Berkeley, California (EUA)
En el sentido ético, los actos sexuales entre personas del mismo sexo no son buenos ni malos en sí mismos. Se vuelven buenos o malos en términos del contexto y del espíritu que los anima. Jesús estableció sólo dos principios fundamentales de moralidad; ambos involucraban al amor. Hemos de amar a Dios con todo nuestro ser, y hemos de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Todas las demás leyes, más detalladas o específicas, dependen de estos dos mandamientos. Si no lo hacen no poseen real autoridad. Los actos sexuales, homosexuales o heterosexuales, son buenos cuando están unidos al amor por Dios, por nosotros mismos y por nuestro prójimo: no sólo por el "prójimo" con el que compartimos la cama, sino por todos que se comprometen realmente en tales actos. Son malos cuando violan estos criterios--cuando ellos implican que alguien, Ud. o su pareja o cualquier otro individuo, no tenga real importancia, o cuando sustituyen el amor de Dios por algún otro valor, tal como el "éxito" sexual, la gratificación o la seguridad.
El arte cristiano de amar se regocija en la igualdad de sus componentes, y anima la confianza no sólo de un individuo hacia otro sino a lo largo del mundo del que forman parte. El arte cristiano de amar disfruta honestamente de la sexualidad y de la forma de adorar a Dios. Si la sexualidad es realmente, como sostiene Génesis 2, un elemento clave del trabajo de Dios en nosotros, gozar de ella con amor es alabar y servir a Dios. Homosexual o heterosexual, si Ud. está buscando una aproximación a la moralidad sexual basada auténticamente en la creación, nada puede ser más bíblico que esto: goce de los dones que le han sido dados con amor, y agradezca al Creador por su gran bondad y con un amor que lo incluya a Ud. y, de la misma manera, a su prójimo. Eso será suficiente.
Este manuscrito fue publicado originalmente en inglés por Integrity, una organización para la gente gay/lésbica Episcopal (Anglicana) en los Estados Unidos de América. Fue traducido al español por Otras Ovejas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario