El trabajo puede concebirse como dividido en cinco partes.
1. En parte, el primero, los cinco diferentes, y en muchos aspectos discordantes, relatos dados de la conversión de Pablo, que, en estos relatos, se representan por supuesto como no solo externos sino interiores , se enfrentan, y, en lo que respecta a conversión interna, que se demostró que era, en su totalidad, falsa: e inmediatamente después, el estado de las cosas, que produjo, acompañó e inmediatamente siguió su conversión externa, junto con el tiempo y la manera en que se declaró ese cambio, -Es traído a la vista. Esta parte ocupa los primeros dos capítulos.
2. Parte II se emplea para mostrar, -que desde el primer comienzo, de la relación sexual, que, con las muestras dadas de su conversión externa, tuvo lugar en Jerusalén entre él y los apóstoles, Hechos 9:27, al tiempo en que, como consecuencia de la interposición del comandante romano, para salvarlo de la indignación unánime de todo el pueblo, más particularmente de los discípulos de los apóstoles, fue conducido desde allí bajo vigilancia a Roma, un espacio, según al cómputo comúnmente recibido, no menos de seis y veinte años (Hechos 21 y 23), ninguna comisión sobrenatural de Jesús, ni ninguna conversión interna, fue, ya sea por aquellos distinguidos siervos y compañeros de Jesús, o por sus discípulos en Jerusalén, se cree que tiene lugar en su caso. Esta parte ocupa ocho capítulos: a saber,
3. En Parte III, en una prueba más de la falta de sinceridad de su carácter, además de que un juramento resultó ser falso, se presentan dos afirmaciones incuestionablemente falsas: cada una de las cuales tiene por objeto una cuestión de primordial importancia, cada uno delibera y tiene a la vista un propósito particular: el uno, un relato falso del número de los testigos de la resurrección de Jesús; 1 Cor. 15: 6; el otro, una predicción del fin del mundo antes de la muerte de las personas que viven entonces; 1 Thes. 4, 15, 16, 17. Esta parte ocupa los capítulos 11 y 12.
4. Parte del Cuarto se emplea para mostrar, -que ninguna prueba, de su supuesta comisión sobrenatural del Todopoderoso, es deducible, de ninguna cuenta que tengamos, de ninguna de esas escenas, en las que comúnmente se considera que ejerció un poder de hacer milagros Porque, no solo él mismo nunca hizo uso de tal poder, en ninguna de las ocasiones en que lo exigió, con el propósito de superar la incredulidad que los Apóstoles tenían de su historia, era extremo, pero, ni en esas, ni en ninguna otra ocasión, tomó él mismo la oportunidad de hacer referencia, tanto como a cualquier instancia de cualquier prueba de autoridad especial del Todopoderoso, como haber sido exhibido por él en cualquier otra ocasión: que, para la creencia en tal regalo, no tenemos otro fundamento, que las relaciones contenidas en la historia llamada "Los Hechos de los Apóstoles , "o, para abreviar, Los Hechos : y que todo eso es, por una parte, la naturaleza de la ocurrencia misma, por otra parte, el carácter de la representación dada de ella, que , a la incredulidad en el ejercicio de cualquier poder sobrenatural de este tipo, no es necesario que cualquier imputación como la de la falsedad deliberada y deliberada se deposite sobre el autor de esa narración: los sucesos [Pág. xviii]en cuestión, en su mayoría, si no enteramente, como en el curso ordinario de la naturaleza, pero sobre el cual, ya sea por la fantasía o por el artificio del narrador, se superindujo una especie de coloración sobrenatural. Para este propósito, estos supuestos milagros son, cada uno de ellos, presentados y examinados por separado. Esta parte ocupa el 13er capítulo.
5. La Parte Quinta se emplea para mostrar que, incluso si, en todas estas ocasiones, el ejercicio de un poder para producir efectos sobrenaturales hubiera sido atribuido, por afirmaciones inequívocas, a Pablo por el autor de los Hechos, tal el testimonio, independientemente de la contradicción virtual que le da la evidencia circunstancial antes mencionada, no se podía considerar, con cualquier corrección, como una prueba adecuada, ya sea por el hecho de que Pablo había recibido una comisión divina, y por lo tanto, haberse convertido , tanto interna como externamente, un convertido a la religión de Jesús, ya sea de ese hecho radical, o de cualquiera de los supuestos logros, que, a la vista de los relatos en cuestión, suelen presentarse como milagroso: para eso, en primer lugar,es solo por error que la historia en cuestión ha sido atribuida a San Lucas: siendo, con respecto a la cuenta dada de las circunstancias que acompañan a la ascensión de Jesús, inconsistente con el relato dado en el evangelio de San Lucas, cuando se compara con Hechos 1: 3 a 12, y en cuanto a los asistentes a la muerte de Judas, inconsistente con el relato en San Mateo 27: 3 a 10 y Hechos 1:16 a 20: y además, tal es la totalidad de la tez de su narración , lo que hace que sea incapaz de dar cualquier apoyo tolerablemente adecuado a cualquier declaración por la cual el ejercicioinconsistente con el relato en San Mateo 27: 3 a 10 y Hechos 1:16 a 20; y además, tal es la complexión completa de su narración, que la hace incapaz de dar cualquier apoyo tolerablemente adecuado a cualquier afirmación por la cual el ejercicioinconsistente con el relato en San Mateo 27: 3 a 10 y Hechos 1:16 a 20; y además, tal es la complexión completa de su narración, que la hace incapaz de dar cualquier apoyo tolerablemente adecuado a cualquier afirmación por la cual el ejercicio[Pág. Xix] de poder sobrenatural se afirma. Esta parte ocupa el Capítulo 14.
En la Parte VI, para dar una corrección y completitud adicionales, a la concepción que se supone que debe transmitirse, del carácter de Pablo y su historiógrafo asistente, considerados conjunta y solidariamente, se da una visión conjunta de cinco informes de sus cinco juicios, como reportado en los Hechos. Esta parte se ha agregado desde la publicación de la Vista de resumen mencionada anteriormente. Ocupa el Capítulo 15 del presente trabajo.
Capítulo XVI. y por último, termina el todo, con algunas observaciones generales sobre el auto-declarado opuesto del Evangelio de Pablo, como él lo llama, al de los Apóstoles: junto con una indicación de un verdadero Anticristo, en compensación por el fabuloso, creado por Pablo, y amamantado por los autores y editores episcopales de la Iglesia de Inglaterra, traductores de la Biblia; y según el Capítulo 12 de la presente obra, el Anticristo imaginario es, se espera, estrangulado.
En el momento de la publicación de la Vista resumida, para una demostración más completa y satisfactoria de la insuficiencia relativa de la narración en cuestión, se bosquejó un breve, pero crítico esbozo, como se indicó en el presente documento, de las partes no antes notado de la Historia de la Iglesia , desde la ascensión de Jesús, siendo el período en el que comienza esa narración, hasta el momento en que termina, es decir, unos dos años después de la llegada de Pablo a Roma, Hechos 28: el historia, a saber, deducible de los materiales que, en esa misma narración, se traen a la vista: la duración del período, de acuerdo con los cálculos comúnmente recibidos, [Pg xx]aproximadamente 28 o 30 años : el propio autor de " The Acts ", si se le puede creer, un testigo presencial, durante una gran parte del tiempo, de las varias ocurrencias que relata.
En esta ocasión, y para este propósito, la historia en cuestión se había tamizado, de la misma manera y con los mismos principios, que cualquier historia profana, en la que, en una serie de sucesos en su mayoría naturales, unos pocos, usando un sobrenatural apariencia, están, aquí y allá, intercaladas: como, por ejemplo, en Livy, e incluso en la historia romana de Tácito: por un lado, la autoridad no se considera como una base suficiente, por una creencia en las partes sobrenaturales de la narrativa; ni, por otro lado, el tipo de semblante, dado a las partes sobrenaturales, como una razón suficiente, para la incredulidad de aquellos, que no tienen nada en ellos que es discordante para el curso universalmente experimentado de la naturaleza.
Con respecto a la doctrina , la conclusión es que ningún punto de la doctrina, que no tiene otra autoridad que la de los escritos de Pablo por su apoyo, puede considerarse justamente como perteneciente a la religión de Jesús, -más que si, en este momento del día, fue mencionado por cualquier hombre que ahora vive: que así, en la medida en que él [Pág. xxi]ve haber agregado algo a la religión de Jesús, se ve que se coloca por encima de él y en contra de él: eso, por lo tanto, si esto es cierto, le corresponde a cada profesor de la religión de Jesús, establecerse con él mismo, a cuál de las dos religiones, la de Jesús y la de Pablo, se adherirá: y, en consecuencia, ya sea para decir, No Jesús, sino Pablo, O, en las palabras del título de esta obra, no Pablo sino Jesús .
NOTAS AL PIE
[A]Para evitar, si es posible, una vergüenza, que de otro modo podría tener lugar por parte del lector, y con ello, la idea de incoherencia, que tiene lugar aquí y allá en el trabajo, -la siguiente indicación se puede encontrar que tiene su uso.
Una nube de incertidumbre, a la duración de uno o dos años, se cierne sobre la duración del período abarcado por este trabajo: a saber, que entre el momento en que se declara que la conversión de Pablo tuvo lugar, y el punto de tiempo en que la historia, llamada Los Hechos de los Apóstoles, como allí se declara, concluye: un punto de tiempo, posterior por dos años al de su llegada a Roma.
[B]Para hacer la separación requerida, entre las dos religiones de Jesús y la religión de Pablo, -haber sido presentado un instrumento, por igual, cómodo e inagotable -hasta muchos años, sin duda, no con semejante punto de vista- se presentó a todas las manos, por el doctor Gastrell , un obispo inglés y de la Iglesia de Inglaterra: es decir, en una obra conocida, llamada Los Institutos Cristianos: fecha de la 14ª edición, 1808. Se compone de una colección de puntos de fe y moralidad, y debajo de cada uno se citan varios textos, en el Nuevo Testamento, que el autor considera como fundamentos para los puestos indicados. Si entonces, en cualquier lugar, en su composición de la tierra, se emplean pasajes, uno o más, de esta o aquella Epístola de Pablo, sin el acompañamiento de ningún pasaje, extraído de ninguno de los cuatro Evangelios, el lector puede, sin mucho peligro de error, aventurarse a concluir, que es solo a la religión de Pablo, que el punto de doctrina así apoyado pertenece, y no a la religión de Jesús. En cuanto a cualquiera de las Epístolas, que llevan el nombre de cualquiera de los verdaderos Apóstoles de Jesús, una pregunta correspondiente puede estar sugiriéndose aquí. Pero, con respecto al diseño del presente trabajo, apenas se los encontrará relevantes. Porque, cuando se los compara con los dichos de Jesús como se repiten en los cuatro Evangelios, apenas se encontrarán exhibiendo ningún punto adicional de doctrina: nunca, preñado de alguna de esas disensiones, que, según los escritos de Pablo, se han emitido en tal desastroso abundancia. Sólo para que se piense que se han pasado por alto, se hace mención aquí, de esos documentos, que, sin embargo, en otras cuentas con derecho a tener en cuenta, puede, con referencia a la pregunta entre la religión de Jesús y la religión de Pablo , sea, como arriba, y sin impropiedad, declarado irrelevante. de los escritos de Pablo, han salido en tal desastrosa abundancia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario