sábado, 26 de mayo de 2018

El Cristo Queer


El canónigo anglicano Hugh Montefiore creó una considerable agitación al sugerir que Jesús tenía tendencias homosexuales. Montefiore ofreció una solución a la tradición cristiana que afirmaba que Jesús nunca se casó. Que no lo hizo porque deseaba estar completamente libre para cumplir la voluntad de Dios sin estorbos, esta es una explicación creíble si la aplicamos al ministerio público pero no lo es si lo hacemos a su vida privada. Montefiore señala la inusualidad de un varón judío que permanece soltero y se plantea la pregunta de sí se habrá sentido atraído sexualmente hacia las mujeres. Para Montefiore, la homosexualidad Jesús nos da la posibilidad de otra comprensión de Dios: Si Jesús fue homosexual por naturaleza, entonces esto evidenciaría la identificación del mismo Dios con aquéllos que son inaceptables a los defensores del “establishment” y de las convenciones sociales. Aquí el carácter de Jesús descubre un aspecto importante de la naturaleza de Dios, que se hace amigo de los que no tiene amigos, y que se identifica con el desamparado. Jesús se torna el Cristo Queer en Pascua al identificarse con todos los extranjeros y, en particular, con los queer. Ese argumento nació de mi propia experiencia homoerótica de Jesús el Cristo y del logro de la gracia erótica por mis propios deseos homoeróticos hacia Cristo. El tardío Robert Williams escribió que Jesús fue “un apasionado vulgar y lujurioso.” Williams afirma que Jesús era gay. Cita un fragmento del Evangelio Secreto de Marcos cuando el joven Lázaro recupera la salud. Leyendo ese fragmento Williams identifica a Lázaro como el Discípulo Amado del Cuarto Evangelio y el amante apasionado de Jesús.  En un manuscrito inédito, “El Discípulo Amado,” Williams detalla sus primeras aserciones en una historia novelada sobre Jesús y su amor apasionado por Lázaro. En las escenas de amor muy eróticas pero sensibles, Williams retrata Jesús y Lázaro en un abrazo sexual y en el coito. Jesús es sexualmente versátil en la imaginación de Williams, y el Discípulo Amado penetra a Jesús en el coito anal en el Jardín de Gethsemaní previamente a su arresto. El sacerdote y escritor gay Malcolm Boyd se ubica en la posición crítica de que no tenemos ninguna documentación de la vida personal de Jesús que considere su sexualidad. Hay indicaciones que Jesús vivió en compañía de varones y que sus relaciones con las mujeres eran abiertas, sensibles, y honestas. Argumentando desde la doctrina de la encarnación como encarnación (corporalidad) de Dios, Boyd comprende la sexualidad humana como saludable, vital, y buena. Mientras examina la gama de percepciones gays, lesbianas y bisexuales de la sexualidad de Jesús, Boyd concluye que Jesús ejemplifica el amor encarnado de Dios y así proporciona un modelo del rol a gays y lesbianas. En una entrevista, Boyd refina y lleva más allá su primera posición viendo al Cristo como un arquetipo gay:Pero en Cristo, encuentro más cualidades gays: la vulnerabilidad, la sensibilidad, alguien que se vació de poder, que vivió como manso pero como persona fuerte que rompió muchos tabúes sociales y encontró cualidades genuinas en una cantidad de personas que habían sido despreciadas por la sociedad en la que vivieron. Es un arquetipo gay al entender lo que significa ser gay. Joseph Kramer toma el amor místico de Jesús y lo extiende a un conocimiento físico y amor al cuerpo de Cristo. En su descripción de la vida del seminario jesuítico, Kramer habla de la conexión erótica que encontró dentro de su comunidad: Había un hermano mayor en el seminario a quien le abrí mi corazón, y él me tomó bajo su ala. Eventualmente esta relación resultó en una noche de lucha libre y juego, erotismo y eyaculaciones. Lo conocí desde entonces; es un hombre maravilloso. Por lo menos la mitad de los estudiantes que estaban allí tenían encuentros sexuales entre ellos. Pero ninguno de estos era compulsivo; eran expresión de una conexión profunda --espiritual, emocional y física. Estábamos de muchas maneras tan cerca que parecía correcto que nuestros cuerpos se tocaran y ardieran. Eramos el cuerpo de Cristo.Kramer experimenta el cuerpo de Cristo en los cuerpos de otros varones. Su sentido de identidad con Cristo está en el nivel del conocimiento corporal, experimentando, y amando. La experiencia de Kramer tiene mucho de los mismos modelos descriptivos del conocimiento y amor corporal que la mujer medieval Hadewijch y otras místicas experimentaron. En una conversación conmigo, Joe nota que su oración no es visual pero auditiva y definitivamente táctil: “Cada vez Jesús se encontraba con alguien, lo tocaba.... Mi conexión con Jesús es una cosa física. Tu cuerpo es el cuerpo de Cristo, tus manos tocan el cuerpo de Cristo.” En su entrevista con Mark Thompson, Kramer elucubra sobre esta identidad física y unión con Cristo: “creo que mi espiritualidad está en lo superficial-- y en lo profundo. El cuerpo es como la entrada. Jesús no dijo “Ésta es mi mente, éstos son mis pensamientos. Éste es mi cuerpo; ésta es mi sangre. Si quieres estar en comunión conmigo, come mi cuerpo, bebe mi sangre.” La visión de Kramer se extiende desde los cuerpos masculinos específicos al cuerpo erótico de Cristo que entrena a los hombres para experimentar la santidad del contacto físico y la intimidad. Su sagrado entrenamiento íntimo intenta llevar a los hombres a un contacto con sus energías eróticas y capacidades para el placer dentro de un ambiente espiritual. Para Kramer, una comunidad erótica mantiene el ámbito para el cultivo y la integración de la sexualidad y la espiritualidad. Su noción de comunidad erótica, ritual, y contemplativa puede bien ser una rearticulation contemporánea de la amistad homoafeciva predicada por Aelred de Rievaulx a sus monjes. La diferencia entre los dos es que Kramer es más explícito en su articulación de los vínculos de amor erótico, ritual, y contemplativo que unen el cuerpo erótico de Cristo. Michael Kelly, un formador (antiguo) franciscano, presenta seis series de volúmenes en video, El Contemplativo Erótico, dónde expresa la tradición católica de la contemplación erótica del misticismo nupcial, uniéndolo de modo explícito con “hacer el amor” físico.Mientras Kelly sostiene que nosotros no sabemos mucho sobre la sexualidad de Jesús, él nota que Jesús fue un hombre “que vivió con apasionada libertad y que amó osadamente y sin considerar las normas culturales.” La práctica eroticofóbica católica castró el poder de la metáfora de hacer el amor con Dios, quitándole pasión y erotismo. Kelly le restaura la pasión y el erotismo al misticismo nupcial del amante y amado, articulando la tradición de ser “besado por Cristo y besar a Cristo.” 
Hacer el amor y la espiritual están unidos, no aparte como en la teología eroticofóbica católica tradicional. Kelly es bastante explícito en recuperar la vergüenza social del coito anal como el punto de comunión del varón gay con Cristo. Cristo está dentro del semen de varones gay, al entrar en el cuerpo de otro varón, ser absorto por el cuerpo, y que transforma el estigma vergonzoso de coito anal en un divino hacer el amor. Los varones gay entran en el cuerpo de Cristo, y Cristo los penetra en el coito anal. Los gays, que tiene prohibido amar, son invitados por Dios a volverse amantes de Cristo. Pero percibir a Jesús como un varón penetrado subvierte la penetradora masculinidad heterosexista que evita la reciprocidad para el propio placer y poder. El Cristo penetrado proporciona al fondo gay un icono de masculinidades alternativas, subvirtiendo el falocentrismo heterosexual.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Reseña para "LA FLOR INVERTIDA" - Puntuación: 🌟🌟🌟🌟🌟 5/5

Opinión: Las letras del autor las conocí por su libro "Equipaje Ancestral" que tuve la suerte de ganarlo en un sorteo que realizo,...