jueves, 26 de abril de 2018

EL “MUCHACHO” DEL CENTURIÓN

THEODORE W. JENNINGS, JR. 
Cleveland: Pilgrim Press, 2003
 www.pilgrimpress.com
Las tres versiones ponen la historia al comienzo de la narración y le dan un cierto carácter prominente.
Vimos que Mateo y Lucas eliminan de sus respectivas revisiones del material de Marcos, todas las referencias a las relaciones homoeróticas entre Jesús y un joven sin nombre. Ambos eliminan la frase “mirándolo intensamente, Jesús lo amó…” de la historia que según la tradición se conoce como la del “joven rico”. Además Mateo y Lucas también eliminan el episodio del joven desnudo en el jardín de Getsemaní y eliminan la presencia de un joven anónimo, en la tumba de Jesús, que podría haber sido la continuación del episodio el-joven-en–el-jardín.
 Pero también vimos que este trabajo editorial parece traicionar algún conocimiento del material referido al joven contenido en el Marcos Secreto. El resultado de este trabajo editorial fue la eliminación, en estas nuevas versiones de Marcos, de todo lo que pudiera sugerir una relación homoerótica entre Jesús y el joven. Sin embargo los Evangelios de Mateo y Lucas no están exentos de contenidos eróticos. A pesar de que parecen eliminar los temas homoeróticos en la descripción de Jesús mismo, ambos tienen huellas de otra relación homoerótica que logra una respuesta positiva de parte de Jesús. Este episodio puede ser titulado el “amigo del centurión”.
 En su libro “Jonathan loved David”, Tom Horner sugiere que la historia contenida en el Evangelio de Mateo y que concierne a la curación del “muchacho” del centurión puede leerse como referencia a la relación afectiva entre el centurión y el muchacho; y que sería comprendida, por lo menos, por una parte de la temprana comunidad cristiana, como una relación que incluía la práctica sexual. Horner supone que los Evangelios incluyen atisbos de un Jesús que “no sería hostil” a “relaciones homosexuales”. Horner continúa: “La primera evidencia es el posible motivo homosexual en la historia de la curación del sirviente del centurión (Mateo, 8:5-13 y Lucas, 7:1-10). Siempre me ha parecido que era más que una preocupación ordinaria por un esclavo, la que mostraba el oficial romano en este caso. Lucas usa en este caso la palabra doulos, que es la palabra griega común para esclavo, pero Mateo usa la palabra pais, “niño” o, en este contexto particular “niño esclavo”. Pais es la misma palabra que cualquier hombre adulto, de la cultura griega usaría para referirse a un amigo más joven-o un amante. ¿Qué tenemos que pensar de esta sugerencia? Uno de los aspectos extraños de esta historia es que precisamente se trata de un episodio de curación/exorcismo común en Mateo y Lucas pero no en Marcos. En general el material que es común en Mateo y Lucas pero no se encuentra en Marcos, es designado por los eruditos como derivado de una hipotética fuente designada como Q, que ambos escritores usaron de manera comparable a como usaron a Marcos. Virtualmente todo el material de esta hipotética fuente son dichos, parábolas, o enseñanzas de Jesús. El episodio de la curación del muchacho del centurión (o esclavo) es la única narración importante de sanación que aparece en la reconstrucción de la fuente Q. Tanto en Mateo como en Lucas, este episodio se sitúa al final de sus respectivas versiones del primer discurso prolongado de Jesús, conocido por la versión en Mateo como Sermón de la Montaña. En ambos Evangelios, este episodio marca claramente la primera vez que Jesús usa sus poderes curativos en la persona de un gentil. Más allá de su contenido, este episodio es bastante notable y si al aspecto formal agregamos el aspecto potencialmente explosivo de un contenido homoerótico, la historia se convierte en muy importante para nuestros propósitos.
MATEO 
Puede ser útil recordar la historia tal como aparece en Mateo: 
Al entrar en Cafarnaúm, se le acercó un centurión y le rogó diciendo: “Señor, mi criado [pais] yace en casa paralítico con terribles sufrimientos.” Dícele Jesús: “Yo iré a curarle.” Replicó el centurión: “Señor, yo no soy digno de que entres bajo mi techo; basta que lo mandes de palabra y mi criado quedará sano. Porque también yo, que soy subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: ‘Vete’, y va; y a otro: ‘Ven’, y viene; y a mi siervo [doulos]: ‘Haz esto’, y lo hace.” Al oír esto Jesús, quedó admirado y dijo a los que le seguían: “Os digo de verdad que en Israel no he encontrado en nadie una fe tan grande. Y os digo que vendrán muchos de oriente y occidente a ponerse a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el Reino de los Cielos, mientras que los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes.” Y dijo Jesús al centurión: “Anda; que te suceda como has creído.” Y en aquella hora se curó el criado. (Mateo 8: 5-13). 
He puesto entre corchetes las palabras transliterarias que aparecen en la versión griega ya que la NRSV usa la palabra “sirviente”, un intento de armonizar la versión de Mateo con la similar historia que aparece en Lucas. ¿Cómo interpretar la sugerencia de Horner concerniente al uso que Mateo hace de la palabra pais para ese objeto de preocupación del centurión? ¿Es cierto que la palabra pais sugeriría una relación pederasta?
El término es una de las dos raíces que juntas forman la palabra “pederastía”. La otra raíz es erastes (de eros) que significa “amante”. La palabra “pederastía” significa “amar a varones jóvenes” y era el término técnico para designar en el mundo helenístico al varón homosexual y sus relaciones. Estas relaciones eran vistas como típicos “vicios” del mundo gentil tanto en la propaganda judía como pagana. En el mundo de habla griega el término pais se usaba usualmente para el varón amado en las relaciones del mismo sexo. Para un hombre el ideal convencional de un amado era otro hombre más joven, pero esta convención no siempre se cumplía. Esta situación es en parte similar a lo que sucedía hasta hace poco, referirse a una mujer más vieja como “chica” (girl); o referirse al objeto de cariño como “novia” (girlfriend) y al objeto de cariño masculino como “novio” (boy friend) sin importar la edad del amado/a. De este modo, en el mundo helenístico, a pesar de la connotación literal de “boy” (chico, muchacho) el “amado” al cual uno se refería de esta manera, no necesariamente tenía que ser un menor. Es decir, el amado sería designado como “boy” (chico, muchacho) aunque el amado fuera un adulto. Así, la mejor traducción para el término pais en la versión de Mateo, parece ser “boy friend” (novio).
LUCAS
 En la versión de Lucas de esta historia nunca nos encontramos con el centurión. Lucas envía dirigentes judíos para presentar el caso a Jesús. Señalan que el centurión les ha construído la sinagoga y que es un hombre de bien. Jesús responde y va a la casa donde los “amigos” del centurión le dicen que no se acerque y le repiten las palabras acerca de la autoridad. En Lucas no están las referencias a Abraham y su descendencia, pero sí escuchamos que cuando los intermediarios del centurión regresan a la casa, encuentran sano al esclavo (doulos), (Lucas 7: 1-10).12 Aquí la palabra “esclavo” (doulos) se usa cuatro veces para señalar al objeto de la curación.Notamos también que aquí la terminología de Lucas (doulos) no elimina la sugerencia de una relación sexual. Sólo aleja un poco esta posibilidad. En tiempos romanos las descargas sexuales permitidas en primera instancia, eran sobre los esclavos generalmente jóvenes). Así la terminología de Lucas no excluye una relación sexual, pero la terminología de Mateo parece ponerla más en foco.
JUAN
La versión de Juan, de esta historia, parece negar una relación pederasta ya que el joven es específicamente identificado como hijo (uios) del oficial (basilikos). ¿Debemos suponer que Juan expurgó la relación que en Mateo aparece sugerida? No parece ser el caso ya que en Juan hay muchos episodios escandalosos, aún cuando no consideremos la figura del discípulo que Jesús amó. Hay otras dos explicaciones que pueden ser más útiles aquí. Primero, Juan puede no haber conocido la versión de la historia contada por Mateo. Como hemos visto, Mateo puede haber tenido razones para acentuar lo sugestivo y escandaloso de la historia, tal como la conocía. El Evangelio de Juan también tiene una fuerte tendencia a contar los episodios, reuniendo aspectos que aparecen en otras tradiciones. 
 no haría violencia al texto suponer o afirmar que Jesús responde al llamado de ayuda del centurión para su amado (o para su amante como diríamos hoy). Tanto en este, como en otros casos, Jesús no averigua el estilo de vida o el pasado de la gente que pide su ayuda. La gente no tiene que demostrar merecimiento, su necesidad es suficiente para que Jesús responda. Jesús no demuestra en ningún momento una actitud remilgada frente a las “irregularidades” sexuales. Suponer que para Él una relación homosexual o más bien una relación pederasta sería difícil de aceptar, resulta totalmente absurda cuando profundizamos la actitud de Jesús. 

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