sábado, 2 de junio de 2018

Radar gay para leer la biblia


No es suficiente desmantelar interpretaciones homofóbicas de los textos de terror, o incluso sólo develar el texto, es necesario dialogar con los textos bíblicos en los contextos de vidas queers. El texto de las vidas queers han de interactuar recíprocamente con el texto de la escritura. 
Una hermenéutica queer de compromiso crítico se torna una hermenéutica de solidaridad al apropiarse del significando previo de los textos bíblicos. La solidaridad es la identificación compasiva con el oprimido. Las lecturas críticas queer de las escrituras transforman los textos en “narraciones de resistencia”, por ello, los cristianos queer pueden oír las resonancias de sus voces y de sus vidas dentro del texto. Cuándo uso “queer” no me refiero solo a gays y lesbianas, sino también incluyo a bisexuales y transgéneros. Mi “queerness” es a priori, anterior a mi lectura de un texto bíblico, y es el horizonte o la situación social desde la cual incursiono dentro del texto, lo queerizo, y lo traigo a mi propio mundo queer de significado y de práctica cristiana fortalecida / empoderado. Debido a su experiencia de exclusión de las iglesias y la continua discriminación homofóbica, los queer pueden tener un sentido de solidaridad o una afinidad con las no-personas (los excluídos), los pobres, los marginales, los leprosos, los que transgreden los géneros tradicionales masculinofemenino, los extraños o extranjeros, los anticonformistas sexuales como los eunucos o las mujeres estériles, o los transgresores de las narrativas bíblicas. La marginalidad queer da una visión particular y una ventaja por encima de la gente no marginal al leer el texto bíblico pero no privilegia las lecturas queer por sobre las lecturas de otros grupos marginados y oprimidos. En otros términos, los lectores queer pueden tornarse sujetos de éstos textos, descubriendo dentro de ellos sus voces y capacidad de ser sujeto / actuar. Ellos pueden reconfigurar imaginativamente los textos o las figuras bíblicas dentro de sus vidas porque ya se han hecho visibles y han encontrado su sexualidad como una bendición original de Dios.
Gary Comstock, naturalmente impacientado por las escrituras como documentos patriarcales, encuentra figuras narrativas como Jonatan y Vasti, de quienes los varones gay pueden apropiarse como modelos de impulsos no convencionales. Comstock lee el relato de la Reina Vasti en el Libro de Esther como modelo para la resistencia gay; él queeriza el texto, transgrede los códigos de género para apropiarse de la voz de la resistencia de una enérgica reina como modelo para los varones gay contemporáneos. Más significativamente, Comstock no se rinde a la autoridad del texto sino que lo relaciona a través de la conversación y diálogo. Al mirar al texto, no como autoridad sino como guía, Comstock permite a la queerness de vidas proporcionar un papel interpretativo crítico al descubrir la autoridad de nuestras propias experiencias.
 Por otra parte, Richard Cleaver, deudor de las teologías de la liberación latinoamericanas, provee una consistente lectura gay de las escrituras, que moviliza, más allá de develarlo, a recuperar el texto.  Mientras Comstock se encarga de favorecer al texto, Cleaver en Know My Name (Conozca Mi Nombre) proporciona una lectura gay de textos bíblicos. Sin embargo, lo que me preocupa al leer a Cleaver no es su interpretación del texto sino su compromiso. Es rico mirándolo del lado de la interpretación textual, pero también es una chata lectura desde un contexto social gay. En su dialogo falta mucho la política y la cultura gay contemporánea: el derecho a los derechos civiles, a la intimidad, las numerosas iniciativas de votación dirigidas contra las personas queer y la exclusión de bisexuales y de voces transgénero. Mientras la lectura de textos de Cleaver es chata, Roland Boers interpreta la saga de Saul y David con lentes de la cultura queer. El héroe de la acción y el villano luchan a muerte en un conflicto homoerótico que proporciona la matriz para su interpretación de “David el coleccionista de penes”.Boers usa a Keanu Reeves para interpretar las conductas ambiguas activas y pasivas de David como el muchacho de Saul, su versatilidad con Jonatan y finalmente su rol como el muchacho de Yahvé. Reeves mantiene un patrón queer para con la ambigua actividad y pasividad de David en varias películas. David representa “el mejor facsímile de todo lo que el varón gay desea: un hombre de acción con manos atrapantes, y ojos / mirada deseosos que dicen “vengan a cogerme / penetrarme sexualmente.”
Mona West, la pastora mayor de la Catedral de Esperanza, habla de este proceso del descubrimiento queer propio dentro de las narrativas bíblicas como un amigarse con el texto: “el punto de referencia para una lectura queer de la escritura es la noción de que la Biblia es nuestra amiga. Cuando nos acercamos a la Biblia como un texto amistoso, como un texto que ‘no hace ningún daño’, el terror de las escrituras se transforma en Palabra de Dios, dadora de vida. Somos capaces de encontrar nuestra historia dentro de ella”.
 De igual forma, la teóloga lesbiana Elizabeth Stuart escribe, “Leer la Biblia con ojos queer torna a la Biblia de enemiga en amiga.” Amigarse con el texto a través de la lectura imaginativa desde una situación social queer. Esto no excluye la hermenéutica de la sospecha, pero si incluye una hermenéutica de solidaridad queer con los marginados y quizás lo que es mas importante, una hermenéutica de imaginación queer. Esto puede incluir una hermenéutica de erotismo queer, como ha lo ilustrado Roland Boer simplemente leyendo la saga de David. Es necesario leer el texto con sospecha no sólo de patriarcalismo sino también de heterosexualidad compulsiva. El patriarcado no es un orden creado por Dios sino una matriz cultural que fue un medio para el compromiso comunitario con la revelación de Dios. Los líderes modernos y los eruditos de la iglesia, al leer las presunciones de heteronormatividad, excluyen las voces diversas que están dentro de los textos. Los queer postmodernos son lectores resistentes, leen desde la posición de la sexualidad excluida y de género despreciado. Como lectores queer, queremos reconciliarnos con las escrituras, encontrar nuestras voces y reflotar la memoria subversiva de la insurrección de Dios contra la opresión humana y su promesa de liberación. ¿Qué trae esto consigo? Primero, requiere salir del armario (visibilizarse), con respecto a uno mismo, a las familias, a los amigos y a Dios. Este salir requiere entrar en la bendición original de nuestras vidas eróticas y hacernos visibles en una comunidad. Una vez que reconocemos nuestros dones entonces, podemos acercarnos al texto con subjetividad positiva. Mona West nota que hay cuatro preocupaciones muy abarcativas que conforman las lecturas queer del texto: inclusividad, hospitalidad, visibilidad y familia. West da numerosos ejemplos de las cuatro preocupaciones en su ensayo “Reading the Bible as a Queer American”.Agregaría a su lista liberación o libertad humana. Los lectores translesbigay se alían con las escrituras para poder tener un diálogo hermenéutico entre el texto y los contextos de sus vidas. Permite la interacción, un diálogo abierto entre el texto y la imaginación queer, por el cual los queer pueden prever la acción transformadora de Dios en sus vidas y sus comunidades. Translesbigays traen el contexto de su las vidas al texto y, a su vez, reconfiguran el texto en el mundo social de sus vidas. Timothy Koch, como mencionamos previamente, habla de girar como un método para acercarse a las escrituras:
 Girar es el nombre que le damos a usar nuestras propias maneras de conocernos, nuestro deseo de conectarnos, nuestra propia respuesta a aquello que nos atrae y nos compela.
 Girar las escrituras significa tratar a estas mujeres y a estos varones como lo haría cualquier grupo heterogéneo, reconociendo que habrá algunos amigos, algunos enemigos, muchos que no será ni una cosa ni otra, otros indiferentes y unos pocos personajes muy calientes!
 Girar requiere que tengamos nuestros ojos y oídos abiertos, manteniendo nuestra conciencia de que los agresores pueden acechar, reconociendo que no todos nuestros esfuerzos producirán algo remotamente parecido al éxito -- todavía todo el tiempo que participamos activamente para crear las posibilidades de vida mejores, emocionante contacto con estos textos! Koch habla de usar el “radar gay” o “gaydar” al acercarnos al texto. Creo que el acercamiento de Koch es innovador y eróticamente excitante, pero lo que es significativo es que él trae su experiencia de vida como varón gay visible para comprometer el texto Girándolo y encontrando personajes que enriquecen su vida en este encuentro erótico. Interpreta a Elías como un “peludo varón de cuero” en 2 Reyes 1: 2-8 e interpreta otras figuras bíblicas de modo similar.La lectura de Koch es menos anacrónica, aunque hay algunas hay alguna insinuación de anacronismo en su interpretación. Contextualiza a Elías dentro de la idea de santo varón atraído por hombres envueltos en pieles de cabra, un escenario sobre el que Judy Grahn escribe.El a priori erótico de Koch, aunque es un encuentro queer con el texto presupone (1) traer su mundo de experiencias al texto,
(2) girándo o encontrando el texto.
 (3) su vida enriquecida o transformada por el encuentro erótico con el texto.
 La imagen de Girar las escrituras permite la interacción y el juego de la imaginación queer con todo su potencial para la extravagancia y la parodia, y con las herramientas críticas para derrocar a las jerarquías de género y a la sexualidad establecida. Para Koch, la consumación orgásmica de Girar el texto proporciona la motivación para la interacción queer.
Leer desde nuestras situaciones sociales particulares: Es una estrategia que “visibiliza” la comunidad queer articulando la experiencia de la comunidad vivida dentro y fuera del “armario” como también sus preocupaciones particulares al encontrar y apropiarse del texto bíblico. Es una estrategia que intenta volver a situar a la Biblia como Palabra de Dios para nuestra comunidad, en vez de un garrote. Es una estrategia de que tiene en cuenta la naturaleza multifacética nuestra comunidad como gays, lesbianas, transexuales y bisexuales, con etnicidades, posiciones socioeconómicas y comunidades religiosas diferentes. Todos los contribuyentes son lectores especializados, que representan una limitada muestra académica y particular de las comunidades interpretativas. La erudita bíblica Mary Ann Tolbert escribe: En el caso de los queer... el hecho de que todos los textos, incluso el bíblico son generalmente ambiguos e indeterminados, por lo que requirien que los lectores depuren y completen su significado, es como una espada de dos filos. Desde que interpretar, siempre e inevitablemente, es un proceso en que los compromisos, las visiones, y la situación cultural y social de cada lector influye profundamente en la manera en que esas ambigüedades e indeterminaciones son decididas, los lectores de textos se vuelven cocreadores de sus significados.Tolbert reconoce que las lecturas autoritarias no provienen del propio texto bíblico sino de los supuestos que los lectores translesbigay (y otro) traen al texto. El propio primer plano de los contribuyentes queer como lectores de “carne y hueso”, diversamente situados, transgrediendo los límites heterosexistas e incluso las ortodoxias sexuales de gays y lesbianas para incluir a los contribuyentes bisexuales y transgénero. Transgredir los límites de las comunidades interpretativas dominantes es un acto rebelde que rompe con las categorías conceptuales y cuando se aplica a las lecturas textuales, los lectores queer proporcionan una rebelión creativa, conducida por la diversidad de nuestra imaginación y nuestro compromiso con la justicia y la inclusión. Nuestro Stonewall se ha concretado en el derrocamiento de la heterotextualidad desestabilizando el texto – erotizándolo, jugando, alegorizándolo, usando un coqueteo risueño (camp) con el texto. Quizás la mayor ofensa de estas estrategias de lectura queer de amigarse con el texto es nuestra afirmación: (1) también nosotros hemos sido invitados amablemente a la mesa inclusiva de Dios; 
(2) nuestras comunidades interpretativas están madurando espiritualmente para producir sus propias lecturas de las escrituras.
 (3) retomamos la palabra al retomar nuestras prácticas cristianas.
 Take Back the Word (Retomar la Palabra) no es ciertamente lo bastante inclusivo de todas las situaciones sociales queer, pero es un comienzo, seguido por Queer Commetary and the Hebrew Bible (El Comentario Queer y la Biblia Hebrea) de Ken Stone y un comentario queer masivo sobre todos los libros de la Biblia. Take Back the Word es una lectura positiva de las Escrituras hebreas y cristianas. Los coeditores escogieron “take back the word” luego de haber jugado con varios títulos. “Taking back the word” indica no sólo reclamar el texto bíblico para nosotros queers, sino también nuestras inclinaciones activistas cristianas.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Reseña para "LA FLOR INVERTIDA" - Puntuación: 🌟🌟🌟🌟🌟 5/5

Opinión: Las letras del autor las conocí por su libro "Equipaje Ancestral" que tuve la suerte de ganarlo en un sorteo que realizo,...