Lo queer parte de la consideración del género como una construcción y no como un hecho natural y establece ante todo la posibilidad de repensar las identidades desde fuera de los cuadros normativos de una sociedad que entiende el hecho sexual como constitutivo de una separación binaria de los seres humanos; dicha separación estaría fundada en la idea de la complementariedad de la pareja heterosexual.
El adjetivo queer
La teoría queer, con su interés por las implicaciones de sexualidad y género se ha dedicado sobre todo a la exploración de estas implicaciones en téminos de identidad. La naturaleza provisional de la identidad queer implica una amplia discusión sobre la definición del adjetivo queer. Eve Kosofsky Sedgwick ha explorado esta dificultad de definición y señalado que, si bien el término cambia su significado según se aplique a uno mismo o a otro, "tiene la virtud de ofrecer, en el contexto de la investigación académica sobre la identidad de género y la identidad sexual, una novedad que implica etimológicamente un cruce de los límites sin referirse a nada en particular, lo cual deja la cuestión de sus denotaciones abierta a la controversia y la revisión" (Epistemology of the Closet).
La autodesignación de la identidad
Gracias a esa naturaleza efímera, la identidad queer, pese a su insistencia sobre la sexualidad y el género, podría aplicarse a todas las personas que alguna vez se han sentido fuera de lugar ante las restricciones de la heterosexualidad y de los papeles de género. Así, si una mujer se interesa en el deporte o un hombre en las labores domésticas, pueden ser calificados como queers. Por este motivo la mayor parte de los teóricos queer insiste en la autodesignación de la identidad. Junto al género, la identidad compone uno de los temas principales de la teoría, y eso incluye la investigación sobre la prostitución, la pornografía, las zonas oscuras de la sexualidad, etc. El vocablo, cuando se aplica a las prácticas sexuales, ofrece muchas más innovaciones que otros términos, como lesbiana o gay.
Cuando alguien se define como queer, es imposible deducir su género. Teresa De Lauretis, que fue la primera en emplear esa palabra para describir su proyecto teórico, esperaba que tuviera aplicaciones iguales para la sexualidad y la raza, la clase y otras categorías. Sin embargo, fuera de los ámbitos universitarios, cuando el término queer se refiere a la sexualidad, es más frecuentemente un sinónimo de gay y lesbiana, a veces de gay, lesbiana y bisexual y con menos frecuencia de gay, lesbiana, bisexual y transexual.
La cuestión transgénero
La exclusión habitual de los transexuales de este uso popular puede deberse al hecho de que un transexual manifiesta unas relaciones desviadas respecto al género y la sexualidad. Muchos transexuales, inspirándose en la teoría queer en los niveles sexual y genérico, prefieren distinguirse de los transexuales tradicionales (los FtM y MtF, siglas inglesas de Female to Male y Male to Female, literalmente Hembra a Macho y Macho a Hembra, expresiones que reafirman el binarismo de género al cambiar de sexo sin otra reivindicación) utilizando las expresiones género queer y FtN o MtN (sustituyendo la segunda parte de la expresión por el adjetivo neutro). Las investigaciones queer sobre el género abarcan sobre todo las opciones desviadas del género (los transgéneros, los género-queer y los travestidos), así como la separación de género y sexo biológico. Partiendo de la afirmación de Simone de Beauvoir "no se nace mujer, se llega a serlo", Judith Butler ha sido la primera teórica queer en abordar esta separación entre género y sexo.
El miedo de la ciencia y la resistencia
La bióloga Anne Fausto-Sterling señala que el miedo a la confusión de los géneros impulsó a la ciencia y la medicina a buscar criterios irrefutables que establecieran el sexo anatómico y el género psicológico. Su trabajo cuestiona las intervenciones médicas que pretenden curar la disforia (malestar, inquietud) de género y el hermafroditismo. Además, la teoría queer se interesa en el parentesco y en las reivindicaciones identitarias en general. Judith Butler ha explorado el parentesco en su libro Antigone's Claim (La reivindicación de Antígona) y la identidad en The Psychic Life of Power (La vida psíquica del poder), en donde se ha propuesto explicar por qué se insiste en una reivindicación identitaria que puede poner a algunas personas en peligro (por provocar una violencia psíquica o física). Casi todos los trabajos que se proclaman queers comparten una resistencia teórica al esencialismo y a las pretensiones totalizadores, lo cual hace a la TQ y al término queer difíciles de describir.
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