domingo, 27 de mayo de 2018

El Reino explosivo


Jesús usó el símbolo del reino de Dios (basileia) para hablar de la actividad liberadora de Dios entre la gente. 
El símbolo del reino de Jesús era el símbolo organizador de su mensaje y sus prácticas. 
Para Jesús, el reino de Dios era socialmente provocativo y políticamente explosivo.
 Era socialmente provocativo en que su venida pertenece a los mas pequeños, a aquellos que sean como niños (Mt.18:4; Mc. 10:15), a los indigentes (Lc. 6:20), a los perseguidos (Mt. 5:10) y los marginados (Mt. 21:31).
El reino de Dios también era políticamente explosivo. 
Jesús practicó la liberación poniéndose al lado de los humillados y oprimidos de la sociedad judía. Les dio esperaza y valor para resistirse a la política de la dominación de Palestina en el siglo primero. 
El símbolo del reino de Dios era polimorfo. 
Podía tomar la forma metafórica de un objeto físico (un grano de mostaza, levadura, un tesoro), 
acciones particulares (cicatrizar las heridas, exorcizar, las comidas comunitarias, la demostración en el templo), o palabras visionarias.
El reino podía ser representado en parábolas, o podía realizarse en la acción. 
El símbolo representativo del reino de Dios podría abrir la comunicación humana a nuevas dimensiones y posibilidades dentro de la experiencia social y política. 
Jesús y su grupo de discípulos realizó estas acciones sociales como si ellos representaran el advenimiento del reino de Dios. Jesús era un militante del reino de Dios que se despliega en el primer siglo de Palestina. 
Su praxis basileia fue social; tuvo una configuración simbólica con acciones definidas, formas sociales particulares y desafíos sociales.
 En sus parábolas la imagen del reino de Dios es a menudo chocante y provocativa: 
el buen samaritano (Lucas 10:29 –37),
el hijo pródigo (Lucas 15:11–32),
los obreros de la viña (Mt. 20:1 –13) 
y el gran banquete (Lucas 14:16 –23; Mt. 22:1 –10).
 En el siglo primero, el término “buen samaritano” era tan chocante como el término “cristianos queer” es a los cristianos fundamentalistas hoy en día. 
La imagen del padre en la parábola del hijo pródigo rompe los estereotipos patriarcales en sus acciones sorprendentes hacia sus dos hijos. 
La visión igualitaria del reino de Dios en las parábolas de los trabajadores de la vid y el gran banquete, socava las exclusivas y privilegiadoras actitudes jerárquicas del poder social.
El mensaje de basileia de Jesús y la praxis significaron la transformación política de su sociedad en una radicalmente igualitaria nueva era, donde las diferencias sexuales, sociales, religiosas y políticas serían irrelevantes. 
Jesús lucho por la liberación de la basileia poniéndose al lado del humillado, del oprimido y de las personas exluídas de la sociedad judía del primer siglo. 
Les dio la bienvenida a la mesa y los sanó de sus heridas sociales. Jesus dio instrucciones sobre como convocar a los invitados a una cena (Lucas 14:11 –14). Sus comidas no crearon diferencias sociales sino que tendieron puentes al incluir al marginado. Sus metáforas son inclusivas del reino de Dios y su franqueza.
 Jesús dio énfasis a una reciprocidad generalizada que da sin esperar un nada a cambio (Lucas 6:35). Es una forma de dar que libra otras personas de dar algo a cambio.
John Dominic Crossan sostiene que el corazón del ministerio de Jesús fue un “igualitarismo compartido de recursos espirituales y materiales” y un ininterrumpido reinado de Dios.El discipulado se torno una forma igualitaria de relaciones entre varones y mujeres. Este discipulado de iguales estuvo marcado por compartir la comida, la igualdad entre los/las discípulos/as, varones y mujeres, la inclusividad en la mesa y el servicio amoroso de la mesa. Jesús señaló, “Entre los paganos, los reyes gobiernan con tiranía a sus súbditos, y a los jefes se les da el título de benefactores. Pero ustedes no deben ser así. Al contrario, el más importante entre ustedes tiene que hacerse como el más joven, y el que manda tiene que hacerse como el que sirve. Pues ¿quién es más importante, el que se sienta a la mesa a comer o el que sirve? ¿Acaso no lo es el que se sienta a la mesa? En cambio yo estoy entre ustedes como el que sirve. (Lucas 22:24) En sus propias palabras, Jesús concibió el reino de Dios como expresado en aquel que sirve la mesa y lava los pies de sus discípulos. Él pidió a sus discípulos imitar estas acciones de basileia. Su práctica basileia critica la política de dominación — la política de la aristocracia judía y el liderazgo del Templo, a Herodes Antipas, Pilato y el sistema imperial romano. La práctica de liberación de Jesús, del reino de Dios que se aproxima, delinea una crítica visión alternativa de relaciones sociales y políticas. Esto movió las relaciones políticas y sociales hacia la libertad, la justicia y el amor. Lo que Jesús practicó tenía el significado de comunicar a otros la presencia social del reino de Dios. Dios estaba socialmente el presente en las acciones de basileia. Dios estaba disponible en las luchas y prácticas por la liberación humana. La alternativa crítica la visión de Jesús de basileia no fue la de opresores y oprimidos intercambiando roles. El ciclo de poder abusivo, por el cual, el opresor es vencido por una víctima anterior, quien, entonces, se vuelve opresor, cesará. 
El reino de Dios pertenecerá a los pobres pero no a la violencia del movimiento de resistencia judía. El reino de Dios pertenecerá a los pobres y oprimidos, quienes practican un servicio amoroso, no el poder dominante. Servir a la mesa se volverá la infraestructura política de la nueva sociedad de Dios. Así, el mensaje básico y la práctica de basileia de Jesús cuestionó al poder que victimizó y oprimió al pueblo. Sin compasión la autoridad religiosa, económica, social y política se torno opresiva. El poder para dominar estaba enclavado detrás de las motivaciones del extremismo pietista, en la inflexibilidad de los fundamentalistas y literalistas, en las divisiones económicas y en las legitimaciones de control político. Él le dio al pueblo la esperanza y el valor para resistirse a la política de dominación manifestada en las desigualdades sociales y económicas. Jesús confrontó la injusticia sistémica del control romano imperial en que los campesinos judíos se encontraron. Los judíos eran oprimidos por un sistema religioso y político de extracción económica. El pan y el endeudamiento eran las cuestiones de supervivencia que ellos enfrentaban cada día.
En la oración del Padre Nuestro, Jesús expuso estas necesidades: “Danos este día nuestro pan de cada día, y perdónanos nuestras deudas cuando nosotros perdonamos nuestros deudores,” el oró. Como un teólogo contemporáneo lo expone, el “endeudamiento desestabiliza la posibilidad de un orden social que proporcione el pan cotidiano. Se le solicita a Dios que quite el poder opresivo de la deuda de la vida de las personas.” Los conflictos salariales y la invalidación de las estructuras existentes de dominación socio-económico y política fueron parte de la praxis de liberación de Jesús. No dudó criticar, discutir, rechazar, condenar y resistir las relaciones y prácticas de poder que oprimían. Estas fueron las destrezas de liberación usadas para luchar y actualizar la compasión y la justicia de Dios. La praxis del reino de Jesús fundamentalmente simbolizó y actualizó la libertad. La irrupción del reino de Dios en el presente llama a un cambio de dirección o a tomar una nueva ruta. La práctica de Jesús dejo en claro la radical libertad desde la que actuó. Su praxis incluyó las tensiones políticas del primer siglo en Palestina. Sin embargo, la praxis de Jesús contradijo la lógica de un sistema opresivo impuesto a los pobres, a los disfuncionales socialmente, a los impuros y al extranjero (inmigrante, forastero), en Palestina. Su libertad radical precisamente se puede medir por su capacidad para participar en su mundo y apunta a la innovadora red social del reino de Dios. Su práctica basileia de solidaridad fue su identificación compasiva con los oprimimos y su compromiso activo para el cambio social. La práctica de la solidaridad es lo que yo incluyo en el término hacer el amor: Esto es vital a la práctica de la justicia. Jesús proclamó y practicó el reino de Dios, una sociedad justa y amorosa donde Dios estaría en medio de las interacciones humanas. Las acciones de basileia de Jesús eran actividades políticas, orientadas hacia la transformación radical de la comunidad judía. Las acciones de basileia de Jesús presentan una alternativa crítica a la política de dominación de la aristocracia clerical y al imperio romano. Creó una comunidad política que reflejó la presencia social y la compasión de Dios. La praxis basileia de Jesús se concretó en específicas situaciones sociales con intención específica. Él comprometió su situación social en su integridad con una continua corriente de acciones del reino, siempre tratando realizar el reino de Dios dentro de cualquier situación social dada.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Reseña para "LA FLOR INVERTIDA" - Puntuación: 🌟🌟🌟🌟🌟 5/5

Opinión: Las letras del autor las conocí por su libro "Equipaje Ancestral" que tuve la suerte de ganarlo en un sorteo que realizo,...