El profesor Alain Thomasett SJ de la Universidad de París comenzó su trabajo para el día del estudio de los obispos alemanes y suizos para el sínodo familiar 2015, con una reflexión sobre el concepto de actos "intrínsecamente desordenados" y las dificultades que plantea para muchos católicos al hacer juicios morales
Esta es la sección sobre la importancia de tener en cuenta el contexto subjetivo de la persona y su historia, en la traducción del texto original en francés.
El tema de los actos intrínsecamente malvados
La interpretación de la doctrina de los actos conocidos como "intrínsecamente malvados" parece ser una de las fuentes fundamentales de las dificultades actuales.en el cuidado pastoral de las familias, ya que determina en gran medida la condena de la anticoncepción artificial, los actos sexuales de los divorciados que se han vuelto a casar y de las parejas en relaciones estables entre personas del mismo sexo. A muchos les parece incomprensible y parece pastoralmente contraproducente. Si insiste con razón en puntos de referencia necesarios para la vida moral, descuida precisamente la dimensión biográfica de la existencia y las condiciones específicas de cada viaje personal, elementos a los que nuestros contemporáneos son muy sensibles y que contribuyen a las condiciones actuales para la recepción de la Iglesia. doctrina. Varios argumentos apuntan en la dirección de una mayor integración de la historia de las personas.
El lado subjetivo, la necesidad de discernimiento de la situación y el lugar de la conciencia
a) El informe final del Sínodo Extraordinario mismo reconoce esta dificultad (n. ° 52), porque plantea una "distinción entre la situación objetiva del pecado y las circunstancias atenuantes, ya que 'la responsabilidad y la responsabilidad de una acción pueden reducirse o incluso eliminarse 'por varios' factores psicológicos o sociales ' (Catecismo Católico No. 1735) . Según esta doctrina, aunque el mal objetivo permanece, puede ser mitigado (Veritatis Splendor, No. 81.2) , la responsabilidad subjetiva puede ser reducida o incluso eliminada . Un trastorno objetivo no necesariamente produce culpa subjetiva.Para expresarlo más claramente, la intención y las circunstancias pueden influir en la calificación objetiva del acto, y en segundo lugar, son necesarias para determinar la responsabilidad moral del sujeto que debe decidir y actuar de acuerdo con la conciencia. Toda tradición moral católica exige un discernimiento que tenga en cuenta estos elementos diferentes para un juicio moral que se deja en última instancia a la conciencia del pueblo. El Vaticano II recordó la primacía de la conciencia, que debe ser el juez de último recurso (véase Gaudium et Spes, n ° 16.50) 1 .
b) Los individuos y las parejas a menudo enfrentan conflictos de obligaciones que los fuerzan, cuando es imposible satisfacer todos los valores a la vez, para elegir después de la deliberación para priorizar el deber más importante.
En situaciones prácticas, el discernimiento es necesario: por ejemplo, si la apertura a la vida y la preservación del equilibrio marital y familiar entran en conflicto entre sí. Las notas pastorales de nueve episcopados después de Humanae Vitae (incluidas las de los obispos franceses, alemanes y suizos de 1968) también van en esta dirección; en caso de conflicto se refieren al juicio de conciencia y a la paternidad responsable, repitiendo los argumentos del Consejo. ¿No debe esto restaurar a su lugar la conciencia de la gente? Esto de ninguna manera elimina la necesidad de formar la conciencia, pero exige que la conciencia no sea reemplazada.
c) Una perspectiva biográfica y narrativa nos obliga a pensar que la evaluación moral no se trata de actos aislados, sino de acciones humanas insertadas en una historia.
Un solo acto, aislado de su contexto y la historia del sujeto que puede ser responsable (que el término significa intrínsecamente) todavía no es un acto humano, sino un elemento de evaluación que debe completarse para ser juzgado. Un homicidio es un gesto, un acto físico. Hacer una acción humana implica determinar quién es el autor y comprender las razones y circunstancias que llevaron a esta acción. Es una defensa propia, un accidente, un crimen pasional, un asesinato, premeditado o no. Del mismo modo, no seas demasiado rápido para llamar a un acto sexual de anticoncepción 'intrínsecamente maligno'. Paul Ricoeur y la filosofía de acción contemporánea nos recuerdan que un acto puede asignarse a un autor que puede ser considerado responsable únicamente a través de la narrativa.
Este es el conjunto de elementos de la historia que pueden dar sentido a la acción y, por lo tanto, califican para evaluarla 2 . Este es el juicio de conciencia que en última instancia puede llevarlo a cabo. Los estándares morales describen actos. La conciencia debe juzgar una acción. Los objetivos que las directrices éticas otorgan a la Iglesia son solo un elemento (ciertamente esencial, pero no único) del discernimiento moral que debe tener lugar en la conciencia. Debemos dar un lugar justo a las normas morales y la conciencia para evitar dar la impresión de que la conciencia se reduce a la obediencia ciega a las reglas que se le imponen desde el exterior. Omitir esto reduciría la ética cristiana a un moralismo puro, que los cristianos rechazan abrumadora y justificadamente.
Notas:
1 "Sólo la conciencia del sujeto puede proporcionar la norma inmediata para la acción (...) La ley natural no puede presentarse como un conjunto de reglas ya establecidas impuestas a priori sobre el sujeto moral, pero es una fuente objetiva de inspiración para su eminentemente personal, enfoque para la toma de decisiones. " Comisión Teológica Internacional," En busca de un universal. ética Una Nueva Mirada a la Ley Natural, Roma, 2008, N ° 59. Ver también GS 50.2: "Este juicio es, en última instancia, el de la pareja misma, quien debe decidirlo ante Dios "
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