sábado, 24 de febrero de 2018

“NO SE NACE MUJER”


Monique Wittig

 (Haut-Rhin; 13 de julio de 1935 – TucsonArizona, 3 de enero de 2003)​ fue una escritora francesa y teórica feminista, que hizo aportes fundamentales al lesbofeminismo, aunque erróneamente se le considera una autora precursora de la teoría queer.

Aportes teóricos


Sobre todo fundantes del lesbofeminismo, parten de postulados feministas y más aún feministas lesbianas, a pesar de que han sido adaptadas y retomadas desde la teoría queer, en realidad se inscriben dentro del materialismo francés, pues apuntan a la afirmación de que la categoría de sexo es una categoría social y no natural ni biológica. La relación de poder es la que crea la categoría de sexo, y no al revés .​ En este sentido, es la relación de esclavitud hacia los hombres lo que define a las mujeres como clase. Ella también explora las relaciones de significado en un contexto en que han sido los hombres los que definen el mundo desde la relación de sí con el mundo mismo. Una de sus aportaciones fundamentales es el entendimiento de la heterosexualidad como un régimen político, un modo de entender y organizar el mundo, y no como una orientación, preferencia o práctica sexual. El Materialismo francés retomado por las feministas, continúa con la postura de que toda idea y categoría es cultural, es decir, es construida socialmente y no hay categorías neutrales. Es la relación de poder la que determina esas categorías, por ello el entendimiento de los hombres y las mujeres como clase, y no como grupos biológicos. También hace un estudio respecto a la función del lenguaje: ella afirma que la lengua perpetúa la distinción clásica del poder y toda definición que de ella se desprenda; es decir, la lengua está a disposición de lo masculino hegemónico para clasificar, bajo el juicio de este mismo, todo aquello que se relacione con él.
 El grupo de recopilaciones El pensamiento heterosexual apunta a una crítica fuerte al sistema tradicional hegemónico heterosexual como marco simbólico de interpretación del mundo. En este sentido, todo lo creado desde el pensamiento heterosexual responde a su misma lógica, incluyendo, la idea de la homosexualidad que también es construida desde este pensamiento. Ella produjo su teoría en conjunto con otras feministas materialistas, como Colette Guillaumin, Nicole Claude-Mathieu y Paola Tabet, con quienes publicó durante los años 70 la revista Nouvelles Questions Féministes.

Ideas

Monique   Wittig,   en   sus   ensayos   de   finales   de   los   setenta, ofreció  una comprensión del feminismo, y del sujeto lesbiano en particular, que rompería con granviolencia   con   algunos  presupuestos   habituales   del   pensamiento   feminista sobre la categoría del sexo.

A decir de Wittig, las formas hegemónicas de entender la tarea del feminismo, por una parte, y de teorizar el propio lesbianismo, por la otra, permanecían atrapadas en lo que Simone de Beauvoir bautizó como el Mito de la Mujer. 
Este no sería otra cosa que una construcción patriarcal de la que el feminismo habrían extraído los rasgos que consideraban más positivos, desechando el resto, para desarrollar unas políticas de la feminidad que no podrían liberarse del elemento clave de la opresión patriarcal, desde el punto de vista de Wittig: la división histórica de los sujetos  en las categorías  de hombre y mujer, y la institución de la heterosexualidad como sistema político de dominación de las mujeres.
Por ello, el concepto de la diferencia sexual representaba para Wittig un punto de partida teórico totalmente inadecuado para la lucha feminista. Tanto que se trataba, más   bien,   de   una   trampa   del   sistema   y   de   un   lastre   para la   crítica   radical   de   la normatividad sexogenérica. De hecho, la construcción del Mito de la Mujer quedaba así identificado como el primer eslabón del régimen político de dominación de las mujeres(al que Wittig llamó “pensamiento heterosexual).
Desde su punto de vista, las categorías sexuales (hombre-­mujer) constituyen una oposición  entre clases  sociales, en  el sentido  marxista del término, definida por  las relaciones   de   explotación   de   los   hombres   sobre   las   mujeres. Es   por   ello   que   el feminismo, como lucha por la emancipación de una clase social, implica en realidad una lucha por la desaparición de las categorías sexuales y, en consecuencia, de las propias mujeres en tanto que clase social (del mismo modo que la revolución del proletariado habría de terminar con la disolución de esta clase en una utópica sociedad sin clases).
Según este razonamiento, Wittig concluye, en su polémico e influyente “No se nace  mujer”, que la disidencia  del régimen  heterosexual puesta  en  marcha por  las comunidades lesbianas representa la ocupación de una posición de sujeto que escapa tanto  a la  dominación  heterosexista  como  a  las  categorías  de sexo  que definen  los límites de las posiciones genéricas y sexuadas. Escapando a la heterosexualidad, a la dominación por parte de la clase de los hombres, la lesbiana se sitúa más allá de las mismas. En este sentido, para Wittig, las lesbianas no son mujeres:  "Lesbiana es el único concepto que conozco que está más allá de las categorías de sexo (mujer y hombre), pues el sujeto designado (lesbiana) no es una mujer ni económicamente, ni políticamente, ni ideológicamente."
De esta manera, Wittig desafió al feminismo tradicional, al poner en práctica una desnaturalización radical de las categorías sexuales. Desnaturalización que profundiza en la línea de pensamiento abierta por Beauvoir, y que conduce el distanciamiento de la biología   hacia   una  crítica   de   la   heterosexualidad   en   tanto   que   régimen   político.Podemos señalarla pues como nuestra primera variación queer de la pionera obra de Beauvoir: ni se nace mujer, ni hay por qué llegar a serlo.

"Todas las personas oprimidas conocen ese poder y han tenido que vérselas con él. Es el que dice: no tenés derecho a hablar porque tu discurso no es científico ni teórico, porque estás en un nivel equivocado de análisis, estás confundiendo los discursos con la realidad, tu discurso es ingenuo, entendés mal tal o cual ciencia."

"Pese al surgimiento histórico del movimiento de lesbianas, del feminismo y del de liberación gay, cuya actuación ya ha sacudido las categorías filosóficas y políticas de los discursos de las ciencias sociales, esas categorías siguen siendo sin embargo utilizadas por la ciencia contemporánea sin mayor análisis. Funcionan como conceptos primitivos dentro de un conglomerado de disciplinas, teorías e ideas actuales que llamaré la mente hétero."

"Con ese carácter ineludible, como conocimiento, como principio obvio, como algo dado previo a toda ciencia, la mente hétero desarrolla una interpretación totalizadora de la historia, de la realidad social, de la cultura, del lenguaje y de todos los fenómenos subjetivos al mismo tiempo. Apenas puedo subrayar el carácter opresor que reviste la mente hétero en su tendencia a universalizar inmediatamente todo concepto que produce como ley general y sostener que es aplicable a todas las sociedades, épocas y personas. Así hablan del intercambio de mujeres, de la diferencia entre los sexos, del orden simbólico, del inconsciente, deseo, cultura, historia, dándole un significado absoluto a todos esos conceptos que en realidad son sólo categorías basadas en la heterosexualidad, o sea el pensamiento que produce la diferencia entre los sexos como dogma político y filosófico."

"Porque la sociedad heterosexual no sólo oprime a lesbianas y homosexuales sino a muchas y muchos diferentes/otras/otros; oprime a todas las mujeres y a muchas clases de hombres, a todas aquellas personas que están en la posición de dominadas. Constituir una diferencia y controlarla es un acto de poder, dado que es esencialmente un acto normativo. Todas las personas tratan de mostrar que la otra o el otro son diferentes. Pero no todas tienen éxito en su empresa. Hay que ocupar una posición social de poder para lograrlo."

"En otras palabras, para nosotras y para nosotros, esto significa que ya no puede haber mujeres y hombres y que, como clases y categorías de pensamiento o lenguaje, tienen que desaparecer política, económica e ideológicamente. Si nosotras como lesbianas y ustedes como homosexuales seguimos hablándonos y pensándonos como mujeres y como hombres, estaremos preservando la heterosexualidad."

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