domingo, 10 de septiembre de 2017

Las mujeres y la religión



 Juan José Tamayo, secretario general,ha sido el encargado de presentar el Congreso,  de la Juan XXIII “Las mujeres y la religión” y eso lo ha hecho situándolo en el contexto del décimo aniversario este 2017 de la aprobación de la Ley de Igualdad. Diez años en los que se han producido importantes avances en la causa de la igualdad de hombres y mujeres, ha reconocido, pero también importantes retrocesos. 
De entonces para acá se han producido avances, y muy importantes, pero también retrocesos, como demuestran, entre otros fenómenos:
la persistencia de los micro- y macro-machismos;
– el inferior salario de las mujeres por igual trabajo;
– el retroceso en educación para la igualdad;
– la violencia machista, los feminicidios, que este año, a fecha de hoy, alcanzan cuarenta y siete y el año pasado, en todo el mundo, llegaron a sesenta mil.
Estos hechos demuestran que el patriarcado sigue vivo y activo en todos los campos y mantiene su poder opresor sobre las mujeres, las niñas, los niños y los sectores más vulnerables de la sociedad, en complicidad con otros sistemas de dominación: el colonialismo en su verso neocolonial; el capitalismo, en su versión neoliberal; la depredación de la naturaleza en la versión científico técnica de la modernidad; los fundamentalismos sobre todo en su versión más extrema, el terrorismo, ejercido por algunos colectivos de manera blasfema en nombre de Dios.
En materia de igualdad de género las cosas están todavía peor en las instituciones religiosas -sobre todo, en sus dirigentes, la mayoría varones-, que siempre se han llevado mal con las mujeres. Salvo excepciones, en las religiones no se han dado pasos en dirección a la igualdad. Todo lo contrario: se ha producido un estancamiento o, peor aún, un retroceso.
Las religiones, con frecuencia:
– Siguen instaladas en un patriarcado homófobo, basado en la masculinidad sagrada, que margina a las mujeres, a quienes considera inferiores, subalternas, dependientes y no reconoce como sujetos morales ni religiosos.
– Discriminan y excluyen a gais, lesbianas, bisexuales, transexuales, intersexuales, e imponen en sus propias instituciones, pero también en la sociedad, una moral religiosa heteronormativa y defensora de la binariedad sexual;
– Elaboran un discurso androcéntrico y una moral machista, poseen una estructura patriarcal y transmiten una concepción homófoba de las relaciones humanas, en clara oposición a las leyes igualitarias y a la creciente conciencia feminista
.
Inaugurará el Congreso Soledad Murillo, profesora de Sociología de la Universidad de Salamanca, consultora de la ONU e impulsora de la Ley de Igualdad de 2007, quien hará un análisis crítico de la sociedad patriarcal. A continuación abriremos las siguientes líneas de reflexión y análisis:
– Los derechos sexuales y reproductivos y el cuerpo de las mujeres sometido a mercancía a través de los cuerpos de alquiler y de la prostitución.
– La diversidad y la disidencia sexual -LGTBI
– Los movimientos de mujeres en la sociedad que luchan por la conquista de las reivindicaciones feministas, la concientización de género y la denuncia de la discriminación sexista, que suele ir acompañada de otras discriminaciones: por disidencia sexual, clase, cultura, etnia, religión, etc., en diferentes áreas geoculturales: África, América Latina y España.
– Los movimientos de mujeres en las religiones vinculados a los movimientos feministas y al LGTBI, que cuestionan las desigualdades de género en el seno de las instituciones religiosas y reivindican derechos iguales y paridad en los puestos de responsabilidad y de representación. No podíamos analizar dichos movimientos en todas las religiones del mundo. De estos movimientos hemos elegidos tres, correspondientes a otras tantas tradiciones religiosas: catolicismo, islam e iglesia anglicana.
– Cuatro cuestiones teológicas que están en el centro del debate en el seno del cristianismo: las diferentes actitudes ante las identidades sexuales, la teología de la liberación desde la perspectiva de género en América Latina en la perspectiva decolonial; el ministerio eclesial de las mujeres; el patriarcado religioso y el ejercicio del poder en las Iglesias; la urgencia de una espiritualidad política.
Los temas serán tratados desde diferentes disciplinas: ciencias sociales y políticas, filosofía, teología, teoría feminista, ética, pero no en abstracto, sino articulando reflexión y activismo -ambos inseparables, – y vinculándolos con las prácticas de emancipación y los movimientos sociales. Es, por tanto, un Congreso abierto a todas las personas y colectivos interesados en la propuesta del paradigma de igualdad de género en la sociedad y en las religiones.
El tema nos afecta a todas y a todos. Por eso, todas y todos estamos llamados a participar en este Congreso y a construir Otras Religiones Posibles igualitarias, paritarias, fraterno-sororales en sintonía con el lema de los Foros Sociales Mundiales: Otro Mundo es Posible.

domingo, 3 de septiembre de 2017

PROFESORA Y PASTORA TRANS


“Jesucristo fue el primer trans”
Salvador fue la primera transexual que adoptó un niño en Brasil y será la primera reverenda de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana (ICM) en América Latina.
Afirma que todas las formas de expresión sexual son “dones” dados por Dios a sus hijos e hijas.
Alexya Salvador es una maestra trans de 36 años que da clases en una escuela del municipio de Mairipora, Sao Paulo, en Brasil. Su forma de reír, de hablar y de dar las clases es completamente diferente a la de los demás. Se la conoce por ser una de las mejores y más estrictas profesoras del colegio sin embargo no todo ha sido fácil para ella.  Pero, no solo su personalidad, sino su físico, pues Alexya es la única maestra transexual que la mayoría de los adolescentes ha tenido. No solo enseña portugués, inglés y a escribir correctamente, sino que también enseña sobre la diversidad.
Todo comenzó el año 2012, cuando aún no había dado el paso de su transición. En ese momento ella trabajaba para otra escuela y decidió que tenía que alejarse de todo, por lo que  pidió un permiso de 15 días para poder darse un tiempo y encontrar quien verdaderamente es. En ese momento fue cuando inicio su transición y nació Alexya Salvador y cuando regresó se volvió a presentar ante los estudiantes decidió que tenía que alejarse de todo y pidió permiso en la escuela .ara cuando regreso a dar clases pidió a sus alumnos que se refirieran a ella en femenino y aunque la mayoría de los niños lo tomó bien, algunos otros mostraron rechazó hacia ella. “Profesora, para mí siempre será un hombre”, le dijo un joven.
“Vi que él estaba nervioso y le dije: Habla, vivimos en una democracia, te escucho. No le impuse nada. Solo lo invité a la reflexión y le dije: Si aun después de todo lo que te he mostrado ves a un hombre vestido de mujer y respetas a ese hombre vestido de mujer, está muy bien. Eres libre de estar de acuerdo o no, pero debes respetar”, cuenta. Desde aquella experiencia Alexya Salvador se dio cuenta que aparte de ser una maestra que enseña matemáticas y español también tenía que educar a los niños a tener mentes más abiertas y a respetar la diversidad sexual.
Para Alexya Salvador, hablar sobre la identidad hace que los niños sean más tolerantes, además debatir los ayuda a tener argumentos de peso. “Dejo que traigan sus realidades. Porque los niños quieren ser escuchados. Muchos de ellos no tienen un padre y una madre que se siente a hablarles”. Asimismo, advierte que los niños no nacen con prejuicios sino que los mismos adultos les enseñan a juzgar. Un buen ejemplo que tiene es cuando en una escuela en la que trabajaba, el director quería seguir llamándola Alexander, el personal la miraba mal y hasta los padres de sus alumnos la atacaban.
“Los adultos son los más complicados. Los menores son siempre los más abiertos al diálogo”, dice con respecto a que los jóvenes aún pueden salvar las ideología y crecer en un mundo mejor. “¿Cómo una madre puede venir a pelear porque le hablé a su hijo de que tiene que ayudar con las tareas del hogar? Hablar de género no es sobre el sexo, es discutir sobre la condición humana”, advierte.
A pesar de que la mayoría de padres y colegas prefieren que no hable sobre esos temas, los adolescentes y niños prefieren que lo haga. Larissa Oliveira, una de sus estudiantes de 12 años, siente que ha cambiado positivamente desde que Alexya llegó.  “A mí, por ejemplo, me gusta jugar con la pelota y los chicos decían que yo era lesbiana. Pero la profesora de inmediato explicó las cosas, dijo que el fútbol no es sólo para los hombres, que no hay que elegir entre qué es correcto para hombres o mujeres”. “Nos enseñó mucho acerca de los prejuicios, del sexismo y otras cosas. Es una persona maravillosa, me encanta su pasión”, concluye Oliveira.
La profesora se volvió en la confidente de varios estudiantes. Ella recuerda a uno en especial que la llamó para pedirle un consejo, pues era gay y su familia era religiosa. Sus padres prohibieron la entrada de un primo a la casa desde que se enteraron que era homosexual. “Mientras él lloraba, lo único que podía decirle era que no era una aberración, sino un niño hermoso y sano. No quería darle un consejo para que mañana dijera ‘hice lo que me dijo y ahora estoy en la calle, mi padre me golpeó‘. Le dije que iba a llegar el momento adecuado. Le aconsejé que estudiara mucho para un día ser independiente y vivir su vida”, aseguró Alexya.
Cuando abrazó al adolescente, se vio a ella misma, cuando estaba en la escuela, llorando en el parqueadero porque sus compañeros la golpeaban por ser diferente. Veinte años atrás un profesor le había dicho que si no quería ser molestado mejor se quedaba callado, sin embargo, hoy en día es una defensora de los derechos LGBTI.Ahora, como mujer, no solo es profesora, también es pastora auxiliar en la Iglesia de la Comunidad Metropolitana (ICM), un grupo cristiano que acepta a la comunidad LGBTI, y madre de dos niños que adoptó, Gabriel y Ana María, quienes son hijos de su esposo Roberto.
Pero Alexya Salvador, quien dice ser “la primera pastora transgénero de América Latina”,  afirma que “Jesucristo fue el primer hombre trans”. “Te explico. Nosotros aprendemos desde el Génesis que existe la Santa Trinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Dios, por tanto, mandó a su Hijo para la tierra. Jesús, el Hijo, tenía el género divino ¿correcto? Entonces, cuando descendió para la tierra pasó a tener el género humano”. Y concluye: “Entonces, ¿si Jesús puede ‘transicionarse’, por qué yo no podría?”
La polémica afirmación es una entre muchas que pueden extraerse de sus declaraciones en la entrevista publicada el pasado 29 de junio por la edición brasileña de la revista digital Vice.
Aleksya pertenece a la  Iglesia de la Comunidad Metropolitana (ICM), posee allí el título de diaconisa y se prepara para en breve ser ordenada reverenda. Es uno de los principales pastores de esta comunidad en la ciudad de São Paulo, donde cuentan con decenas de fieles, la mayoría homosexuales.
La Iglesia de la Comunidad Metropolitana fue fundada en 1968, en la ciudad de Los Ángeles, por Troy Perry, homosexual y activista. Desde el inicio este grupo religioso se presentó como evangélico liberal y orientado a la comunidad LGBT. “En la ICM nos atrevemos a decir que Dios es mujer. Porque esa parte masculina de Dios es muy fea. Nosotros creemos que Dios es Madre, es amor”, dice.
En un video de 11 minutos y 22 segundos divulgado recientemente en las redes sociales con motivo de celebrar el día de la visibilidad trans, el 21 de marzo, Alexia Salvador profundiza en esta perspectiva.
Alta, morena, de cabello negro, largo y liso, y con ropa negra y clergyman, indica que “la sexualidad es un don divino que no puede ser visto como una maldición independientemente de la forma en que se manifieste”. Subraya que la homosexualidad, la bisexualidad, la heterosexualidad, la ‘transgéneridad’ y todas las formas de expresión de la sexualidad son dones que Dios concede a sus hijos e hijas.
Según ella, en el Antiguo Testamento se nos presenta a un “Dios hombre, macho, que está sentado en el Trono castigando a quien no cumple sus designios, un ‘dios homérico’ que hace que las cosas acontezcan”. Pero “luego viene Jesucristo y en el Nuevo Testamento vamos a ver que Dios es amor, aquel Dios que en el Antiguo Testamento es sólo hombre, va abrirse, va a permitirse conocer a través de Jesucristo”.“Dios no tiene género, puede ser hombre o una mujer, o no ser nada. Dios puede ser travestí, transgénero, puede ser una drag-queen o un crossdresser, Dios puede ser gay o lesbiana. Una diosa… Yo estoy segura de  que Dios es transgénero”, afirma.
Utilizando algunos párrafos bíblicos expone que la frase “Yo Soy”, dicha por Dios a Moisés para revelarse, hace eco hoy y siempre en todos sus hijos. “Yo como pastora transgénero me reconozco en esas palabras”“En diversos momentos del Evangelio Jesus dice: ‘quien me ve a mi, ve a mi Padre, mi Padre y yo somos una sola cosa’, por eso, también yo y Dios somos uno, si yo soy una mujer transgénero Dios es también transgénero”, asegura.
Según Alexya Salvador su voz es una voz profética que defiende “la causa trans” que es la “causa de la diversidad sexual”. En esa autoafirmación, como voz “profética”, tiene un sabor a teología de la liberación que él mismo confirma: fue seminarista católico. Abandonó el seminario porque no deseaba “causar escándalo entre los fieles una vez ordenado”.
Realizó el curso de filosofía en la Pontificia Universidad Católica de Campinas donde conoció a fondo la “teología de la liberación” y fue gracias a ella que consiguió “libertarse”. Se encontró con la “verdad” de que Jesús no había fundado en realidad ninguna Iglesia sino una comunidad de creyentes. Abandonó la Iglesia Católica y después de un largo caminar encontró la ICM.“Soy fruto de la teología de la liberación” afirma categórica. “Tenemos una función esencial por el pobre y el marginalizado, el pueblo indígena, negro, por las mujeres, por todos aquellos que son minorías”. Advierte que ese es “el foco de la militancia”. Y añade que si el “socialismo no anda de manos dadas con el cristianismo, quedaría con mucho a deber”.
Alexya está casada con Roberto Salvador Junior, homosexual. Se unieron cuando Alexya aún no se presentaba como mujer trans. El sistema legal brasileño les permitió recientemente que adoptaran a dos niños: Gabriel, de 11, y Ana Maria, de 9. Gabriel tiene necesidades especiales yAna Maria en realidad es una niña trans.
Fuente  Vice/Aldía.co/Chueca.com

ABUELO GAY


Nunca es tarde para abrir el corazón hacia nuestro verdadero yo. Así lo demostró Roman Blank, un abuelo que a los 95 años confesó su homosexualidad.
“Hay ciertas cosas que quiero que el mundo sepa”, le dijo Roman al activista gay Davey Wavey, en una entrevista que puede verse en el canal de Youtube de Davey como parte del documental On my way out.
Roman confesó que es homosexual desde los 5 años, aunque decidió guardar el secreto y tener una familia convencional con matrimonio de 67 años, dos hijos, cinco nietos y un bisnieto.
En la entrevista Roman cuenta además que su esposa Ruth Blank se enteró de su orientación sexual tras el nacimiento de su segundo hijo. Davey también aprovechó para preguntarle sobre sus intereses amorosos, a lo que Roman contestó:
“Realmente no necesito ya una conexión física o mental. Pero la quiero. Querer ir a dormir y tener a alguien a mi lado, no por cualquier otra cosa que estar seguro de que a alguien le importo. No miro una cara, veo el corazón. Alguien con el que me pueda apoyar, alguien que sienta el latir del corazón. Nadie puede hacer eso a menos que tú la dejes”.
Roman aseguró sentirse orgulloso de por fin haber abierto las puertas de su clóset a pesar de su edad.Otra emotiva historia conocida de un hombre que vivió toda su vida acatando los valores familiares tradicionales, a pesar de su verdadera identidad sexual, fue el abuelo de la cantante Demi Lovato.
Fue durante la ceremonia de entrega de los premios Traiblazers que Demi confesó su experiencia familiar: “Nunca he hablado de esto antes pero mi abuelo fue un pionero al asumir su homosexualidad en plena década de los sesenta, y creo que gran parte de mi espíritu lo heredé de él”.
La cantante contó además que su abuelo falleció apenas unos años después de aceptar su homosexualidad. Tal vez sea esa la razón por la cual la ex chica Disney esté tan comprometida con la comunidad LGBTI.
Fuente Chueca.com

LA IGLESIA QUE HIERE


“Con frecuencia la Iglesia nos hiere en lo más vivo. Las personas con autoridad religiosa nos hieren a menudo con sus palabras, o actitudes y exigencias. Precisamente porque nuestra religión nos pone frente a cuestiones relativas a la vida y a la muerte, nuestra sensibilidad religiosa puede sentirse herida con extrema facilidad. Los ministros y los sacerdotes raramente se dan perfecta cuenta de cómo una observación crítica, un gesto de rechazo, una muestra de impaciencia pueden ser recordados de por vida por aquellos a quienes fueron dirigidas.
Es tal la necesidad de dar un sentido a la vida, de confortación, de dar consuelo, de perdón y reconciliación, de restablecimiento y salud, que a cualquiera que tenga un poco de autoridad en la Iglesia se le debería recordar de forma permanente que la mejor palabra para caracterizar a la autoridad religiosa es la palabra compasión.
Mantengamos nuestra mirada en Jesús, cuya autoridad se expresa en la compasión.”
*
Henri Nouwen

miércoles, 16 de agosto de 2017

Soy una niña… ¿por qué tengo nombre de niño?



Celia López Valero, psicóloga y orientadora educativa, autora del libro Trans-fondo

Si oyéramos esta frase, ¿sabríamos entenderla?.
A un niño le puede gustar disfrazarse de princesa, adornarse el pelo, jugar con muñecas o el color rosa; del mismo modo que una niña puede ser ruda, que le gusten los juegos de contacto, prefiera pantalones a faldas o quiera tener pelo corto. Estas conductas no definen a un menor transexual, simplemente a un niño o una niña que no sigue los patrones que la sociedad se empeña en atribuir necesariamente a hombres y mujeres.
Los menores trans, desde muy temprana edad, comunican a los adultos que no se identifican con el sexo que le asignaron al nacer. Lo hacen de muchas maneras pero es frecuente que el adulto no sepa interpretar sus señales. Nos centraremos en los ejemplos más frecuentes que aparecen en la etapa del segundo ciclo de infantil (3 a 5 años).
Si un alumno presenta varias de estas conductas y se mantienen en el tiempo, sería interesante que los profesionales educativos contactaran con la familia para ampliar información sobre el menor y determinar las medidas a tomar. Imaginemos dos alumnos Andrés y Emilia, ambos cursan Educación Infantil:
  1. Andrés  verbaliza “no soy un niño, soy una niña”. Emilia repite “quiero ser un niño”, “de mayor seré un niño”.
  2. Cuando se dibujan a ellos mismos, Andrés lo hace con una gran melena y en general muy “feminizada” y Emilia se dibuja “masculinizada”.
  3. Si dibujan a la familia, Andrés se dibujará usando colores y detalles similares a las personas de sexo femenino que aparezcan en su dibujo y al contrario ocurrirá en el caso de Emilia.
  4. En el juego simbólico Andrés siempre juega adoptando roles femeninos (mamá, maestra, princesa) y Emilia los masculinos.
  5. Pueden tener un nombre elegido perteneciente al género contrario. Ante la pregunta “¿si os pudierais cambiar de nombre cual elegiríais?” la mayoría de los niños y niñas eligen un nombre diferente, pero siempre correspondiendo al sexo asignado al nacer. Nuestros pequeños protagonistas no: Andrés elige el nombre de Catalina y Emilia el de Héctor.
  6. Hablan sobre ellos mismos acorde con el género sentido. Si alguien le dice: “Qué guapo estas hoy”, Andrés corrige….“estoy guapa, no guapo”. Del mismo modo, ante una situación agradable y placentera, Emilia dice: “estoy muy contento”.
  7. Si se les pregunta “¿qué queréis ser de mayor?”, Emilia afirma que quiere ser peluquero (no peluquera) y Andrés maestra (no maestro).
  8. Es habitual que quieran ponerse ropas propias del otro sexo.
  9. Emilia intenta orinar de pie imitando a los demás niño y Andrés  se sienta en la taza como sus compañeras.
  10. Si la maestra, en clase, explica que las niñas tienen vulva y los niños pene. Emilia pregunta: “¿cuándo me saldrá mi pene?”. Andrés, ese día, al llegar a su casa, pregunta a sus padres: “¿dónde está mi vulva? ¿Se me va caer la colita cuando sea mayor y tendré vulva?”.
  11. Si se divide la clase en dos filas, las niñas a un lado y los niños a otro, todos los días Andrés se sitúa en la fila de las niñas. Cuando la maestra lo intenta poner con los niños, llora o agacha la cabeza.
El menor usará éstos u otros ejemplos para comunicar su verdadera su identidad y sólo dejará de hacerlo, por un tiempo, cuando los adultos lo corrijan, castiguen o le expliquen que es un niño porque tiene pene o niña por tener vulva. Desde las aulas hay que trabajar la existencia de cuerpos diversos. Explicar que aunque la mayoría de las niñas tienen vulva, existen también niñas con pene. Igualmente, la mayoría de los niños tienen pene, pero existen niños con vulva.
Si se les transmite a los menores que ninguna parte de su cuerpo define quiénes sony se les pregunta “¿tú que eres?” la experiencia nos demuestra que los menores no titubean ante esta cuestión y que se van a sentir  reconocidos dentro de una de las cuatro categorías. Hay que perder los miedos y los prejuicios. Mostrar a las niñas y los niños la existencia de cuerpos diversos  no es confundirlos ni “transexualizarlos”, al igual que explicar la diversidad en orientación sexual no “homosexualiza” al alumnado.
Sólo uno mismo puede decir quién es verdaderamente. Ni médicos ni psicólogos ni orientadores ni padres ni personas trans o cis  pueden afirmar si un menor es niño o niña, por ello hay que dar herramientas a nuestros menores para que conozcan otra realidad  y puedan verse reflejados en ella.

domingo, 13 de agosto de 2017

Estudios sobre homoparentalidad


 Muchos creerán que este artículo es innecesario: es ya evidente que una familia monomarental u homoparental es igual de sana que una heteroparental.
Sin embargo, conversaciones al respecto siguen existiendo a día de hoy a pie de calle. Seguramente en más de una familia, este tema se ha vuelto a comentar durante una cena o comida navideña y han vuelto a darse opiniones opuestas. Disputas baldías si no se tratan con datos empíricos; siempre se pondrán por delante los prejuicios, el miedo a lo desconocido o la famosa frase de “no es natural”.
Es por ello,por lo que consideramos que la existencia de este artículo en Oveja Rosa es necesaria. Queremos exponer cómo la ciencia ratifica que todas las configuraciones familiares alternativas son igual de maravillosas que la más común si su soporte es el amor.
Evidencias científicas sobre familias de padres y madres homosexuales
Hace casi cuatro décadas que la homosexualidad dejó de considerarse una enfermedad mental dentro del mundo oficial de la psicoterapia y la psiquiatría, ya que todos y cada uno de los innumerables estudios al respecto habían confirmado que no hay diferencias de ninguna clase entre heterosexuales y homosexuales más allá de la orientación sexual. Una simple regla de tres nos lleva a pensar que, en consecuencia, tanto homosexuales como heterosexuales pueden ser buenos padres.
Los diferentes estudios, (Thompson 1971, Boss 2004, y un largo etcétera) demuestran que padres y madres homosexuales generan apegos seguros y ejercen autoridad en los hijos con la misma efectividad que los padres heterosexuales.
Susan Golombock es la científica que más estudios acumula en torno al tema que nos ocupa. Uno de los estudios más grandes que existen sobre familias homoparentales fue dirigido por ella (2003), con 14.000 madres heterosexuales, lesbianas y madres solteras, a través de cuestionarios y entrevistas aplicadas a madres, hijos y profesores.
Se concluyó que los hijos de madres lesbianas y madres solteras homorosexuales, demuestran el mismo desarrollo y ajuste social que los hijos de madres heterosexuales.
De sus décadas de investigación, la investigadora resumió sus resultados en una frase:
“Sea cual sea la forma de una familia, la calidad de las relaciones que se den en ella es mucho más importante que su estructura.”
Algunos de sus estudios han tenido incluso resultados más positivos para las parejas homosexuales. Para Tasker y Golombock (1997) el síndrome de alienación parental, estado de culpa que experimenta el niño cuando los padres divorciados se pelean por su afecto, se da menos en hijos de familias homoparentales. También en 1997 estos mismos autores arrojaron un dato curioso en uno de sus estudios: los hijos de familias homoparentales eran más empáticos (tendían a proteger a otros niños indefensos más que los de familias heterosexuales)
Otros autores han encontrado también datos positivos: Bigner (1989) afirmó, tras estudiar a 33 parejas de ambas características, que los homosexuales utilizaban más el reforzamiento positivo, (premio ante la conducta correcta) que el reforzamiento negativo (castigo ante conducta equivocada). Existe evidencia empírica de que el reforzamiento positivo es más efectivo a largo plazo e influye positivamente sobre la motivación en el niño.
Queremos a continuación ir desmontando los argumentos que tan difícil nos han puesto la lucha por equiparar derechos:
“Los hijos de familias homoparentales tendrán orientaciones sexuales y de género confusas u homosexuales.”
Esta suposición no se basa en dato alguno. Pero es inmensamente utilizada, casi la más utilizada, entre los ciudadanos y políticos que se oponen a equiparar derechos entre ambos tipos de familia. La famosa frase de que un niño necesita un “referente masculino y un referente femenino” sigue siendo un argumento de ataque común, que no sólo afecta a las parejas homosexuales, sino también a los padres solteros de todas las orientaciones.
Susan Golombock también realizó diversos estudios e investigaciones longitudinales desde 1983 hasta 1996 sobre este tema, confirmando que no hay diferencia alguna en torno a orientación sexual, género ni rol de género entre hijos de familias homosexuales e hijos de familias heterosexuales. Existe el mismo porcentaje de homosexuales, heterosexuales, bisexuales y transexuales entre ambas poblaciones.
Estudios de otros autores confirman los mismos datos: no hay variación alguna entre elección de juguetes, rol de género u orientación sexual. (Green, 1978; Mandel, Hotvedt, Gray & Smith, 1986; Smith & Roy, 1981).
“Los hombres gays son mas pedófilos, por lo que no deberían tener hijos.”
Por muy loca que resulte esta frase, muchas personas, evidentemente homófobas, justifican la necesidad de prohibir las familias homoparentales, en este caso de hombres, con el retorcido argumento de que estos tienen tendencias pedófilas.
Ni falta hace desmentir este dato, no hay dato empírico que lo sustente, pero si oís este comentario en algún lugar, os recomendamos que les habléis de la investigación de Finkelhor & Russell (1984), que demuestra que la gran mayoría de los abusos sexuales en menores son por parte de hombres heterosexuales que, en su gran mayoría, son parientes cercanos a la víctima.
“Les van a discriminar en la escuela.”
Tasker & Golombock estudiaron el efecto del bullying en hijos de familias homoparentales en comparación con las heteroparentales. Concluyeron que no había diferencia significativa entre ambas poblaciones: ambos recibían bullying por infinidad de razones. La influencia de este acoso sobre su psique a largo plazo no aumentaba tanto en función de que los niños pertenecieran a una u otra estructura familiar, sino de que tuvieran una correcta educación en asertividad y un apoyo familiar suficiente y efectivo.
Con este artículo te invitamos a que hagas uso de estos y otros datos empíricos si en algún momento de tu vida te toca defender tus derechos y no permitir que tu familia, presente o futura, sea cuestionada.

viernes, 11 de agosto de 2017

SIN MIEDO A SEGUIR EN EL CAMBIO



Para destacar la importancia de los cambios que estamos experimentando, ya es un tópico decir que “no se trata de una época de cambio sino de un cambio de época”. El cambio es imparable, pero puede ser encauzable. A encauzarlo nos incentiva este Cuadernillo de Cristianisme i Justícia(www.cristianismeijusticia.net); puede ser útil a las organizaciones que sienten la urgencia de cambiar esta sociedad hacia un sistema más justo. Este resumen desea difundir esta inquietud y animar a la lectura del texto.
El Prólogo y el primer capítulo muestran la realidad y profundidad del cambio, y sus rasgos más destacados: el fin del llamado “contrato social”; el divorcio entre poder y política; la globalización financiera; y el triunfo neoliberal, que se presenta como “sin alternativa posible”.
El segundo capítulo muestra una alternativa a ese cambio y las vías para conseguirlo. Las características de esa alternativa serían: la apuesta por una sociedad que avance hacia la equidad y la justicia; ahondar en la democracia y en la participación ciudadana; dar respuesta a la crisis ecológica y civilizatoria; y orientar la economía al servicio de la persona con un modo de producción más justo.
Para ello propone los siguientes caminos con sus respectivas ventajas e inconvenientes. La vía de los contrapoderes sociales que pueden “cambiar el mundo sin tomar el poder” mediante “el método grieta” que se va ensanchando. La vía de las instituciones, a las que se accede generalmente por medio de los partidos políticos. La vía de la participación popular sostenida y no violenta, que suele suscitarse por la situación que padece un grupo (como los desahucios) y el apoyo que esa injusticia suscita en el resto de la sociedad. La vía de la planificación y de la coordinación de estas acciones institucionales y populares.
El tercer capítulo trata de concretar el “¿qué hacer?” en tres dimensiones. En la dimensión personal propone una mirada crítica hacia la realidad, en forma globalizadora y no fragmentada, que no se quede en la descripción de un conflicto (como el de Oriente Medio) sin mencionar los intereses económicos que lo provocaron; un consumo más responsable; el cumplimiento ético y social de los deberes fiscales; y una mirada empática al sufrimiento que la injusticia social causa a los más débiles. En la dimensión comunitaria destaca la importancia de la colaboración, de las respuestas colectivas (como la de los afectados por las hipotecas), de “la economía colaborativa”, de todas aquellas organizaciones que fortalecen el tejido social y comunitario y, de un modo muy especial, una renovación de la enseñanza que revise qué se aprende y “al servicio de quiénes”. La dimensión sociopolítica es necesaria para lograr los cambios estructurales imprescindibles y se realiza mediante los movimientos sociales, los partidos políticos, los sindicatos, y las Organizaciones no gubernamentales.
En conclusión, el cambio tiene que realizarse mediante la coordinación de diversos factores. Para emprenderlo, hay que superar el fatalismo y la resignación manteniendo la firme esperanza de que “otro mundo es posible”, de que la Historia no es un mecanismo predeterminado sino un proceso abierto. El esfuerzo humano, con “propuestas lo suficientemente utópicas para representar un desafío al statu quo, y suficientemente reales para no ser descartadas por inviables”, ha ido superando situaciones que parecían inamovibles (como la esclavitud).
Termina con unas palabras poéticas y realistas de Pedro Casaldáliga:
Es tarde
pero es nuestra hora.
Es tarde
pero es todo el tiempo
que tenemos a mano
para hacer el futuro.
Es tarde
pero somos nosotros
esta hora tardía.
Es tarde
pero es madrugada
si insistimos un poco.

Jesús Sanz
Fuente: Cristianisme i Justícia nº 203 (Marzo 2017)

Reseña para "LA FLOR INVERTIDA" - Puntuación: 🌟🌟🌟🌟🌟 5/5

Opinión: Las letras del autor las conocí por su libro "Equipaje Ancestral" que tuve la suerte de ganarlo en un sorteo que realizo,...