jueves, 6 de septiembre de 2018

MASCULINIDAD FEMENINA- EL MARIDO MUJER- JUDITH HALBERSTAM-6


Abordo aqui un ejemplo particular de la masculinidad femenina del siglo XIX para demostrar la importancia de resistirse a aplicar la etiqueta de lesbiana a estas historias tan antiguas de deseo entre personas del mismo sexo, y para ver que es lo que aparece en el analisis de una mujer masculina cuando examinamos su vida sin las comodas y equivocas lentes de las identidades lesbianas contemporaneas. Esta representacion de una actividad sexual en el siglo XIX entre mujeres aparece en los extraordinarios diarios de una refinada señora inglesa, Anne Lister. Los diarios nos dan otra pista sabre la diversidad de la actividad sexual entre mujeres y vinculan de forma clara ciertas formas de actividad sexual a la masculinidad femenina. En ciertos momentos, el diario narra episodios de sexo explicito que no son facilmente asimilables a las nociones modernas de practica sexual lesbiana, y que parecen tener poco que ver con ese tipo de sexualidades autonomas de las mujeres que algunas investigadoras proyectan en las amigas romanticas. Los diarios de Lister han sido utilizados par algunas investigadoras para elaborar una prehistoria del deseo lesbiano. En «They Wonder to Which Sex I Belon> Vicinus describe a Lister como «una lesbiana hombruna consciente de si misma» ; Lisa Moore se refiere a los escritos de Lister como alga provechoso, como alga que aporta «las condiciones de produccion del caracter de la mujer homosexual; y en un excelente ensayo historico sabre todos los escritos de Lister, Anna Clarke sugiere que, «aunque ella no utilizaba la palabra lesbiana ... Anne Lister ilumina no solo la historia lesbiana sino tambien cuestiones sobre representacion y capacidad en un campo mas amplio, como es la historia de la sexualidad» Lo que tienen en comun estos diferentes analisis de los diarios de Lister es la categorizacion -no problematizada- de Lister y de su deseo como lesbianos. Volvere a este controvertido punto de definicion historica despues de examinar mas en detalle los propios diarios. Recientemente la historiadora Helena Whitbread publico los diarios de Anne Lister desde 1819 a 1 826 bajo el titulo I Know My Own Heart y No Priest but Love.En los diarios, esta mujer de Halifax narra pormenorizadamente sus divers as actividades sexuales y, cuando examinamos con detalle el con tenido sexual de las relaciones de Anne Lister con sus diferentes amantes, podemos empezar a completar una historia del deseo sexual entre mujeres en el siglo XIX que esta estructurado no tanto por la amistad romantica y el rechazo comun del patriarcado, sino principalmente por roles desiguales en lo tocante al deseo, al sexo y al genero, por relaciones de clase ritualizadas y por un rechazo casi total de la igualdad sexual. Anne Lister (1 791-1 840) era la hija del capitan Jeremy Lister y Rebecca Battle, y entre aproximadamente 1815 y 1 840 vivio con su tio y su tia, ambos solteros, en Shibden Hall, en Halifax, Inglaterra. Como todos sus hermanos habfan muerto jovenes, Anne se convirtio en la unica heredera del patrimonio de Shibden, que finalmente heredo. Los diarios fueron escritos en un elaborado codigo, en un alfabeto inventado por Anne. Helena Whitbread estudio laboriosamente las 6.600 paginas de textos y decodifico el documento completo. El codigo, por supuesto, es una metafora sugerente y extraordinaria que tiene como objetivo registrar y presentar historias sexuales. Y es sugerente por los diferentes camuflajes, donde diversas identidades sexuales se ocultan entre sf. Los diarios de Anne Lister aportan una rica informacion sobre la vida social inglesa a comienzos del siglo xrx y sobre las relaciones entre mujeres en esa epoca. Los diarios contienen material «safico» reconocible, pero aun asf la propia Anne no se identifica como tal y pone mucho esfuerzo en distinguir entre sus propios instintos «naturales» y los «artificios saficos». Le comenta a una de las mujeres con las que esta flirteando que su preferencia por las mujeres «era del todo natural. Si no hubiera sido algo genuino, la cosa hubiera sido muy diferente». Y continua «Fijate en el tema de la mirada safica. Yo dije que habfa algo artificial en ello. Era muy diferente de la mia, y yo no encontraria en eso ningun placer. Me gustaba tener a quienes amaba lo mas cerca posible de mi, etc. Le pregunte si lo entendia. Me contesto que no. Le dije que yo sabia por sus ojos que sf lo entendia, y ella no lo nego, asi que se que entiende todo sobre el uso de un ------» (No Priest but Love,i). Este pasaje es bastante eliptico en terminos de descripcion sexual y solo podemos especular que Anne esta distinguiendo entre su propio deseo y la «mirada safica». «Me gustaba tener a quienes amaba lo mas cerca posible de mi» podria referirse al uso de un dildo pero sin duda se refiere a su preferencia por el tribadismo sobre otras formas de actividad sexual, oral o de otro tipo. Como veremos en otros pasajes, ella es mas explicita sobre lo que hace y sobre como entiende el sexo entre mujeres. Anne nunca se caso, pero siempre tuvo alguna mujer de compañera, de un tipo o de otro. Aunque el termino «marido mujer» se utiliza a menudo para describir el travestismo explicito de las mujeres y la imitacion de un hombre, aqui lo utilizo para describir a mujeres que se hacian pasar por hombres con el fin de casarse con mujeres que habian sido abandonadas o repudiadas por sus maridos varones. En la famosa obra de teatro de Henry Fielding The Female Husband (1746), se pone en escena la historia de Mary Hamilton, alias George, una mujer que se hada pasar por un hombre y que - asi disfrazada- se caso con otra mujer, y fue arrestada por este hecho en 17 46. Por supuesto, Fielding utiliza esta trama para ridiculizar a la mujer masculina y para tratar de negar su poder. Pero, tal y como Terry Castle explica, Fielding no demoniza completamente al marido mujer; tambien presta atencion al desorden social especial que esta representa: «Fielding siente a la vez repulsion y atraccion hacia esta heroina, e intenta distanciarse de la moralidad de esta, pero a la vez, inconscientemente, se acerca a ella»105• Esta actitud de Fielding quizas expresa la posicion social del marido mujer: fue una especie de heroe popular que vivio desafiando la ocultacion y el disimulo, y fue una figura rebelde que usurpo el poder del hombre. Aunque Anne Lister no fue una mujer travesti per se, su masculinidad funciono precisamente porque se instalo de un modo constante en las grietas que se producen inevitablemente al hacer una separacion, basada en el genero, de espacios para hombres y para mujeres, y sus seducciones sexuales se produjeron precisamente en los espacios que habian dejado hombres que no deseaban o no eran capaces de satisfacer a sus mujeres. Un señor del lugar dice de Anne Lister que «el pronto se sentira tan a gusto en su casa>> como Anne lo esta con su mujer y sus hijas (No Priest but Love, 1 27). Anne es confundida constantemente con un hombre, o es tratada como tal durante su vida cotidiana, pero ella no percibe su ambiguedad de genero ni como algo imitativo ni como una deficiencia. De hecho, en respuesta a una carta de una admiradora, ella escribe: «Resulta que no tengo pene. Yo nunca podria haber sido celibe». En el caso de Anne, la falta de pene -podriamos llamarlo el artilugio privilegiado de la masculinidad de los hombres- le permite tener «placer sin peligro», un acceso casi ilimitado a las mujeres que desea y disfrutar del sexo sin casarse.
En otras palabras, no tiene que preocuparse por el peligro social que entraña dejar  embarazadas a sus amantes. Es significativo el hecho de que cuando ella y su amante arianne padecieron una enfermedad venerea, esta procedia del marido de Marianne, Charles.
Desde 1812 hasta 1828 aproximadamente, Anne estuvo comprometida emocional y fisicamente con Marianne Percy Lawton, una joven mujer a la que conocio en York y a quien continuo viendo incluso despues de que Marianne se casara con Charles Lawton en 1 81 5. Durante el matrimonio, ambas mujeres se enviaron cartas de amor y durmieron juntas siempre que les fue posible.
En una escena significativa, las dos mujeres se reunieron tras una larga separacion,durante la cual Anne habfa estado ligando en Paris con varias mujeres yMarianne habfa estado atrapada en un matrimonio sin amor y probablementesin sexo. Anne hace el amor con Marianne y se da cuenta, tras penetrarla con el declo, de que este tiene sangre; esto le lleva a sospechar que Charles «nunca ha roto el himem. Marianne confirma que probablemente aun es virgen, porque «Charles ... nunca ha sido capaz de hacerlo» . Esto supone un desafio para Anne que no puede rechazar y, a la semana siguiente, narra como introduce en ella su declo corazon, «no empujando fuerte, simplemente
empujando arriba y abajo». Cuando ya no sale mas sangre, afirma: «Creo que lo he hecho mejor de lo que hubiera pensado, y ya no es virgen, ante lo cual las dos nos sentiamos muy satisfechas. El hecho de que yo haya hecho esto por ella nos ha encantado a las dos. Esto demuestra que Charles no tuvo mucho poder y que ella nunca ha pertenecido a nadie mas que a mi» .
El desfloramiento de Marianne por Anne, o Fred, como Marianne la llama,confirma el poco significado sexual que tenia el matrimonio para Marianne, y para Anne supone su acceso a una virilidad separada de la sexualidad del pene.
Esta escena extraordinaria es solo uno de los muchos momentos del diario en los que Anne y Marianne muestran la superioridad que tiene su relacion sexual, por encima de cualquier relacion con un hombre. Lejos de imitar la heterosexualidad, en realidad, esta escena describe la ausencia de un modelo funcional de heterosexualidad a imitar, o de masculinidad propia de hombres.
Es tambien uno de los pocos momentos en que Anne y Marianne celebran la potente masculinidad de Anne. A menudo esta describe las miradas que le lanza la gente en la calle, porque creen que podria ser un hombre (y eso a pesar de que ella siempre viste ropa de mujer), y en una ocasion Marianne se siente avergonzada por la masculinidad de su amante: cuando van de vacaciones a Scarborough, un balneario junto al mar, son rechazadas socialmente a causa de la masculinidad de Anne, y Anne escribe que Marianne desearfa que Anne tuviera «una figura femenina>>. Sin embargo, en otro momento, Marianne confiesa
que si Anne fuera mas femenina, no la desearia sexualmente.
La propia Anne no siente ningiln deseo de cambiar su masculinidad. Lo que sf desearia -en esta parte del diario- es poder acceder a un estatus social y economico suficiente como para poder ignorar el desprecio social. De hecho,cuando hereda el patrimonio de su tio su posicion social la protege del tipo de criticas que solia sufrir cuando era una mujer masculina sin esos ingresos.
El estatus social obviamente da movilidad y una moderada libertad respecto al estigma de la masculinidad femenina. La incomodidad de Anne en esta escena explica por que tantas mujeres masculinas de clases trabajadoras han tenido que esconderse y hacerse pasar por hombres. Anne, en cierto sentido, puede vivir al margen de las contradicciones de la masculinidad femenina porque es de clase alta. Como comenta Anne Clarke: «La apariencia androgina de Anne -ella es obviamente una mujer con faldas, aunque ande como un hombre amenazaba a sus contemporaneos porque no se vestia totalmente con la ropa del otro sexo, pero aun asi se tomaba las libertades de los hombres» . Estas «libertades de los hombres», sigue explicando Clarke, no consistia solamente en la libertad de andar de cierta manera; se trataba de libertades economicas asociadas con el poder aristocd.tico de los terratenientes. Sin embargo, si nos basamos en las descripciones que hace la propia Lister de sus humillaciones publicas, esta claro que ella se encuentra con los limites de su poder de clase en
cuanto va mas alia de la apariencia «androgina>>. El desprecio que sufre no se debe a que haya en su apariencia una mezcla entre feminidad y masculinidad;es la consecuencia directa del reconocimiento publico de su masculinidad.
Aunque durante este periodo Lister estaba comprometida con Marianne Lawton, tambien se relacionocon una mujer que conocio en Paris, llamada Barlow, y en medio de estas dos relaciones Anne habla de otra relacion con una mujer mayor, Isabelle Norcliffe. La relaci6n de Anne con Isabelle y su relacion posterior con otra mujer masculina llamada Pickford indican la existencia de un codigo de genero entre mujeres. Anne muestra un interes sexual poco duradero por otras mujeres masculinas, y tampoco se vincula a estas mujeres como si fueran espiritus afines. En un dialogo con la Srta. Pickford, Anne niega su deseo hacia las mujeres: «Mis maneras pueden confundirla -le dice a Pickford-, pero yo en realidad no voy mas alia del limite mismo de la amistad» (I Know My Own Heart, 273). Isabelle, tambien una mujer masculina, persigue a Anne tenazmente durante cerca de una decada. Anne la rechaza
repetidas veces y finalmente resume su desinteres por Isabelle diciendo que «dos Jacks106 no irian bien juntos» .
En realidad, Anne flirtea invariablemente con mujeres femeninas que estan o han estado casadas, y se implica en largas y prolongadas seducciones. Cuando esta en Paris, de 1 824 a 1 826, se embarca en una larga relacion con la Sra. Barlow,una viuda de la que Anne se encapricha. Esta relacion es una de las tipicashazaiias de Anne. La seduccion empieza cuando Anne pone a la Sra. Barlow en su regazo y trata de tocarla entre las enaguas. Cuando estan en publico, Anne la acaricia e intenta excitarla. Anne dice en su diario: «La bese en un pequeño y  Jack es un nombre propio de varon muy corriente en ingles, como Jose o Manuel. oscuro pasillo cuando salimos del comedor. Ella ahora me deja que la bese en silencio y se sienta con sus pies cerca de los mios ... Si tuviera un pene duro y corto seguramente podria romper el hielo en alguna de estas ocasiones, antes de que me vaya . Anne relata en varias ocasiones su fantasia de tener un pene, pero, por lo general, parece percibir el pene como algo util para el sexo en lugares publicos, mas que como algo necesario para completar su actividad sexual. Finalmente, consigue llevar a la cama a la Sra. Barlow, para satisfaccion de ambas. Su actividad sexual parece consistir en que Anne toca los queer de la Sra. Barlow (ella llama asi, queer, a los genitales femeninos) y se frota tribadicamente sobre ella.
Anne le da bastante informacion a la Sra. Barlow sobre como funciona ella sexualmente. Un dia, la Sra. Barlow le comenta que parece estar sexualmente preparada para cualquier cosa, a lo que Anne responde: «No, yo hago lo que quiero, pero nunca permito que elias lo hagam> . Segtin lo que escribe despues, esta conversacion muestra la vision de Anne sobre los roles sexuales. Ella hace lo que quiere a las mujeres, pero no permite que estas le hagan a ella lo mismo. Y afiade que eso parece agradar a la Sra. Barlow. Otro dato de que, para Anne, existen roles sexuales claros se aprecia un dia, cuando Anne y la Sra. Barlow estan saliendo de la cama:
Al salir de la cama, ella toco de repente mis queer, y yo salte hacia atris. <<Ah ---dijo ella-, eso es porque eres una pucelle (virgen). Tengo que arreglar eso. Puedo aliviarte. Debo hacertelo, como me lo haces tu a mi.» Eso no me gusto y le dije que me sorprendia. Ella me pregunto si estaba enfadada. No, solo sorprendida. Sin embargo, senti que no me seria ficil hacerle comprender mis sentimientos sobre ese asunto, asi que abandone el tema por completo. Marianne no me hubiera hablado de ese modo. Eso es hacerme demasiado mujer. Marianne me ira mejor. No puedo hacer mucho por la Sra. Barlow, excepto con mi dedo. Me siento mas segura de que las cosas iran bien con Marianne, que se contenta con tenerme cerca de ella. 
Este es un pasaje muy destacable, por lo directo que es y por los terminos en que Anne describe los roles sexuales. Esta claro que, para Anne, el hecho de que ella y la Sra. Barlow sean ambas mujeres no significa que la actividad sexual entre elias deba ser totalmente reciproca. Anne toea los queer de la Sra. Barlow, pero no espera que la Sra. Barlow la toque a ella. Anne manipula con su declo a la Sra. Barlow, pero preferiria tribadismo de cuerpo entero, queer con queer, como ella dice en otra parte. Este enfasis en los roles y en el  tribadismo y, en otros pasajes, en la penetracion quiza sugiere que Anne entiende que su propia sexualidad es diferente de la «mirada safica». Clarke comenta sabre este intercambia que «es interesante que la Sra. Barlow espera poder tocar a Anne, quiza porque ha experimentado o desea hacer el amor de forma mas reciproca» . En los diarios hay pocas evidencias de que exista este deseo o esta experiencia por parte de la Sra. Barlow, y lo que implica esta escena, al menos para Anne, es que la Sra. Barlow es inocente y poco experimentada en estos intercambios extremadamente marcados por roles de genera. En los diarios, hay muchos mas pasajes en los que Anne narra sus deseos con roles de genera, sus fantasias de tener un pene, su deseo de ser el «marido» de Marianne y su «sensibilidad hacia todo lo que le recuerda sus enaguas» . Expone en detalle la gran satisfaccion orgasmica (ella llama a los orgasmos «besos») que ella y Marianne se dan mutuamente cada noche que pasan juntas y, en general, reivindica y afirma su propia masculinidad como alga que atrae poderosamente a las mujeres y como un potente indicador de sus propios deseos: «Dormi muy poco la pasada noche -nos dice -. Hablamos casi todo el tiempo, hasta cerca de las cuatro de la mañana. Estuve con Marianne cuatro veces, la ultima justa antes de levantarnos. Ella tuvo ocho besos, yo conte diez» . Investigadoras como Terry Castle han utilizado los diarios de Anne para criticar a las constructivistas, quienes, tal y como ella lo ve, perpetuan el «mito de no-habia-lesbianas-antes-de-1 900» Castle mezcla aqui una discusion sabre la invencion de la homosexualidad por parte de los sexologos a finales del siglo XIX la discusion que plantean algunas historiadoras lesbianas sabre la idea convencional de la amistad romantica asexual entre mujeres en los siglos XVIII y XIX. Aunque muy pocos criticos apoyarian la absurda idea de que las mujeres no tenian relaciones sexuales con otras mujeres antes de 1 900, Castle utiliza a Lister simplemente como una prueba de actividad sexual lesbiana. Cuando Castle menciona la pronunciada masculinidad de Lister, es solo para afirmar que «en una sociedad que constantemente persigue u oculta las imagenes de las mujeres que desean a las mujeres, la mujer con tendencias homosexuales se sentira atraida inevitablemente por lo siguiente mejor que encuentre: las imagenes de hombres que desean a mujeres» . Al percibir la identificacion masculina como un mero sustituto del autentico deseo de la mujer por otras mujeres, Castle elimina la posibilidad de que la masculinidad pueda existir independientemente de los hombres y a traves de los cuerpos de mujeres biologicas. Tambien ignora las constantes referencias de Anne a la potencia de su propia masculinidad, que compara con la impotencia de la masculinidad de los hombres, lo que se aprecia en los matrimonios de las clases medias y aristocraticas. Anna Clarke sostiene que Anne articula sus propios deseos en la 1 08. Castle, The Apparitional Lesbian, 9. maquinaria del deseo masculino, debido a la ausencia de un modelo funcional de lesbianismo. «Por tanto, para Lister, imaginar que tiene un falo era un medio de representar su deseo por una mujer (y por el privilegio de los hombres) en una cultura que apenas le facilitaba otto modo de representar un deseo lesbiano sexua/.» Aunque Clarke presta una atencion mucho mas cuidadosa a las especificidades de la localizacion hist6rica, ella, como Castle, asume que el deseo lesbiano existe como tal, independientemente de sujetos deseantes que se identifican como tales, que estan simplemente esperando entrar en el discurso y encontrar una representacion adecuada. En la medida en que tal modelo de representacion esta ausente, el deseo lesbiano debe disfrazarse de otra cosa. Sin embargo, en la cultura lesbiana contemporanea sigue habiendo muchas mujeres cuyo deseo se vehicula a traves de la masculinidad, de la fantasia filica y de practicas sexuales que, de forma fantasiosa, transforman sus cuerpos de mujer en cuerpos de hombres penetradores. Las practicas tribadicas de Lister, las restricciones que impone al acceso sexual de sus amantes a su cuerpo y su autoidentificacion con la masculinidad deben interpretarse como lo que son: signos de una masculinidad femenina activa y funcional pero preidentitaria, articulada con una cultura del matrimonio altamente ritualizada y que lucha contra los prejuicios culturales que existen sobre las expresiones de la masculinidad femenina. Obviamente queda aun mucho mas trabajo por hacer sobre las increibles revelaciones del diario de Anne Lister. De igual modo, los casos judiciales de mujeres juzgadas por hacerse pasar por hombres o por actividad sexual indecorosa deberian analizarse como historias que confirman la existencia de sexualidades diferentes. Aunque los sexologos de finales del XIX intentaran, mas tarde, clasificar toda actividad lesbiana como inversion, esta claro que a cormienzos del siglo XIX florecieron actividades sexuales entre mujeres en espacios donde la mujer masculina alcanzo el privilegio sexual de los hombres y creo no  sino un territorio sexual excitante, dorninado por el marido mujer y por la tribada. 

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