Soy Favio Anselmo Lucero. Autor de dos libros: Equipaje Ancestral y La Flor Invertida . En este sitio publico temas relacionados a la teología de la liberación Queer. Sabiendo que la teología cristiana, está manipulada por líderes con poder y privilegios, hetero-patriarcales y misóginos, que se debe desenmascarar para incluir la realidad de opresión a las personas LGBTQ+. Tiendo este puente hacia un encuentro humanizador. Difundiendo textos formativos de eruditos y propios.
sábado, 26 de mayo de 2018
La devoción cristiana homosexual hacia Jesús
La sexualidad es una parte de la creación de Dios y un medio para comenzar a entender el amor y el amor de Dios.
La formula del credo “Jesús es igual a nosotros en todo, menos en el pecado,” ha sido frecuentemente entendida como referida a la sexualidad. La cristiandad muy a menudo ha considerado equivalentes pecado y sexualidad. Escritores protestantes y católicos interpretan el pecado original de la humanidad como un pecado sexual; para muchos cristianos contemporáneos, un Jesús sin pecado es un Jesús sin sexo. Un Jesús asexuado enmascara el docetismo de una línea principal del cristianismo que sostiene que Dios solo aparece en la humanidad de Jesús. La premisa que subyace es que Dios se tornó humano pero no sexual.
Durante mis estudios teológicos para el sacerdocio, leí The human face of God del obispo John A. T. Robinson y este libro tuvo un profundo impacto sobre mí por restaurar la humanidad completa de Jesús a mi perspectiva teológica. El obispo Robinson señala que la mayoría de las personas hoy piensan a Jesús como asexuado y de esta manera como no realmente humano: “Pensar a Jesús habiendo tenido deseos sexuales de cualquier tipo ha perecido una ofensa a su pureza… Consecuentemente, aparece presentándolo como asexuado.” Robinson concluye su especulación sobre la sexualidad de Jesús con esta afirmación: “Desde luego, no hay respuesta”. Los evangelios no están allí para contestar tales preguntas. Es. Sin embargo, una buena pregunta para hacerla a nosotros mismos, para testear nuestra reacción”.Hasta hace poco, yo estaba de acuerdo con la conclusión de Robinson sobre la pregunta acerca de la sexualidad de Jesús. ¿La falta de evidencia garantiza que Jesús fue célibe y no sexual? ¿Por qué los Evangelios canónicos guardan silencio sobre la sexualidad de Jesús? Muchas tradiciones religiosas del mundo grecorromano representan figuras del salvador que promuevan o rechazan la sexualidad completamente.
¿El silencio de los Evangelios sobre la sexualidad de Jesús indica que no era un asunto importante?
¿O hay razones apremiantes para imponer silencio sobre la sexualidad de Jesús?
El miedo al cuerpo y a la sexualidad en el primer y segundo siglo los cristianos llevaron a la construcción social del Jesús célibe. Los principios de tal negatividad sexual pueden verse en los escritos de Pablo y su ascetismo sexual. Para muchos los escritores espirituales y teólogos negadores del cuerpo en la historia cristiana, la pregunta sobre el pene de Jesús o su sexualidad era un asunto prohibido, demasiado blasfemo para ser expuesto. Un teólogo cristiano del siglo segundo, Clemente de Alejandría, señala “la razón por la que Jesús no se casó fue que, en primer lugar, estaba ya comprometido, por así decirlo, con la iglesia, y en el segundo lugar, no era un hombre común.” Agustín de Hipona nunca se habría permitido pensar que Jesús tenía una erección o que se masturbaba o tenía una polución nocturna, todas las cuales son experiencias adolescentes del varón normal. Debido a su caída en el pecado Adán experimentó una erección involuntaria al ver a Eva desnuda. Para Agustín, la experiencia del pecado de la caída era que los órganos genitales masculinos eran independientes del control racional y estaban así sujetos a la pasión, contaminados por la concupiscencia.
La primera cristiandad sostuvo que Jesús adoptó el celibato aunque no hay ninguna evidencia histórica sustancial para esto salvo el silencio de la escritura y las proyecciones de ascetas cristianos y la elite que se retiró al celibato y el monasticismo. La actividad sexual estaba en la esfera de la laicidad, el deber era procrear, pero no para la elite religiosa. La abstinencia de coito sexual se volvió norma para el amor cristiano y así comprender a Jesús como el ser humano perfecto. Tomás de Aquino mantuvo que Jesús asumió todos los defectos corporales debido al pecado. Él estaba sujeto a la muerte, el hambre, la sed, y todas las necesidades humanas. Aquino defiende que aunque Cristo asumió los defectos corporales debido al pecado, poseyó perfectamente toda la gracia y las virtudes, controlando cualquier mancha de apetito concupiscente o acciones sexuales.
Las iglesias cristianas hoy no pueden imaginar a un Jesús sexualmente activo; la evidencia de esto son sus protestas contra la película La Última Tentación de Cristo y la obre de teatro Corpus Christi.
¿Había corrientes erotofóbicas que repercutieron en la representación de Jesús en los cuatro Evangelios canónicos?
¿Cuánto de las fuentes del evangelio canónico fueron revisadas para proyectar una imagen teológica de Jesús que satisficiera al Imperio Romano?
¿Cómo esto afecta la imagen asexuada de Jesús?
Los Evangelios cuidadosamente intentan pintar a Jesús para lectores grecorromanos que podrían ser sospechosos de cualquiera crucifixión llevada a cabo por el Estado. Los elementos revolucionarios de su enseñanza como la inclusión de mujeres como discípulas eran así minimizados para el público del Imperio Romano, ya que Pablo y los escritores del evangelio ciertamente quisieron asimilarse al mundo romano. Todos los intentos de reconstruir la sexualidad de Jesús y su enseñanza sobre la misma, necesitan reconocer que las narraciones se han filtrado y revisado a través de cada evangelista. Es parecido a los esfuerzos de la organización de los Republicanos gay (“Log Cabin Republicans”), que intentan representar la comunidad gay del modo más positivo para que sus miembros puedan encajar en la sociedad. Ellos publican muy poca información sobre el estilo de vida queer.
La sexualidad de Jesús, asimismo, y sus enseñanzas sobre sexualidad habrían sido minimizadas para presentarlo como un ejemplo de lo que los grecorromanos habrían podido entender de un maestro moral.
Para Pablo, Jesús, ciertamente, carece de deseo sexual y es un ejemplo de autodominio. En la teología de Pablo de autodominio subyace la noción de Cristo como el que posibilita la restauración y la disciplina del yo. Filón de Alejandría, contemporáneo de Pablo, presenta a Moisés como un ejemplo de autodominio: “Moisés aplaza la emoción, repudiándola como la cosa más vil y la causa de los males. Sobre todo Moisés condena al deseo, que destruye el alma como un ejército destruye ciudades. Este deseo debe ser destruido para que el alma sea obediente a la regla de razón.” Filón de Alejandría describe tres veces a un Moisés helenizado como un hombre de Dios; él modifica nociones del hombre divino helénico (theios aner) o trabajador milagroso y ejercita una considerable libertad para retratar a Moisés para lectores helénicos. Mientras que Filón, cuidadosamente, quiere representar a Moisés como parte del encuentro divino-humano, no quiere endiosar a Moisés. Para la cristiandad judía helénica, la causa del hombre-divino se sostiene en la tradición evangélica de los milagros de Jesús. La tradición (el uso) cristiana señala la posibilidad real de que los evangelios canónicos hayan esterilizado la imagen de Jesús para llegar a una audiencia grecorromana.
¿No podría esa misma arqueología apologética que Filón usa para representar el autodominio de la sexualidad de Moisés, estar también en el silencio del evangelio sobre la sexualidad de Jesús e intentar así presentarlo como un trabajador milagroso y un arquetipo de Moisés dentro de la cristiandad judía helenística?
Causa de esto en parte el entorno anti-sexo y patriarcal en el que se formaron las Escrituras cristianas.
El silencio de los Evangelios sobre la sexualidad de Jesús es deliberado.
Tradicionalmente la cristiandad ha argumentado a favor del celibato de Jesús. ¿Es esto real o es un proceso de representar a Jesús como un sabio o un hombre divino? El erudito judío Geza Vermes toma el celibato de Jesús como don y habla de”castidad profética” Otros contextualizan el celibato de Jesús con aquellos practicados por la comunidad de Qumran. Para muchos cristianos del pasado y del presente, la idea de un Jesús comprometido en relaciones sexuales con una o varias personas es también blasfema y cuestiona su divinidad. Creo que podemos asumir razonablemente que las relaciones sexuales de Jesús fueron tan escandalosas como su mensaje político o su práctica de llamar a mujeres al discipulado en igualdad con los varones. Algunos autores heterosexuales como William Phipps proporcionan argumentos sobre Jesús como un rabino judío y como casado. Este Jesús casado promueve el valor contemporáneo de la monogamia y la heterosexualidad. Lo que encuentro importante en los argumentos de Phipps es que la sexualidad de Jesús era central en su ministerio y para su vida.
El erudito bíblico Robert Funk escribe en su conclusión del Seminario sobre la sexualidad de Jesús: “Los becarios (colegas) del Seminario eran predominantemente de la opinión que Jesús no defendió el celibato. Ellos consideran que es probable que haya tenido una relación especial con por lo menos una mujer, María de Magdala. Después de examinar los testimonios de la escritura, el escritor gay Tom Horner propone que “es bueno que podamos probar nada [de la sexualidad de Jesús] sobre la base de ninguna evidencia. Mi razón es que el Cristo pueda permanecer como lo que siempre ha sido: un Hombre para todas las personas.” Para Horner ambigüedad significa universalidad. Elizabeth Stuart particulariza la cuestión de la sexualidad de Jesús en sus subversivas apasionadas amistades, pero no admite que él se exprese a sí mismo sexualmente en esas apasionadas amistades. Nancy Wilson intenta quitar la vergüenza del hecho de la sexualidad de Jesús con la propuesta de que Jesús era bisexual en su orientación y en sus acciones. “Para quitar la vergüenza de la sexualidad inherente de Jesus, para reconocer que los sentimientos y las fantasías eran una parte normal y natural de su experiencia como ser humano, varón, es un camino para que la iglesia cristiana pueda ayudar a comenzar a quitar la vergüenza sus propios miembros”. La sexualidad de Jesús abre las puertas a la especulación sobre su direccionalidad o direccionalidades. Muchos cristianos niegan la sexualidad de Jesús o una cristología que integre al placer erótico como valor.
¿Es nuestra imaginación realmente flexible para contemplar a un Jesús sexual?
¿Somos tan erotofóbicos que continuamos proclamando un Jesús asexuado? Tales supuestos dogmáticos sobre un Jesús asexuado desde el silencio de evidencia textual ha sido aplicada destructivamente para perseguir y oprimir. A pesar de que hay una promesa teológica de ubicación de la sexualidad de Jesús para Stuart dentro de las amistades apasionadas, no acuerdo con su conclusión reticente de un Jesús no sexual pero apasionado. La propuesta de Nancy Wilson tiene para mí el gran merito de ser una reconstrucción histórica de la sexualidad de Jesús. Es una posibilidad tan real como la del modelo del celibato. Para mucho cristianos, el escándalo de la encarnación no es que Dios se hizo carne sino que Dios se hizo plenamente humano y sexualmente activo. Es imperativo para nosotros rescatar las direccionalidades de la sexualidad de Jesús. Si mi análisis es demasiado especulativo desde los indicios textuales, yo fallo en tratar de recuperar de la violencia cristiana del retrato de Jesús como asexuado y de la caída cristiana en la violencia. La sexualidad de Jesús es ciertamente un molde para una saludable apropiación y no podemos recuperarnos de la vergüenza y del desprecio sexual cuando el modelo primario de la experiencia cristiana ha sido usado para reforzar la noción de la sexualidad como pecaminosa. A través de la historia, muchos hombres y mujeres han intuido una relación sexual de Jesús con Magdalena o con el discípulo amado. Ambos han sido modelos altamente sugestivos, incluso eróticos, de amor místico tanto para varones como para mujeres cristianos. Sus variadas construcciones de leyendas, historia y significado han impactado el amor místico cristiano. Ambos tienen atributos físicos que han jugado en la imaginación cristiana. El discípulo amado tiene atributos físicos tangibles. En la cena de despedida, la cabeza del discípulo amado descansa en el pecho de Jesús (Juan 13:23). La intimidad física de esa escena ha jugado en las imaginaciones homoeróticas de los cristiano a través de los siglos. Muchos cristianos queer han percibido una amistad erótica y pasión en sus relaciones con Jesús. Eran atraídos y sintieron una familiaridad con un Jesús apasionado y sensual.
¿Fueron estas relaciones sexualmente íntimas?
Nuestro enfoque particular insinúa una relación erótica entre Jesús y el discípulo amado y como los varones que aman a varones entendieron esta relación.
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