domingo, 10 de septiembre de 2017

Las mujeres y la religión



 Juan José Tamayo, secretario general,ha sido el encargado de presentar el Congreso,  de la Juan XXIII “Las mujeres y la religión” y eso lo ha hecho situándolo en el contexto del décimo aniversario este 2017 de la aprobación de la Ley de Igualdad. Diez años en los que se han producido importantes avances en la causa de la igualdad de hombres y mujeres, ha reconocido, pero también importantes retrocesos. 
De entonces para acá se han producido avances, y muy importantes, pero también retrocesos, como demuestran, entre otros fenómenos:
la persistencia de los micro- y macro-machismos;
– el inferior salario de las mujeres por igual trabajo;
– el retroceso en educación para la igualdad;
– la violencia machista, los feminicidios, que este año, a fecha de hoy, alcanzan cuarenta y siete y el año pasado, en todo el mundo, llegaron a sesenta mil.
Estos hechos demuestran que el patriarcado sigue vivo y activo en todos los campos y mantiene su poder opresor sobre las mujeres, las niñas, los niños y los sectores más vulnerables de la sociedad, en complicidad con otros sistemas de dominación: el colonialismo en su verso neocolonial; el capitalismo, en su versión neoliberal; la depredación de la naturaleza en la versión científico técnica de la modernidad; los fundamentalismos sobre todo en su versión más extrema, el terrorismo, ejercido por algunos colectivos de manera blasfema en nombre de Dios.
En materia de igualdad de género las cosas están todavía peor en las instituciones religiosas -sobre todo, en sus dirigentes, la mayoría varones-, que siempre se han llevado mal con las mujeres. Salvo excepciones, en las religiones no se han dado pasos en dirección a la igualdad. Todo lo contrario: se ha producido un estancamiento o, peor aún, un retroceso.
Las religiones, con frecuencia:
– Siguen instaladas en un patriarcado homófobo, basado en la masculinidad sagrada, que margina a las mujeres, a quienes considera inferiores, subalternas, dependientes y no reconoce como sujetos morales ni religiosos.
– Discriminan y excluyen a gais, lesbianas, bisexuales, transexuales, intersexuales, e imponen en sus propias instituciones, pero también en la sociedad, una moral religiosa heteronormativa y defensora de la binariedad sexual;
– Elaboran un discurso androcéntrico y una moral machista, poseen una estructura patriarcal y transmiten una concepción homófoba de las relaciones humanas, en clara oposición a las leyes igualitarias y a la creciente conciencia feminista
.
Inaugurará el Congreso Soledad Murillo, profesora de Sociología de la Universidad de Salamanca, consultora de la ONU e impulsora de la Ley de Igualdad de 2007, quien hará un análisis crítico de la sociedad patriarcal. A continuación abriremos las siguientes líneas de reflexión y análisis:
– Los derechos sexuales y reproductivos y el cuerpo de las mujeres sometido a mercancía a través de los cuerpos de alquiler y de la prostitución.
– La diversidad y la disidencia sexual -LGTBI
– Los movimientos de mujeres en la sociedad que luchan por la conquista de las reivindicaciones feministas, la concientización de género y la denuncia de la discriminación sexista, que suele ir acompañada de otras discriminaciones: por disidencia sexual, clase, cultura, etnia, religión, etc., en diferentes áreas geoculturales: África, América Latina y España.
– Los movimientos de mujeres en las religiones vinculados a los movimientos feministas y al LGTBI, que cuestionan las desigualdades de género en el seno de las instituciones religiosas y reivindican derechos iguales y paridad en los puestos de responsabilidad y de representación. No podíamos analizar dichos movimientos en todas las religiones del mundo. De estos movimientos hemos elegidos tres, correspondientes a otras tantas tradiciones religiosas: catolicismo, islam e iglesia anglicana.
– Cuatro cuestiones teológicas que están en el centro del debate en el seno del cristianismo: las diferentes actitudes ante las identidades sexuales, la teología de la liberación desde la perspectiva de género en América Latina en la perspectiva decolonial; el ministerio eclesial de las mujeres; el patriarcado religioso y el ejercicio del poder en las Iglesias; la urgencia de una espiritualidad política.
Los temas serán tratados desde diferentes disciplinas: ciencias sociales y políticas, filosofía, teología, teoría feminista, ética, pero no en abstracto, sino articulando reflexión y activismo -ambos inseparables, – y vinculándolos con las prácticas de emancipación y los movimientos sociales. Es, por tanto, un Congreso abierto a todas las personas y colectivos interesados en la propuesta del paradigma de igualdad de género en la sociedad y en las religiones.
El tema nos afecta a todas y a todos. Por eso, todas y todos estamos llamados a participar en este Congreso y a construir Otras Religiones Posibles igualitarias, paritarias, fraterno-sororales en sintonía con el lema de los Foros Sociales Mundiales: Otro Mundo es Posible.

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