sábado, 2 de junio de 2018

Desviando la violencia textual


Muchos académicos gay y lesbianas han gastado energía combatiendo al terrorismo bíblico. 
Los eruditos heterosexuales como Víctor Furnish, Robin Scroggs,Jacob Milgrom, Walter Wink, Martti Nissinen, y George Edwards  han sido amistosos con lo queer en sus exégesis de los textos de terror y contra la homofobia de las comunidades interpretativas eclesiales.  Ellos han trabajado para difundir la violencia textual y la homofobia dentro de muchas iglesias centrales. 
 La Iglesia y el Homosexual de John McNeill, (1976), 
¿El homosexual es mi prójimo? de Virginia Mollenkott y Letha Scanzoni (1978), Jonatan ama a David de Tom Horner (1978), 
y Homosexualidad, Cristiandad, y Tolerancia Social de John Boswell, (1980) 
son clásicos queer que abrieron camino a la exégesis para cambiar el curso de la violencia social y cultural.
 Para fines de los años setenta y principios de los ochenta, estos autores proporcionaron una exégesis bíblica excelente de los textos de terror y estimularon los tremendos contraataques de los eruditos heterosexistas y de los líderes de la iglesia. El trabajo de Boswell inició una seria discusión académica del contexto social de los textos bíblicos de terror pero fue, en general, ignorada por los líderes de la iglesia. Lo que Boswell y los otros autores precipitaron fue una batalla apologética por el control interpretativo del texto bíblico. Desafiaron la principal corriente de interpretación y control heterosexista, criticaron sus prejuicios culturales y defendieron una lectura más cercana del texto dentro de su propio contexto social. También iniciaron un intenso debate dentro de las sinagogas e iglesias sobre la cuestión de la homosexualidad y los textos bíblicos específicos. Quizás su contribución más importante fue que comenzaron un “Stonewall bíblico”, una rebelión contra el heterosexismo de las comunidades interpretativas y fortalecieron los emergentes grupos gay/lesbianos confesionales e iglesias como comunidades interpretativas. Estaban de pie en contra de la prolongada tradición del abuso textual con contundentes argumentos de crítica histórica y las construcciones de los códigos antiguos de sexualidad y género. Desde los 70’, una masa crítica de erudición gay y lésbica sobre las preferencias afectivas homoeróticas se ha opuesto a lecturas bíblicas opresivas sostenidas por comunidades interpretativas que eran heteropatriarcales y a menudo misóginas.
 Algunos de los apologetas negativos: William Countryman, Gary Comstock, Peter Gomes, Daniel Helminiak, Deirdre Good, Michael Vasey, Dale Martin, Saul Olyan, Ken Stone, Bernadette Brooten.  Influenciado por los escritos de Michel Foucault, estudios queer producidos por David Halperin, John J.Winkler, Robert Padgug y otros, han traducido de forma inestable las categorías de “homosexualidad” y “heterosexualidad” en su aplicación a las sexualidades del Antiguo Cercano Oriente y del Mediyrttsneo.  Como discutimos anteriormente, homosexualidad y heterosexualidad son conceptos modernos acuñados en la práctica psiquiátrica alemana en 1870. Estos modelos sexuales modernos son inaplicables a las identidades antiguas. Saul Olyan proporcionó la exégesis más contundente de Levítico 18:22, 20:13, mientras que Dale Martin ha proporcionado las traducciones más persuasivas de malakos y arsenokoites en 1 Corintios 6:9. 
Eruditos gay y lésbicos han empleado una de dos estratégicas lecturas retóricas: o argumentando la inaplicabilidad de los textos de terror los gay/lesbianas contemporáneos; o considerado los textos como condenas culturales al homoerotismo pero reemplazadas por otras prohibiciones bíblicas. Tales eruditos evangélicos como Marion Soards, Thomas Schmidt y Richard Hayes han admitido los textos bíblicos hebreos en sus contraataques contra los argumentos retóricos gay/lesbianos por encima de los textos bíblicos de terror pero han dibujado una última línea de defensa alrededor de los relatos de creación en Génesis y alrededor de Romanos 1. 
Love between Women: Early Christian Responses to Female Homoeroticism (1996) de Bernadette Brooten casi ha dado por terminada la batalla acerca de Romanos 1 al emplear el complejo análisis feminista y de clase social. También erosionó la mas temprana exégesis heterosexista y la de los varones gay. La corriente de eruditos queer ha derrocado estos textos de terror en muchas de las iglesias confesionales centrales. Grupos evangélicos, fundamentalistas y neo-conservadores de denominaciones centrales, sin embargo, continúan aferrándose a interpretaciones no criticas, heterosexistas, y misóginas de los textos de terror. La próxima fase apologética negativa sería comprometer a estos grupos en sus métodos de argumentación y sus criterios epistemológicos de conocimiento. Esto puede proporcionar un desafío aun mayor para los eruditos queer, al exigir que ellos abandonen la crítica histórica, literaria, cultural por tal compromiso y hagan nuevos intentos para comprometer a cristianos evangélicos en su propio terreno. La batalla sobre los textos bíblicos recién ha comenzado. 
En su artículo breve, “Battling for the Bible” Deryn Guest nota que escoger entre lecturas conflictivas requerirá argumentos no violentos de persuasión por académicos y comunidades de fe queer como UFMCC. Ella finaliza con un escenario apocalíptico detallado por Elizabeth Stuart que las iglesias durante años han debatido, y empiezan a oír retumbar un distante son: Deben ignorarlo esperando que pase, abrir la puerta y dejar entrar o ubicarse en una barricada contra ello? Pero todos sospechan que este retumbe en el horizonte tiene el potencial para agarrarlos y trasladarlos, desarmar sus papeles, dar vuelta su mesa y cambiar el paisaje familiar en el que han estado trabajando. El tornado en el horizonte es la teología queer y lo que amenaza desbaratar es el debate sobre “homosexualidad”, el que continúa ocupando a las mentes de las iglesias como lo ha hecho los últimos treinta años. Este ruido apocalíptico profetizado por Stuart, esta teniendo lugar en el cambio de una apologética negativa a apropiaciones positivas de los textos bíblicos desde una perspectiva queer. Guest escribe, “la teología queer futura ejercerá un impacto profundo y las lecturas queer moverán más allá de los límites actuales y legitimas interpretaciones proliferarán. Esto reestructura radicalmente el terreno en el cual el debate tiene lugar.”
 En un artículo titulado “Interpretación Gay/Lésbica” en el Diccionario de Interpretación Bíblica, Ken Stone concluye, “mientras se ha vertido mucha luz sobre las actitudes bíblicas hacia la práctica sexual, mucho menos trabajo se ha hecho por producir lecturas de textos bíblicos que explicitan la situación de las lesbianas, los gay, o los bisexuales.” Agregaría a la lista de Stone la situación social emergente de las voces transgénero leyendo el texto bíblico y reclamando que su voz este dentro del mismo.  

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