lunes, 21 de mayo de 2018

Hacia una reforma sexual


Haciendo a Jesús Queer: Más Alla del Reformador Activista 
Robert E. Goss
Cleveland: Pilgrim Press, 2002
 www.pilgrimpress.com

capítulo autobiográfico puesto que la ubicación social es decididamente importante para la comprensión de la teología sexual de su autor. 

La teología sexual siempre incluye al texto de nuestras vidas.

Para algunas personas mudar de iglesia puede ser tan difícil como darse a conocer. Puesto que estaba cultural y teológicamente condicionado como católico, mi decisión de cambiar de iglesia me llevó un par de años. El odio social continuo de la jerarquía católica jugó un importante papel para mi alineación. En 1986, la carta redactada por el cardenal Ratzinger, prefecto de la Sagrada Congregación de la Fe, consideró “intrínsecamente malas, objetivamente desordenadas” a las personas gays y lesbianas. En 1987, la carta pastoral de los obispos de Estados Unidos que permitió el uso de preservativos para prevenir el SIDA fue rechazada. Las acciones de quienes integraban la jerarquía, los cardenales Law y Connor, obligaron al rechazo de la carta original y promovieron una atmósfera de violencia hacia las personas queer. En cierta oportunidad di una conferencia sobre el ocultamiento mantenido por el clero católico y el número de personas gays en él. Una persona del público preguntó: “Si hay tantos sacerdotes y obispos gays, ¿por qué la Iglesia Católica expresa tanta oposición?. ¿Están los gays dañando a las personas gays?.
Respondí: “Sí. Frecuentemente somos los peores opresores de nosotros mismos.

La violencia sistemática de la Iglesia Católica Romana prosiguió alentando un medioambiente de violencia, tomando como blanco a la comunidad de personas queer e intentando regular estrictamente y restringir el placer sexual. 
 Para muchas personas translesbigays cristianas sus iglesias habían traicionado el don de la sexualidad de Dios y mantenido una agenda de violencia erotofóbica. Muchas personas cristianas queer han mudado de iglesias como el único modo de experimentar la gracia liberadora de Dios. He llegado a la conclusión que la Iglesia Católica en tanto institución es necrófila pues estaba generando cuerpos muertos y espiritualidades muertas para las personas queer. Continúa crucificando a la buena gente en nombre de Cristo: mujeres, personas queer, sacerdotes gays y personas que viven con VIH. Las voces católicas queer eran proféticamente intermitentes a inexistentes. Mi discipulado al seguir a Cristo me condujo desde la Iglesia Católica a pensar ingresar a la Fraternidad Universal de Iglesias de la Comunidad Metropolitana (FUICM). En 1968, Troy Perry fundó la FUICM como alternativa a las iglesias ya establecidas. A diferencia de esas u otras iglesias es que es una iglesia postdenominacional que representa y amalgama las diversas tradiciones de varias confesiones cristianas. Los grupos denominacionales translesbigay establecidos ponen a la adhesión doctrinal en el centro de sus iglesias y difieren de sus confesiones en el área de la orientación sexual. FUICM es una iglesia postdenominacional en que no comienza con el principio de adhesión doctrinal sino, más bien, con el de diversidad doctrinal permitiendo una amplia variedad de interpretaciones ecuménicas de la doctrina y una amalgama de varias prácticas litúrgicas. Es una iglesia ecuménica que no teme luchar con los temas de justicia social del racismo, clase y sexismo. Es una iglesia en proceso de desarrollar una teología sexual que pueda desafiar a las iglesias establecidas. El Consejo Nacional de Iglesias rechazó la solicitud de membresía de la FUICM. Aunque la FUICM reúne todos los requisitos eclesiales para hacerse miembro, los Ortodoxos Orientales de la NCC, entre otros, amenazaron con abandonar el Consejo si la FUICM era admitida.La Iglesia de la Comunidad Metropolitana en St. Louis me impresionó. Era una comunidad abierta a diferencia de Dignity/Boston. La iglesia era menos fóbica sobre Jesús como prototipo militante de ACT UP. Me convertí en amigo del Rev. Brad Wishon, pastor de ICM del Gran St. Louis que me llevó y presentó a talleres y eventos de ICM. Cuando Troy Perry visitó St. Louis participamos juntos en una manifestación por los derechos humanos. En el almuerzo posterior fui conmovido por la profunda fe y compromiso que Troy tenía por el amor y la justicia. Me impresionó su genuina humildad. Él no estaba allí para impresionar a mí o a cualquier otra persona sino para llevar la gente a Cristo. Troy me recordaba lo mejor de lo que había aprendido de espiritualidad jesuita y compromiso por la justicia. Ingresé a la FUICM e inicié el proceso de transferir mis credenciales sacerdotales. Llevó un año durante el que tuve oportunidad de examinar a la FUICM más de cerca y para tomar una decisión final. En 1996, a veinte años de mi ordenación como sacerdote jesuita, la FUICM confirmó la ordenación original y mi llamado al ministerio. Había encontrado un hogar cristiano en mi viaje al exilio donde podía escribir como teólogo queer y futuro mentor del clero y el laicado a una visión de justicia y amor. Después de más de siete años en la ICM del Gran St. Louis, debo decir que es la comunidad cristiana más saludable que he conocido. Muchas iglesias tienen una empobrecida teología de la sexualidad que se presta a la opresión del sexo y del género. Han traicionado el don de Dios de la sexualidad rehusando bendecir nuestras relaciones queer, reconocer nuestras familias u otorgarnos la ordenación. La teología de la liberación de la persona queer deja detrás las teologías en bancarrota de la sexualidad de las iglesias y las desafía a reconocer su traición al don de Dios de la sexualidad humana en toda su diversidad. Las implicaciones de la teoría queer en la reformulación de una teología cristiana de la sexualidad son profundas y excitantes. Las teologías queer ya no procuran seguir en el callejón sin salida de las diversas teologías cristianas de la sexualidad sino reconstruir a la teología dentro de un paradigma sexual. La diversidad de género y sexual provee un nuevo paradigma para reaprender las doctrinas y prácticas muertas de un cristianismo erotofóbico y rígido en cuestiones de género. Las teologías sexuales queer han comenzado a concentrarse en varias cuestiones: cómo están conectadas la sexualidad y la espiritualidad; la fluidez de la identidad sexual y las construcciones de género; relaciones sexuales; relectura de los textos bíblicos y la tradición cristiana desde una perspectiva queer; cómo la espiritualidad y la sexualidad afectan nuestras actitudes y prácticas hacia Dios, nosotros mismos y el prójimo; cómo la iglesia vincula a la sexualidad y el género en la misión, la adoración, los sacramentos y los ritos. La integración de sexualidad y espiritualidad es el desafio fundamental puesto frente a los cristianos queer que podrían ayudar en la reforma sexual del cristianismo y la recuperación del placer sexual como una parte positiva de la vida encarnada. 20 La recuperación del placer sexual puede iniciar la pacificación de la violencia que se ha incrustado en las prácticas y doctrinas cristianas debido a una erotofobia cabal y una construcción heterosexista del sistema binario del sexo. 21 La teología queer incluye género, raza, homofobia, clase, etnicidad e incapacidad para configurar nuestra sexualidad además de nuestros deseos sexuales. Estos factores conjuntos contribuyen a nuestras construcciones y experiencias de la sexualidad humana pues ninguna ubicación por sí misma es capaz de hablar por las otras ubicaciones. La teología queer tiene el potencial para unir a la gente en una amplia línea de géneros, orientaciones sexuales, razas, clases, cualidades físicas y etnicidad. En tanto teólogo de la queer, preparo a las personas cristianas queer para el próximo milenio y su misión para convertirse en agitadoras teológicas o profetas que sacudirán 
las raíces teológicas de otras comunidades cristianas y las desafiarán a realizar una teología más inclusiva de la sexualidad y una teología sexual basada en la justicia.
Las teologías sexuales continuarán siendo problemáticas e incluso provocativas para las iglesias con sus empobrecidas teologías de la sexualidad. 

¿Podrán las iglesias diferentes convertirse en ´abiertas y afirmativas´ de las personas heterosexuales sin el exhibicionismo justificador que muchas personas queer experimentan en muchas congregaciones abiertas y afirmativas? 
¿Podremos imaginar la plena inclusión de las personas heterosexuales en nuestra mesa?,
¿podremos ayudar a a las iglesias a superar su erotofobia?
Mi visión y misión de la justicia implica curar la división entre la sexualidad y la espiritualidad en las iglesias cristianas y ayudarlas a redescubrir el don de Dios de las diversas sexualidades y los diversos géneros. 
Mi misión es la reforma sexual y genérica de las iglesias cristianas que deriva de un apasionado y sexual amor por Cristo.
Espero recibas de esta narración de mi mi viaje hacia la plenitud sexual, que la sexualidad y la espiritualidad no son opuestos sino la realidad simple de la gracia erótica de Dios y hacia Dios. Cuando tengas ´sólo buen sexo” advertirás que Dios también sólo posee sexo bueno. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Reseña para "LA FLOR INVERTIDA" - Puntuación: 🌟🌟🌟🌟🌟 5/5

Opinión: Las letras del autor las conocí por su libro "Equipaje Ancestral" que tuve la suerte de ganarlo en un sorteo que realizo,...