a que Newman fue un alumno excelente, centros católico-romanos en los campus universitarios de Estados Unidos de Norteamérica llevan el nombre de él. Newman cuenta su propia historia en su aclamada autobiografía espiritual, Apologia pro vita sua. Es conocido por escribir el poema "El sueño de Geroncio" y el  himno popular "Divina Luz".

Su teología de la amistad y su énfasis en la conciencia son a la vez importantes para las personas LGBTi y sus aliadas y aliados. Aunque la Iglesia Católica Romana tiende a fruncir el ceño en amistades especiales entre sacerdotes, monjas o monjes, Newman enseñó: "El amor de nuestros amigos privados es el único ejercicio preparatorio para el amor de todos los seres humanos." También predicó: "La mejor preparación para amar al mundo en general, y amarlo debida y prudentemente, es cultivar nuestra  amistad íntima y afecto hacia quienes están inmediatamente cerca nuestro".

Terence Weldon en su libro Querificando la Iglesia explica cómo las enseñanzas de Newman sobre la conciencia sentó las bases para los cristianos LGBTI de hoy: "Como teólogo, el cardenal Newman jugó un papel importante en el desarrollo de la formulación moderna de la primacía de la conciencia, que es de fundamental importancia para católico-romanos LGBTI que rechazan en conciencia las enseñanzas usuales sobre la sexualidad; o la alta proporción de parejas heterosexuales que rechazan "Humanae Vitae".

Este artículo está ilustrado con iconos de Newman por Robert Lentz y William McNichols. Ambos artistas se enfrentaron  a controversia por sus íconos alternativos que afirman a personas LGBTI.

Newman es honrado por la Iglesia Católica Romana el 9 de octubre, aniversario de su conversión del anglicanismo al catolicismo romano en 1845. Naturalmente la Iglesia Anglicana eligio una fecha diferente para el día de la festividad de Newman: el aniversario de su muerte el 11 de agosto de 1890.

Con su beatificación, el beato Newman está ahora a sólo un paso de ser reconocido oficialmente como santo. Sin embargo, Newman ya es un santo en el corazón de muchos, incluyendo a las personas LGBTI que se inspiran en su vida y en su amor.

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Krzysztof Charamsa


 Nacido el 5 de agosto de 1972 es un sacerdote teólogo y autor católico polaco. En 2015, después de declarar que era homosexual y en una relación, fue suspendido como sacerdote de acuerdo con la doctrina católica , y eliminado de varios puestos anteriores en la Curia Romana .
Su padre trabajaba como economista , y su madre es una católica devota. 
Estudió teología y filosofía de 1991 a 1993 en Pelplin en Polonia y de 1993 a 1997 en la facultad de teología de la Universidad de Lugano en Suiza . En 2002 obtuvo un doctorado en la Pontificia Universidad Gregoriana .

 Ordenado sacerdote de la Diócesis de Pelplin el 28 de junio de 1997.

Enseñó teología en el Pontificio Ateneo Regina Apostolorum a partir de 2004 y en la Pontificia Universidad Gregoriana a partir de 2009. Desde 2003 hasta 2015 trabajó en la Congregación para la Doctrina de la Fe .Explicó años después que descubrió que sus colegas no entendían lo que era ser homosexual. Dijo que el fallo del año 2005 del Papa Benedicto XVI de que incluso un homosexual célibe no era apto para el sacerdocio lo llevó a defenderse públicamente "para defenderme". 
Hizo su salida del armario en anticipación de la segunda sesión del Sínodo del Obispo sobre la Familia , programada para comenzar el 4 de octubre de 2015. Dos días antes de su inauguración, anunció que era gay en una entrevista en polaco para una película que estaba en producción, Artículo Dieciocho , un documental sobre la campaña para el matrimonio entre personas del mismo sexo en Polonia. Su anuncio atrajo considerable atención en los medios polacos. 
En vísperas del Sínodo, anunció en Corriere della Sera , uno de los periódicos más importantes de Italia, que es homosexual y tiene un socio consensuado. Él dijo: "Quiero que la Iglesia y mi comunidad sepan quién soy: un sacerdote gay que es feliz y está orgulloso de su identidad. Estoy dispuesto a pagar las consecuencias, pero es hora de que la Iglesia abra los ojos y se dé cuenta". que ofrecer a los creyentes gay la abstinencia total de una vida de amor es inhumano ". También dio una conferencia de prensa en la que su compañero, identificado como Eduard, apareció a su lado. 
Frederico Lombardi , director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede , reconoció que si bien respetaba la situación personal de Charamsa, la "decisión de Charamsa de hacer una declaración tan precisa en vísperas de la apertura del Sínodo parece muy seria e irresponsable, ya que apunta a la asamblea sinodal a la presión excesiva de los medios ". El Vaticano inmediatamente destituyó a Charasma de sus puestos docentes y sus puestos en la Curia Romana .  El 21 de octubre, el obispo Ryszard Kasyna de Pelplin, la diócesis en la que Charamsa fue ordenado, lo suspendió del sacerdocio, prohibiéndole llevar a cabo los sacramentos o vestir ropa clerical. Él no ha sido laicizado. Se vio obligado a mudarse del convento en Roma, donde había vivido durante años mientras servía como capellán.
El 28 de octubre, poco después de la finalización del Sínodo, Charamsa publicó una carta que envió al Papa Francisco el 3 de octubre. Acusó a la iglesia de "hacer la vida imposible" para millones de homosexuales católicos. Escribió que esperaba que Francisco entendiera el tormento que sufren los sacerdotes homosexuales y agradeció a Francis por algunas de sus palabras y gestos hacia las personas homosexuales. Sin embargo, criticó a la Iglesia Católica por ser "frecuentemente violentamente homofóbica" e "insensible, injusta y brutal" con las personas homosexuales, a pesar de que afirmó que hay un número significativo de hombres homosexuales en todos los niveles dentro de la Iglesia, incluido el Colegio de Cardenales . Pidió que se retiren todas las declaraciones de la Santa Sede que son ofensivas y violentas contra los homosexuales, citando la política puesta en marcha por el Papa Benedicto XVI en 2005 que prohíbe a los hombres con tendencias homosexuales profundamente arraigadas convertirse en sacerdotes. Dijo que la caracterización de Benedict de la homosexualidad como "una fuerte tendencia ordenada hacia un mal moral intrínseco" era "diabólica". 
También evaluó el trabajo del Sínodo sobre el enfoque de la Iglesia hacia los gays y las lesbianas. Criticó al Sínodo por replantear los estereotipos sobre los homosexuales. Él dijo: "Si la Iglesia no puede hacer una reflexión seria y científica sobre la homosexualidad e incluirla en sus enseñanzas, incluso las aperturas del Santo Padre y las cálidas palabras sobre los homosexuales están vacías". Citó al cardenal Robert Sarah , quien le dijo al Sínodo: "Lo que fueron el nazi-fascismo y el comunismo en el siglo XX, las ideologías occidentales homosexuales y del aborto y el fanatismo islámico son hoy en día". Charamsa comentó: "Nadie dijo en público una palabra en contra de esas frases difamatorias. ¿Qué tipo de respeto nos muestra a todos?" 
Cuando se le preguntó si planeaba casarse con su pareja, Charamsa dijo que el matrimonio es "parte de la dinámica del amor y le agradezco a Dios que vivo en un siglo en el que es posible, gracias al movimiento homosexual y gracias a muchos mártires homosexuales". También defendió el momento de su anuncio en la víspera del Sínodo: "Mucha gente ha dicho que fue tan espectacular, tan grande, que no llegó en un buen momento. Con esta gente tengo una pregunta: ¿cuándo es una ¿buen tiempo para salir a la iglesia? ¿Cuándo? ¿Después del sínodo? La respuesta es: "nunca". El tiempo responsable para salir nunca es ".
Charamsa apoya los derechos de los homosexuales y el matrimonio entre personas del mismo sexo y también apoya la misericordia y el perdón hacia las mujeres que han tenido un aborto . Charamsa cree que los sacerdotes con ingresos seguros y sin presiones familiares no pueden entender las presiones que llevan a las mujeres pobres a los abortos. No cree que la frase lobby gay refleje la experiencia de los homosexuales en la Curia romana : "Conocí a sacerdotes homosexuales, a menudo aislados como yo, pero sin lobby gay".
El obispo Ryszard Kasyna expulsó a Krzystof Charamsa y se le prohibió celebrar misa, administrar sacramentos como la comunión y el bautismo o usar una sotana por no cumplir con su voto de celibato tras una advertencia oficial anterior, según una declaración en el sitio web de la diócesis de Pelplin .
Si bien Charamsa ya no puede realizar tareas sacerdotales, no fue excomulgado, lo que lo desterraría completamente de la Iglesia Católica .

Escritos 

  • L'immutabilità di Dio. L'insegnamento di San Tommaso d'Aquino nei suoi sviluppi presso i commentatori scolastici , Editrice Gregoriana, Rom 2002.
  • Davvero Dio soffre? La Tradizione e l'insegnamento di San Tommaso , Edizioni Studio Domenicano, Bolonia 2003 
  • Il Rosario - una escuela de previsión contemplativa , Librería Editrice Vaticana, Città del Vaticano 2003 .
  • Percorsi di formazione sacerdotale , Libreria Editrice Vaticana, Città del Vaticano 2005, con G. Borgonovo .
  • Eucaristia e libertà , Librería Editrice Vaticana, Città del Vaticano 2006, con G. Borgonovo
  • La voce della fede cristiana. Introduzione al Cristianesimo de Joseph Ratzinger - Benedetto XVI, 40 anni dopo , ART, Rom 2009, con N. Capizzi 
  • Abitare la Parola. En compagnia della Madre del Verbo , Editrice Rogate, Roma 2011 
  • Virtù e vocazione. Un cammino mariano , Editrice Rogate, Roma 2014 .
  • La Prima Pietra. Io, prete gay, e la mi ribellione all'ipocrisia della Chiesa (Autobiografía), Rizzoli , Milán 2016 

Seminaristas gays


Nota: Este artículo de opinión apareció en una forma más corta en Southen Voice (9 de diciembre de 2005, p.23 ) y publicaciones hermanas bajo el título "Vaticano para homosexuales: ¡Crece!"

El 29 de noviembre de 2005, el Vaticano finalmente emitió su "Instrucción" sobre seminaristas homosexuales. Tiene profundas implicaciones prácticas, políticas y teológicas.
Prácticamente, el Vaticano ha adoptado una postura definitiva: ¡no hay seminaristas homosexuales!
Entonces, los homosexuales dejarán de ingresar al seminario. Solo hombres homosexuales que no se conocen a sí mismos o que están mintiendo serán ordenados. Piadosas tópicos cubrirán toda sexualidad. El sacerdocio católico seguirá siendo un escondite para hombres sexualmente inmaduros de todo tipo. Y el abuso sexual que supuestamente debe abordar esta nueva política continuará, como siempre.Políticamente, la lucha por este documento es divertida. El Vaticano era muy consciente de que estaba sacando su cuello. Los globos de prueba tenían los obispos de las diócesis y los superiores de las órdenes religiosas pidiendo al Vaticano que no publicara esta cosa.
Inmediatamente después de su lanzamiento, el arzobispo Quinn de San Francisco minimizó su importancia. El Papa solo lo firmó; no fue su declaración. (Ah, ¿qué fue eso?) Es solo una Instrucción, no un requisito legal hermético. (¡Vamos!) Los teólogos tendrán que explicar exactamente lo que significa. (¡Puedes decir eso otra vez!) No tengas miedo; los obispos responderán con prudencia y discreción. (Connivencia episcopal continúa)
Georges Cardinal Cottier, un conocedor del Vaticano, presentó una imagen diferente. El Papa firmó la Instrucción; por lo tanto, lleva su autoridad. (Sí.) Este documento no dice nada nuevo; solo saca la enseñanza católica juntos. (Oh, ¿en serio?) El Vaticano no significa atacar a los homosexuales, sino que trata sinceramente de entenderlos a ellos y sus problemas. (¡Que dulce!)
En una nota política positiva, el Vaticano al menos nombra y reconoce la realidad de la "cultura gay", incluso cuando insiste en que ningún presunto sacerdote tiene una relación con ella.
Lo más intrigante es que el Vaticano se vio obligado a romper nuevos terrenos teológicos para lidiar con el problema de los seminaristas homosexuales.
La principal premisa del Vaticano es que el sexo debe ser procreativo. Así que fue bastante fácil concluir que, aunque ser homosexual es inocente, participar en actos entre personas del mismo sexo es incorrecto. Del mismo modo, fue fácil concluir que el matrimonio gay está fuera. Pero si los seminaristas homosexuales se abstienen del sexo, ¿qué los descalifica? El Vaticano tuvo que argumentar que ser homosexual ya es intolerablemente defectuoso.
Un documento de 1986 proporcionó una apertura. Debido a que los actos homosexuales son un "mal moral intrínseco", el Vaticano dictaminó en aquel entonces, la inclinación hacia ellos "debe ser vista como un desorden objetivo ". Con sutilezas filosóficas, Quinn había tratado de explicar estas palabras también, pero resulta que significan lo que la mayoría entendió que significan: el Vaticano dice que los homosexuales están enfermos.
Esta nueva Instrucción del Vaticano es específica: los hombres homosexuales carecen de "madurez emocional", por lo que no pueden "relacionarse correctamente con hombres y mujeres". Por lo tanto, no pueden proporcionar "paternidad espiritual". Haciéndose eco de las afirmaciones engañosas del movimiento ex gay, el Vaticano está restableciendo la desacreditada teoría freudiana sobre las fijaciones del desarrollo.
Cómo se relaciona correctamente con hombres y mujeres sigue siendo un misterio de fe. Pero, seguramente, como sugiere el estereotipo hetero, los hombres homosexuales "con dos espíritus" naturalmente se relacionan mejor por todas partes que los hombres heterosexuales. ¿Por qué razón los chamanes, maestros y líderes espirituales a lo largo del tiempo han sido a menudo lo que llamaríamos homosexuales? Pero tal vez para el Vaticano, "correcto" relacionarse significa precisamente mantener los estereotipos!
En cuanto a la "madurez emocional o afectiva", tiene un rastro de papel. En una "Exhortación" de 1992, Juan Pablo II introdujo la idea como un requisito para los sacerdotes en general. Incluye el conocimiento del corazón humano, la comprensión de los problemas de las personas, la capacidad de generar confianza y cooperación, un sentido de justicia, amor a la verdad, respeto por los demás, juicio equilibrado y comportamiento, lealtad, compasión, integridad y conciencia de que el amor involucra la persona completa, no solo el cuerpo.
De acuerdo con la Instrucción, los hombres homosexuales carecen de esa madurez y características personales, automáticamente. ¡Esta escandalosa acusación es una bofetada a cada persona gay o lesbiana que haya vivido! Además, si los homosexuales son tan incompetentes, ¿por qué tantos de ellos han sido sacerdotes efectivos?
Peor aún, el documento subvierte la misma noción de orientación sexual. La elusiva distinción del Vaticano entre "tendencias homosexuales profundamente arraigadas" y "un problema transitorio" sugiere que el comportamiento sexual define la homosexualidad y los verdaderos homosexuales son incapaces de no tener relaciones sexuales. El Vaticano parece pensar, y esperar, que si los homosexuales solo dejan de tener relaciones sexuales, todo el asunto desaparecerá.
Todos, de vuelta al armario!
Sorprendentemente, el argumento de este texto de tres páginas es circular. Sus dos páginas de documentación se refieren solo a los documentos del Vaticano. No se cita ningún estudio de ciencia social o opinión basada en la evidencia.
Tan fundamentalista como cualquier golpeador de la Biblia y como menosprecio de los hechos documentados, el Vaticano está construyendo meticulosamente su propia versión de la realidad, considerada como "fe cristiana". Ahora solo los engañados de manera similar calificarán como líderes de la iglesia.
La Instrucción termina recordando a los hombres homosexuales que no mientan para entrar en el sacerdocio. ¿No sería interesante si los sacerdotes y la jerarquía ya ordenados también fueran honestos?
Una política sobre los seminaristas gay
Nota del 23 de octubre de 2005: este documento fue escrito en 1985 y publicado en The CMI Journal , 1988, 2 , páginas 21-28.
 A la luz de la discusión al comienzo del reinado del Papa Benedicto XVI, saqué este papel y volví a leerlo. Me sorprendí al darse cuenta de cuán relevante y casi actualizada está la pieza. Hasta que no se trate de manera realista, el problema no cambia y no desaparecerá. Originalmente redacté los 23 puntos en la pieza para una discusión entre el personal del seminario cuando era Profesor Asistente de Teología Sistemática y Espiritualidad en la Escuela Oblata de Teología en San Antonio. Mi aportación no fue bien recibida por el personal del seminario, quien, según recuerdo, tenía poco más de un párrafo de media página para contribuir a la discusión. En contra de los buenos deseos del obispo de Austin, donde estaba estudiando psicología y ofreciendo asesoramiento pastoral, el artículo fue posteriormente publicado en una especie de boletín clandestino para sacerdotes y religiosos homosexuales: The CMI Journal. El siguiente borrador incluye algunas ediciones ligeras y actualizaciones menores.
Por primera vez en la historia, a mediados de la década de 1940, la homosexualidad se convirtió en objeto de investigación sistemática. En las últimas dos décadas, la homosexualidad se ha convertido cada vez más en un tema de conversación. Lo "innombrable" ahora se menciona casualmente en muchos círculos, se nombra en los medios y se narra en canciones y películas.Inevitablemente, a pesar de la estabilidad y la resistencia de la Iglesia como una institución milenaria, este tema no pudo evitar entrar también en la discusión eclesiástica. Y allí se sacuden las bases, ya que desentraña un problema crítico para la casta clerical masculina, soltera, en la que descansa el catolicismo romano.
Aunque la homosexualidad entre los clérigos siempre se ha conocido y hasta se celebraba en la temprana edad media, desde el siglo XIII y hasta hace poco, era menos notable y, reprimida por la sociedad en todos los frentes, probablemente menos abierta. Ahora los obispos y los superiores religiosos discuten el tema y se preguntan qué hacer al respecto.
El presente documento aborda este tema y presenta una declaración de política sobre la homosexualidad en los seminarios. Con una buena dosis de realismo católico y con el compromiso católico para la reconciliación de la realidad humana y la llamada divina -compromiso, de hecho, con la coincidencia de estos dos en Cristo- este artículo revisa el tema de la homosexualidad y ofrece algunas sugerencias prácticas.
La intención es mantener en unidad dos conjuntos de preocupaciones. Por un lado, este documento tiene en cuenta la investigación bíblica e histórica reciente, la investigación psicológica, antropológica y sociológica, y la experiencia clínica y pastoral, y en cierta medida se aparta necesariamente de una comprensión anterior de la sexualidad y su relación con la espiritualidad.Sin embargo, por otro lado, este documento toma como punto de partida la posición oficial de la Iglesia Católica Romana, aunque en la mayoría de los aspectos no estoy de acuerdo con esto, presume la ética sexual católica, prevé un clero exclusivamente masculino y acepta el requisito del celibato para la ordenación sacerdotal.
Tres calificaciones preliminares están en orden. Primero, esta es una declaración de política, no un tratado sobre ética sexual. La preocupación aquí no es qué es correcto o incorrecto, bueno o malo.Por el contrario, al aceptar la comprensión católica de esos asuntos, la preocupación es sugerir cómo los líderes de la iglesia podrían lograr lo mejor posible como bueno, mejor y mejor. Esta declaración se involucra en lo que se ha llamado "la ciencia de lo posible" -políticas. Dicho en términos teológicos, esta afirmación sugiere una "aplicación pastoral" realista de las normas éticas y el derecho canónico a situaciones concretas.
En segundo lugar, tampoco es un tratado sobre espiritualidad. No es un relato de cómo el celibato y otras dimensiones del sacerdocio pueden mejorar el crecimiento espiritual de uno. Ciertamente, muchos sacerdotes han aceptado el celibato en un espíritu de santidad y, a través del fiel compromiso con él, al servicio de la Iglesia, se han convertido en santos. Ciertamente, también, uno esperaría que todos abrazaran la vida sacerdotal con este mismo espíritu y con los mismos resultados. No obstante, aunque los cánones de la Iglesia incluyen tales prescripciones, el compromiso y la santidad no pueden ser legislados. Lo que se puede legislar -y, por lo tanto, regulado y controlado- es el comportamiento, y solo el comportamiento puede ser la preocupación de una declaración de política. En consecuencia, este documento habla del celibato como una disciplina de la iglesia, un requisito para el sacerdocio, y no como un compromiso espiritual.
Tercero, la mayor parte de este artículo se aplica igualmente a seminaristas religiosos y diocesanos, pero fue escrito especialmente con la diócesis en mente. Las diferencias importantes, que no son, por supuesto, la imagen completa, deben ser reconocidas. Mientras que los candidatos para las órdenes religiosas ingresan a una comunidad estable y duradera, son iniciados sistemáticamente en una espiritualidad generalmente bien formulada, y no están preocupados por la política eclesiástica, lo mismo no sucede generalmente con los seminaristas diocesanos. Su "comunidad" de seminario es un conglomerado ad hoc de hombres de numerosas diócesis. Su compromiso a largo plazo con el ministerio en sus respectivas diócesis los aleja de la comunidad del seminario por vacaciones, y definitivamente después de la ordenación. En realidad, no pertenecen, excepto temporalmente, al grupo con el que están educados. En tal situación, la ordenación es el objetivo supremo; cuidado de no cruzar las autoridades es una preocupación primordial y realista.
De nuevo, no existe una espiritualidad bien formulada para el clero diocesano, y muchas de las prácticas más monásticas inculcadas durante los años del seminario fácilmente se vuelven periféricas después de la ordenación. A diferencia de los ejercicios espirituales comunitarios, los ejercicios privados -por ejemplo, rezar la Oficina- representan experiencias significativamente diferentes. Pero después de la ordenación, el compromiso de un sacerdote diocesano con la vida espiritual es esencialmente un asunto privado. Puede cumplir fácilmente todas las responsabilidades públicas mientras se relaciona con otros sacerdotes y feligreses, incluso en la liturgia, en un nivel meramente social, administrativo o funcional.
Finalmente, más que el clero religioso y diocesano están involucrados en la competencia por el ascenso en la estructura de poder eclesiástica. Dado que el ministerio diocesano generalmente se limita al trabajo parroquial y generalmente se circunscribe dentro de límites geográficos estrechos, a menudo no hay ningún lugar para los brillantes, talentosos y ambiciosos para ir, excepto a las oficinas administrativas y, en el caso ideal, a la oficina del obispo. Mientras que los superiores religiosos usualmente son elegidos y generalmente vuelven a la base después de cumplir su mandato, los obispos son nombrados de por vida, y la lealtad institucional es un prerrequisito importante para tal nombramiento. La conciencia de esta realidad política impregna el sacerdocio diocesano. Además, dentro del sistema masculino actual, el hombre que disfruta de una compañía masculina y nunca pierde la contribución de la mujer tiene una clara ventaja sobre los demás.
Estas observaciones sugieren que el seminario diocesano puede no ser el lugar ideal para fomentar un sentido de comunión honesta y abierta, sin embargo, se requiere una comunión tan sana para satisfacer las necesidades de intimidad de los hombres obligados en la religión al celibato. Si el personal del seminario diocesano encuentra difícil su tarea de formación, puede sentirse reconfortado al considerar que la estructura más amplia dentro de la cual trabajan casi excluye la posibilidad de éxito. Obviamente, la estructura sociológica del sacerdocio católico romano tiene implicaciones importantes para el celibato sacerdotal en general y la homosexualidad clerical en particular.
Esos dos, el celibato y la homosexualidad, son los temas respectivos de las dos partes de este documento. 
Los párrafos están numerados para una fácil referencia cruzada.
El problema principal: la disciplina del celibato en general
1. El problema principal es el requisito del celibato para los sacerdotes en el rito latino de la Iglesia Católica Romana. El requisito es el mismo para todos. Toda política se basa en este único punto de comienzo. Aquellos que no quieren o no pueden vivir la disciplina del celibato no pueden ser ordenados. Desde este punto de vista, si un hombre es heterosexual u homosexual es irrelevante.
2. La formación en el seminario debe ser una preocupación específica para ayudar a los candidatos a reconocer, afirmar e integrar su sexualidad. La creencia católica sostiene que uno puede vivir sexualmente sin estar genitalmente involucrado. Tal objetivo solo es posible mediante la integración activa de la sexualidad en el proceso de maduración después de la pubertad. La integración sexual implica la aceptación de uno mismo como un organismo sexual, la comodidad con los sentimientos sexuales en los planos físico y emocional. Por lo tanto, la capacidad de desarrollo para tener sentimientos sexuales apoya y potencia, en lugar de oponerse, el esfuerzo de uno por todo lo que es sano, correcto y bueno. La integración sexual significa el funcionamiento unificado del ser humano de modo que lo corporal, lo psíquico y lo espiritual, en cooperación con la gracia divina, se muevan armoniosamente a lo largo del camino dictado por la necesidad espiritual de apertura, honestidad y amor. La sexualidad es parte de todos. No puede ser pasado por alto. Inevitablemente, saldrá a la superficie. En algún momento de la vida, debe enfrentarse.
Los programas de formación deben ayudar a los seminaristas a aceptarse a sí mismos como sexuales. El requisito del celibato no excusa a uno de integrar la propia sexualidad. Por el contrario, solo aquellos que tienen una sexualidad maduramente integrada podrán vivir el ideal del celibato.Sin embargo, muchas veces los programas de formación no se han enfrentado con honestidad a este problema, porque muchos se sienten incómodos al tratar con la sexualidad en cualquier caso y porque algunos temen que el tratamiento directo del sexo les lleve a la actividad sexual. El notorio educador sexual y profesor emérito Sol Gordon cuestiona este último reclamo al igual que un cuerpo de investigación sobre la educación sexual efectiva.
3. La formación para el celibato requiere que el tema de la sexualidad sea legítimo para su consideración; que las personas puedan discutir abiertamente sus preguntas, experiencias y dificultades; y que se desarrolle una comunidad de confianza suficientemente profunda para permitir tal apertura.
4. La vida en el seminario debe alentar el desarrollo de amistades profundas entre los seminaristas y con los no seminaristas, hombres y mujeres. Debe reconocerse que el temor de la cultura estadounidense a la expresión de afecto de hombre a hombre es psicológicamente insalubre, fomenta la sexualidad reprimida en todos los frentes, y por lo tanto contribuye a la falta de integración sexual y a la actividad sexual compulsiva. Los estudios sugieren que incluso en las relaciones heterosexuales, la búsqueda de la intimidad genital por parte de los varones estadounidenses a menudo es solo un medio para lograr el contacto físico y el abrazo que de otro modo estarían prohibidos. Cuando se satisface la necesidad humana de afecto, la urgencia de la experiencia genital disminuye. Por lo tanto, los seminarios deben aceptar como normales y sanas ciertas expresiones físicas de afecto, como lo permite la cultura: movimientos de manos, palmadas en la espalda, abrazos. Se debe prestar mayor atención al ideal del amor encarnado, como lo expresó San Aelred de Rievaulx y otros: el afecto humano profundo y lleno de sentimientos es el soporte y la puerta al amor cristiano de Dios y el prójimo.
5. La formación es un proceso. Se esperaría que las personas no vivan el ideal a la perfección mientras que el proceso todavía está incompleto y ciertamente no mientras el proceso recién comienza. Tomar en serio el tema de la integración sexual es permitir que ocurra algo de actividad sexual. En primer lugar, es de esperar que los seminaristas ya hayan avanzado más allá de la actividad sexual antes de ingresar al seminario. Sin embargo, si un hombre aún no ha alcanzado ese objetivo intermediario, se le deben establecer algunos criterios razonables. Si no se cumplen los criterios, el despido sería apropiado. Si un hombre es despedido por dificultades con el celibato, el sistema del seminario no debería separarlo completamente de todo apoyo. El contacto regular con un consejero y director espiritual lo ayudará a integrar su sexualidad fuera del seminario con la esperanza de que luego pueda regresar, más maduro y sexualmente más responsable, para continuar preparándose para la ordenación. Por supuesto, un lapso no debe ser motivo de despido. Las políticas tradicionales del seminario, realistas y prudentes, han gobernado estas situaciones en el pasado, enfocando la atención, sin embargo, principalmente en la masturbación. Hoy se necesita más tolerancia, precisamente porque ahora la integración sexual es el problema, mientras que en el pasado la negación y / o control de la sexualidad era la norma. Pero como siempre, si un hombre se muestra incapaz de mantener la disciplina requerida, la ordenación sería inapropiada.
6. No todos los sacerdotes son perfectos en el celibato todo el tiempo. Este hecho es bien conocido en los círculos clericales y episcopales. Es necesario enfrentarlo, y la formación debe preparar con sinceridad a los hombres para enfrentarlo. Con el debido respeto a los ideales religiosos, los seminaristas necesitan escuchar estas cosas: si un sacerdote descubre que es incapaz de evitar la actividad sexual, es de esperar que al menos sea juicioso en su elección de pareja; No se puede tolerar la participación de niños, jóvenes de la parroquia, feligreses, penitentes, consejeros o estudiantes. El reconocimiento abierto de este aspecto de la cuestión y la formación realista a la luz de esto eliminaría gran parte del escándalo que rodea los lapsos en el celibato.
Los católicos nunca sugieren que la presencia de un confesionario en cada iglesia alienta a la gente a pecar. Del mismo modo, ser realista acerca de las fallas del celibato no debe verse como un obstáculo para un ideal. La ignorancia no es felicidad, y la ingenuidad es a menudo un peligro mayor para la virtud que la perversidad. El realismo católico no necesita derrumbarse cuando surgen cuestiones de formación sacerdotal.
7. Aunque el celibato sacerdotal es un problema en el foro externo, también es un problema en el foro interno. A los seminaristas se les debe enseñar a hacer estas distinciones y se les deja libres para tratar su propia sexualidad como lo requieren la conciencia y su confesor o director espiritual.Esto quiere decir que la discusión sobre la política del seminario se relaciona con el comportamiento público ya que afecta la vida de la iglesia. Otros aspectos de la pregunta se tratan de otra manera, a saber, en el confesionario, en la oficina del consejero o con un director espiritual.La enseñanza católica sobre la máxima prioridad de la conciencia informada, y la distinción entre hacer el mal y pecar, debe ser recordada, y la conciencia debe ser respetada, y especialmente en cuestiones de sexualidad en las que las personas exhiben un rango tan amplio de diferencias individuales y en donde los factores personales y situacionales ejercen tales influencias urgentes.
8. De lo que se deduce que los funcionarios del seminario no tienen responsabilidad alguna, y, por lo tanto, ningún derecho a buscar a los ofensores contra el celibato. Tales tácticas violan la privacidad personal sagrada. Destruyen la atmósfera de confianza que es esencial para el progreso en el crecimiento personal, como se señaló en el párrafo tres anterior. Por la misma razón, los seminaristas voyeristas que investigan las vidas sexuales de otros y transmiten sus hallazgos hacen más para sabotear el programa de formación general que los lapsos del celibato.
Por razones humanas comunes, los seminaristas necesitan una dimensión privada en sus vidas. Y por razones de formación, mientras todavía son seminaristas, necesitan la experiencia de privacidad y libertad. Una vez ordenados, estarán por su cuenta, más allá de toda vigilancia. Si, mientras están todavía en el seminario, no se les da la oportunidad de desarrollar vidas privadas en armonía con su vocación sacerdotal, más tarde abordarán esta tarea de la vida como torpes adolescentes. Los errores y escándalos seguirán. En una generación anterior, la inhibición sexual generalizada de la cultura generalmente impedía estas desastrosas consecuencias. Pero los tiempos han cambiado. Las restricciones externas se han ido. En la presente generación, solo el compromiso internalizado, el profundo autoconocimiento y la experiencia probada apoyarán el celibato sacerdotal. Los seminaristas necesitan privacidad para desarrollar estos.El problema secundario: la homosexualidad en particular.
9. Muchos sacerdotes y seminaristas católicos son homosexuales. Por supuesto, no habrá estadísticas confiables sobre la homosexualidad clerical hasta que se realicen encuestas formales.Las estimaciones entre las personas que ministran en la comunidad homosexual y entre los clérigos informados sugieren que la incidencia de la homosexualidad entre el clero es tres, cuatro, cinco o más veces mayor que la de la población en general, que comúnmente se acuerda en alrededor del diez por ciento, pero varía más o menos dependiendo de cómo se defina homosexual . Sin lugar a dudas, la concentración de personas homosexuales en la vida clerical es alta, tanto para católicos como para no católicos. Entonces, el tema de la homosexualidad en el sacerdocio y el seminario es real.
10. Carl Jung ha sugerido que un concomitante común de la homosexualidad es una mayor sensibilidad religiosa. En algunas sociedades, los hombres homosexuales son reverenciados como dotados espiritualmente, por ejemplo, los hombres y mujeres con "dos espíritus" entre algunos indios norteamericanos y los chamanes entre muchos pueblos indígenas. Entonces, algo inherente a la orientación homosexual puede explicar la alta correlación entre el estado clerical y la homosexualidad en nuestra sociedad. Es decir, la homosexualidad parece inclinarse hacia la religión o la espiritualidad. Desde este punto de vista, las sensibilidades que poseen muchos hombres gays pueden ser un activo para la vida ministerial en lugar de un contraindicador de una vocación sacerdotal.
11. No hay razón para cuestionar la validez de la ordenación en el caso de los hombres homosexuales. Además, no sería prudente convertir la homosexualidad en un impedimento para las Sagradas Órdenes, de manera oficial o extraoficial. Como una mera consideración práctica, hacerlo disminuiría significativamente el número de sacerdotes que sirven a la iglesia; excluiría a un gran porcentaje de hombres que, como otros hombres homosexuales antes que ellos, quieren ser sacerdotes. De hecho, en vista del párrafo diez, tal acción legislativa o administrativa podría excluir a muchos que están especialmente dotados para el ministerio sacerdotal. Más convincentemente, sin embargo, sería imposible en muchos casos determinar si un hombre es homosexual o no. Aparte de los estereotipos erróneos, el afeminamiento y la homosexualidad no son lo mismo. La especificación exitosa de una categoría sucinta, la homosexualidad , sigue eludiendo a los científicos sociales. Parece que no hay una línea divisoria simple entre hetero y homosexualidad.La conducta sexual abierta, como en el enfoque de Alfred Kinsey, podría proporcionar un criterio fácil para hacer la distinción. Sin embargo, las cualidades interiores, la experiencia emocional y afectiva son las cosas más sustantivas de la sexualidad humana, y estas a veces son vagas y fluidas.La experiencia personal generalizada y el consenso de sexólogos sugieren que los encuentros incidentales entre personas del mismo sexo no constituyen homosexualidad. La "homosexualidad situacional", como es probable que ocurra en las instituciones segregadas por sexo (internados, cárceles, militares y, por supuesto, seminarios) no es homosexualidad constitucional. En comparación con el sexo en otras especies animales, la sexualidad humana es compleja y sutil. Sin duda, este hecho es así porque en los humanos el sexo es parte de un organismo ensimismado. La biología simple ya no es el factor determinante. De hecho, dado que lo espiritual, lo interpersonal, es el determinante específico de la naturaleza humana, en el caso humano, el apoyo biológico y psicológico, sostiene y sirve a este último humano. Por lo tanto, los estudios sugieren que la orientación sexual no es una realidad de uno u otro, sino que con frecuencia recae en un continuo.¿Cuánta homosexualidad haría que una persona no sea apta para el sacerdocio? Incluso lo que se considera heterosexualidad, si no es patológico, contiene cierto grado de atracción afectiva por miembros del mismo sexo. Tanto práctica como teóricamente, entonces, usar la orientación sexual como criterio para la ordenación es problemático.
12. Se sigue del párrafo once, y ya se presupone en el párrafo uno, que los directores de vocaciones y el personal del seminario no tienen necesidad -y, por lo tanto, ningún derecho- de preguntarle a un hombre si se considera heterosexual, homosexual o bisexual. La búsqueda insistente de este tema parece ser lacrada, ya que toda la discusión pertinente sobre el compromiso de celibato puede hacerse sin referencia a la orientación sexual de alguien. Por otro lado, es de esperar que los seminaristas se sientan libres de compartir esta información más personal con personas y en situaciones que sean apropiadas y útiles para su integración sexual y desarrollo personal y espiritual en general. De hecho, el grado en que los hombres serían juiciosos, cómodos y realmente seguros al hacerlo es una indicación positiva de su propia madurez sexual y de la calidad de su programa de formación.
13. El tema más importante en cualquier discusión sobre la homosexualidad es la necesidad de abordar la ignorancia y el prejuicio. El miedo y el mito todavía gobiernan la comprensión de la mayoría de la gente de la homosexualidad. El problema es altamente emocionalmente cargado. Al contrario de lo que mucha gente piensa, los siguientes son verdaderos:
Las relaciones de uno de los padres o hermanos o las experiencias tempranas no pueden explicar la homosexualidad.
• La homosexualidad, como la heterosexualidad, no puede ser "recogido" o adquirido.
• Uno no elige la homosexualidad más de lo que uno elige la heterosexualidad; más bien, uno se encuentra a sí mismo como homosexual y luego se acepta o se rechaza a sí mismo.
• Transcultural y virtualmente universal, aproximadamente el diez por ciento de la población es predominante o exclusivamente homosexual en su comportamiento sexual.
• La homosexualidad no implica ninguna patología psicológica.
• Además de su orientación homosexual, no existe una diferencia detectable entre personas homo y heterosexuales.
• Hay personas homosexuales en cada profesión y estado de vida.
• Ser homosexual no es lo mismo que involucrarse en una actividad homogenital.
• Muchas personas homosexuales no son sexualmente activas.
• Muchas personas homosexuales viven en relaciones a largo plazo, incluso de por vida.
• Muchas personas homosexuales están casadas y tienen hijos, aunque sus matrimonios a menudo se malogran.
En resumen, las personas homosexuales son personas comunes. Si solo algunos elementos de la población homosexual son noticia -y hasta hace poco, por lo general, los elementos más coloridos- lo mismo puede decirse de la población heterosexual.
14. La erudición histórica-crítica contemporánea muestra que la Biblia no condena los actos sexuales masculinos-masculinos per se. De hecho, la Biblia nunca concibe el sexo en términos de orientaciones sexuales. Por el contrario, preocupados por preservar el carácter distintivo de la identidad judía por medio de los requisitos de pureza y los tabúes impuros, los autores bíblicos simplemente no estaban respondiendo a las preguntas de hoy. Además, la iglesia no ha mantenido una posición constante sobre la homosexualidad. Excepto por un breve período de hostilidad hacia los homosexuales durante la disolución del Imperio Romano, la Europa cristiana fue generalmente tolerante o indiferente a la homosexualidad hasta la segunda mitad del siglo XII. En ese momento, la hostilidad hacia una próspera comunidad gay surgió junto con una hostilidad similar hacia los judíos, los musulmanes, los pobres, los herejes y cualquier "desviador" social. El intento de provocar hostilidad hacia los musulmanes al asociarlos con atrocidades homosexuales y, por lo tanto, promover la causa de las Cruzadas fue una de las principales causas del sentimiento anti-gay en la sociedad europea. Aun así, las sanciones eclesiásticas contra el interés por el dinero eran más severas que aquellas contra la homosexualidad. La mayoría de los argumentos razonados contra la homosexualidad apelaron a la información errónea sobre el comportamiento animal en el intento de especificar una teoría de la "naturaleza". En cristianismo, tolerancia social y homosexualidad , John Boswell resumió el asunto de la siguiente manera: "La literatura cristiana más influyente era discutible sobre el tema; ningún escritor destacado parece haber considerado la atracción homosexual como 'antinatural', y los que se opusieron a la expresión física de los sentimientos homosexuales generalmente lo hicieron sobre la base de consideraciones no relacionadas con las enseñanzas de Jesús o sus primeros seguidores "(p.333). La actitud de la Iglesia sobre este tema parecía seguir la actitud secular predominante. Por lo menos, entonces, como ocurre con la mayoría de las preguntas históricas, el asunto es más ambiguo de lo que generalmente se permite. Dentro de la auténtica tradición cristiana, hay mucho espacio para una actitud más positiva hacia la homosexualidad.
15. Se necesita un programa de reeducación importante si se quiere resolver la preocupación sobre la homosexualidad en los seminarios y en otros lugares. Si se desea una resolución rápida, el programa debe comenzar desde la parte superior. Los obispos deben comenzar a hablar sobre la homosexualidad y convertirlo en un tema legítimo de discusión. Deben patrocinar talleres sobre el tema para sus sacerdotes y otros líderes en la Iglesia. Los sacerdotes deben comenzar a discutir el tema desde el púlpito y en otros ámbitos. Se debe desarrollar un clima completamente nuevo donde la comprensión, el conocimiento y la caridad reemplacen el fanatismo, la ignorancia y la injusticia que ahora gobiernan el campo. Debe recordarse que la homosexualidad no es una preocupación minoritaria. Si uno de cada diez miembros de la población es homosexual, entonces, en promedio, una de cada cuatro familias nucleares tiene un hijo homosexual. Agregue consideración de la familia extendida, vecinos, compañeros de clase, compañeros de trabajo y amigos y el problema, tan rico en implicaciones psicológicas, morales y espirituales, obviamente afecta a la gran mayoría de la población. Por el bien de todos, los líderes de la Iglesia tienen la responsabilidad de abordar este problema.
16. Ya sea que los líderes de la iglesia y del seminario aborden este tema, no desaparecerá. Si el liderazgo de la Iglesia abdica de la responsabilidad de este problema moral y espiritual, otros sin preocuparse por el alma seguirán marcando el paso.
17. Una preocupación importante acerca de la homosexualidad en los seminarios parece ser el temor a una mayor oportunidad para la actividad sexual en el seminario y en el círculo clerical.Para todos los propósitos prácticos, la discusión anterior sobre el celibato en general ya ha abordado este tema. De hecho, si solo los hombres sexualmente maduros son admitidos en el seminario, entonces la creciente preocupación por la actividad homosexual en el seminario es probablemente el resultado de la homofobia. La gente generalmente asume que ser homosexual es ser sexualmente activo, por lo que se supone que los seminaristas heterosexuales son célibes, mientras que los seminaristas homosexuales se presume que son sexualmente activos. Estas presuposiciones son simplemente falsas. En la vida contemporánea del seminario, los seminaristas heterosexuales pueden tener tantas oportunidades de actividad sexual como los seminaristas homosexuales, si así lo desean. De nuevo, el problema es el celibato, no la homosexualidad.
18. No obstante, hay espacio para una comprensión más profunda de la experiencia particular de los hombres homosexuales en la actualidad en la historia de nuestra sociedad. Debido a la extendida homofobia y el prejuicio antihomosexual, los hombres homosexuales a menudo no comienzan a lidiar con su capacidad sexual adulta hasta bien entrada la universidad, cuando están lejos de sus hogares y son algo más independientes. Este escenario sería probable especialmente para los hombres que están dispuestos a ingresar al seminario, hombres con una intensa educación religiosa; porque estos también suelen tener una educación intensamente antisexual. Para vergüenza de todas las religiones organizadas, en nuestra sociedad una mayor religiosidad se correlaciona con una mayor negatividad hacia el sexo. Repetidamente, los estudios han confirmado este triste hecho, aunque también se debe notar que los católicos en el banco son los menos homófobos y los más sexualmente cómodos entre los cristianos de todas las denominaciones. Por lo tanto, en comparación con los hombres heterosexuales, es probable que los hombres homosexuales tengan una maduración retrasada en la integración de su sexualidad. Además, debido a que desde sus primeros años tuvieron que esconder sus verdaderos afectos de todos, incluyéndolos a ellos mismos, también es probable que estén atrasados ​​en cuanto a cómo fomentar relaciones interpersonales significativas: estas no son una posibilidad real hasta que uno esté cómodo con uno mismo. Los hombres homosexuales pueden estar descubriendo su sexualidad junto con su propio valor personal cuando ingresan al seminario cuando tienen poco más de veinte años. Si es así, solo en ese momento tendrán las experiencias típicamente adolescentes que los hombres heterosexuales suelen tener en la escuela secundaria y la universidad. Entonces abundan las infatuaciones, los celos, los apegos emocionales intensos y los asuntos sexuales, paralelismos exactos con los fenómenos heterosexuales. De una manera u otra, estos hombres deben atravesar esta fase de desarrollo y se les debe brindar toda la ayuda que necesitan. Pero el seminario no es el lugar apropiado para esta etapa del proceso. La admisión al seminario presupone que un hombre ya ha integrado su sexualidad en un grado considerable. Aquí el párrafo cinco es particularmente relevante.
19. Muy diferente es el caso del hombre que ya ha tratado estos asuntos de "salida" fuera del seminario, quizás incluso en la subcultura homosexual promiscua, que ha "recuperado el sentido" (Lucas 15:17), y quién decide abrazar el celibato y el sacerdocio como una forma de vida más genuina, más satisfactoria. Lejos de ser tratado con recelo, un hombre así debe ser bienvenido al seminario y apoyado en su vocación. Rechazar, en principio, a un candidato homosexual sería actuar por prejuicio homófobo, a menos que se aplique una política similar también en el caso de hombres heterosexuales que han tenido una serie de relaciones sexuales o que han frecuentado la escena de solteros. Sin embargo, en cualquier caso, la política sería equivocada, ya que subestima la posibilidad de que las personas se encuentren a sí mismas. Dicho teológicamente, subestima el poder de la gracia. Los pecadores convertidos como María Magdalena, Agustín, Francisco de Asís e Ignacio de Loyola a menudo son los mejores santos y los mejores sacerdotes.
20. Otra preocupación importante parece ser el temor a la opinión pública adversa. Esta preocupación es válida en vista de la ignorancia y los prejuicios prevalecientes en nuestra sociedad.Ciertamente, si no fuera por la hostilidad emocionalmente cargada hacia las personas gay y lesbianas en nuestra sociedad, los católicos podrían reconocer con ecuanimidad a los sacerdotes y seminaristas homosexuales. Los párrafos seis y quince anteriores abordan este tema.
21. Debido a las actitudes predominantemente negativas de nuestra sociedad hacia los homosexuales y debido a las actitudes negativas hacia el sexo en general en los círculos religiosos, los hombres homosexuales muchas veces ingresan al sacerdocio célibe en un intento de encontrar una forma sagrada de evitar su sexualidad por completo. Eligen el celibato, entonces, no con la libertad de una personalidad integrada sino por la compulsión de la represión. Se sigue que el reconocimiento honesto y abierto de la sexualidad durante la formación en el seminario, como se describió anteriormente, resolvería la preocupación sobre la homosexualidad en los seminarios. En general, ayudaría tanto a los hombres homosexuales como a los heterosexuales que ingresan al seminario con madurez a seguir creciendo y a cumplir plenamente con el requisito del celibato.Además y hasta el punto, el estímulo para aceptar la realidad de la encarnación humana y la sexualidad ayudaría a otros a enfrentarse honestamente, es decir, a aquellos cuya motivación parcial para ingresar al seminario es evitar una orientación homosexual. De hecho, sin una formación realista para el celibato, aquellos que buscan evitar la sexualidad, ya sean heterosexuales, homosexuales o bisexuales, serían los más propensos a seguir siendo adolescentes en su sexualidad y, por lo tanto, luego actuar sexualmente con inmadurez. y con devastadoras consecuencias sociales. Desde este punto de vista, es innegable que, hasta cierto punto, el escándalo de abuso sexual que ha afectado al sacerdocio católico está, de hecho, relacionado con el requisito del celibato, al menos en la medida en que, de hecho, ha impedido la franca aceptación de sexualidad y su tratamiento maduro en seminarios. Aquí hay otro ángulo desde el cual los líderes de la iglesia, más que los sacerdotes criminales individuales, son culpables: con una mentalidad medieval, siguen requiriendo el celibato sacerdotal, pero no proporcionan la formación realista que nuestro día requiere y permite.
22. Debido a la ignorancia y hostilidad generalizadas, los seminaristas homosexuales necesitan un grado especial de comprensión y apoyo del personal del seminario y la comunidad. Este requisito solo hace más específico el del Catecismo de la Iglesia Católica y de los obispos estadounidenses en su carta pastoral para Vivir en Cristo Jesús: "La comunidad cristiana debería proporcionarles un grado especial de comprensión y cuidado pastoral". Con un éxito abrumador, muchas casas de orden religiosa fomentan tal apertura y apoyo.
23. Hasta que se implemente una política como la sugerida aquí, las autoridades de la iglesia y del seminario tienen la obligación de concienciar a los seminaristas homosexuales sobre los obstáculos casi insuperables que enfrentan en la iglesia y la sociedad homofóbica de hoy. Por lo menos, antes de hacer un compromiso final para la ordenación, los seminaristas homosexuales deberían haber trabajado con sacerdotes y otras personas que hacen ministerio en la comunidad homosexual. Allí pueden encontrar una amplia experiencia de primera mano de la situación de las personas homosexuales en la iglesia y recibir consejos sabios sobre las posibles implicaciones de su ordenación prevista. Por un lado, es psicológica y, por lo tanto, espiritualmente destructivo para las personas vivir en constante represión y silencio sobre sus afectos. Por otro lado, los homosexuales se encuentran con la hostilidad de todos los lados si se atreven a ser ellos mismos. Ingenuamente idealistas en su deseo de ser sacerdotes, muchos jóvenes hoy subestiman el precio a pagar por ser gay y sacerdote. El éxito en tal empeño en la sociedad actual requiere una fe heroica, una virtud extraordinaria. No muchos los tienen. Con los años, la carga tendrá su precio. Uno se pregunta, por ejemplo, si la alta incidencia de alcoholismo entre el clero está relacionada con la alta incidencia de la homosexualidad, ya que existe una incidencia similar alta de alcoholismo en la comunidad gay en general. A menos que se haga algo para cambiar la situación actual y los homosexuales puedan tener la seguridad de, o encontrar por sí mismos, apoyo para su vocación, probablemente se les debería aconsejar no ingresar al seminario, no porque sean homosexuales, sino, desafortunadamente, porque la iglesia los perseguirá sin piedad .De manera más optimista, deberían dirigirse a una diócesis o comunidad religiosa (hay algunos pocos) que los apreciaría. Estos son asuntos de justicia.

Bibliografía

S. Chavez-Garcia y DA Helminiak, "Sexualidad y Espiritualidad: Amigos, no enemigos", Journal of Pastoral Care 39 (1985): 151-163.
"Poniendo a la educación sexual nuevamente en el hogar", Programas comunitarios de educación sexual para padres, Manual de capacitación para organizadores, Instituto de investigación y educación familiar, 1977.
Los arquetipos y el inconsciente colectivo (Nueva York: Fundación Bollingen, 1959), 86-87.
Walter Williams, Espíritu y Carne: Diversidad sexual en la cultura india americana (Boston: Beacon Press, 1986). [Nota del editor]
Donald Goergen, The Sexual Celibate (Nueva York, Seabury, 1974), capítulo dos.
John Boswell, cristianismo. Tolerancia social y homosexualidad (Chicago: Universidad de Chicago Press, 1980).
Daniel A. Helminiak. Sexo y lo sagrado: identidad gay y crecimiento espiritual. Binghamton, Nueva York: The Haworth Press, 2006.

Reseña para "LA FLOR INVERTIDA" - Puntuación: 🌟🌟🌟🌟🌟 5/5

Opinión: Las letras del autor las conocí por su libro "Equipaje Ancestral" que tuve la suerte de ganarlo en un sorteo que realizo,...