Poesía mística explícitamente homoerótica.

Escribe Toby Johnson de la hermosa "En una noche Oscura" de  san Juan de la Cruz:

Por supuesto, como homosexual, lo que más me atrae del poema de Juan es que representa a su amante como a otro hombre.

En una noche oscura, 
enamorado de anhelos 
, ¡oh, feliz posibilidad! - 
Salí sin ser observado, 

Mi casa ahora está en reposo. 
En la oscuridad y seguro, 
Por la escalera secreta, disfrazado 
- ¡oh, feliz oportunidad! - 
En la oscuridad y en la ocultación, 
Mi casa ahora está en reposo. 

En la noche feliz, 
en secreto, cuando nadie me veía, 
ni veía nada, 
sin luz ni guía, 
salvo lo que ardía en mi corazón. 

Esta luz me guió con 
más seguridad que la luz del mediodía 
hacia el lugar donde él 
(¡ya sabía quién!) Me esperaba 
: un lugar donde no apareció ninguno. 

Oh, la noche que me guio,
¡Oh, noche más hermosa que el amanecer, 
Oh, noche que se unió a 
Amado con amante, 
Amante transformado en el Amado! 

Sobre mi pecho florido, se 
mantuvo para él solo, 
allí se quedó dormido, 
y yo lo acaricié, 
y el abanicar de los cedros hizo una brisa. 

La brisa soplaba desde la torrecilla 
cuando le abrí los mechones; 
Con su mano suave 
acarició mi cuello 
y causó que todos mis sentidos se suspendieran. 

Me quedé, perdido en el olvido; 
Mi cara me recliné sobre el Amado. 
Todo cesó y me abandoné, 
dejando mis cuidados 
olvidados entre los lirios.

La explicación alegórica es que se trata de la etapa de depresión y aridez en la vida religiosa, la llamada "noche oscura del alma". La escalera secreta es la fe viva; el disfraz, las tres virtudes teologales, la fe, la esperanza y la caridad. ¡Pero eso no es lo que está en el poema! No hay nada sobre la depresión o el sufrimiento espiritual, y mucho menos sobre las virtudes teologales. Se trata de la pasión sexual. Tal vez el amante y el amado representan el alma y Cristo, pero esa sigue siendo una imagen homoerótica.

En efecto. 

Por supuesto, en cualquier discusión sobre lo erótico en la vida espiritual de uno, creo que es importante recordar que el objetivo final es la unión con lo Divino. Puedo publicar una imagen de un chico sexy como mi "Amado", pero sé muy bien que si me concentro solo en su atractivo físico, entonces hay poca espiritualidad involucrada. Esta imagen del Amado es un punto focal, un ícono, si se quiere; y como todos los íconos, su propósito es atraer y atraer a uno, mientras que al mismo tiempo dirige y alienta a uno cada vez más profundamente en el misterio que es el Amor Divino. Permanecer para siempre en el nivel superficial no le sirve a uno espiritualmente bien; no facilita esa transformación maravillosa de la que San Juan de la Cruz, junto con otros místicos a través del tiempo y las culturas, hablan. 

Supongo que es como la relación de uno con unoamado terrenal - el marido, la esposa o la pareja de uno. Para el registro, no estoy en una relación. Pero si lo fuera, me gustaría pensar que a medida que pasen los años y tanto mi amada como yo envejezcamos, nuestro amor se habrá profundizado hasta el punto en que no busquemos satisfacer nuestras necesidades físicas con otros cuya apariencia aún desvanecerse. (Estoy pensando que forja que más profundo, dimensión espiritual a una relación debe ser un trabajo duro, a juzgar por el número de personas - homosexuales y heterosexuales - “relación abierta” que, o bien abandonar su pareja de mucho tiempo o optar por a) 

En su ensayo, " El amor gay como camino espiritual ", William Schindler ofrece pensamientos similares:

En el nivel físico, experimentamos lo erótico a través de las pulsiones instintivas arraigadas en nuestro ser biológico, el hambre, el deseo sexual, el confort físico y la percepción sensorial. En el nivel sutil, lo erótico se expresa como pensamiento, sentimiento e imaginación. En un nivel espiritual más sutil, lo erótico nos conecta con el ser divino en una relación íntima. En el nivel espiritual más profundo, todas las formas, identidades y aspiraciones se funden en un solo Ser. El aspirante extático no abandona automáticamente las expresiones inferiores para tratar de experimentar lo más elevado, como lo hacen los ascetas, sino que se esfuerza por aprehender la presencia erótica divina en cada expresión. A medida que su experiencia de lo divino se profundiza, sin embargo, las expresiones físicas se desprenden de sí mismas, encontrando su realización en una experiencia más completa. El deseo sexual de un tipo de cuerpo en particular, por ejemplo, es reemplazado por un amor generalizado por todos los seres que se experimenta como más placentero, más profundamente satisfactorio que cualquier experiencia menos completa. El aspirante extático literalmente sigue su dicha, nunca descansa satisfecho hasta que alcanza la Fuente de bienaventuranza por dentro y por fuera.