VISIONES, POR QUÉ DOS O TRES EN LUGAR DE UNA.
En cuanto a la cuestión de hecho designada por las palabras la conversión de Pablo , en lo que respecta a la conversión externa , la verdad está fuera de discusión: que él se convirtió, es decir, que después de haber sido un perseguidor de los devotos de la nueva religión , dio vuelta por completo, y se convirtió en un líder. Si el tan ilustre efecto victorioso tuvo como causa una relación sobrenatural de Pablo con Jesús después de su resurrección y ascensión, y de allí para su acompañamiento una conversión interna , en esto radica el asunto en disputa.
De aquellos, por quienes, en su particular esencial, el enunciado se considera cierto, una pregunta natural puede ser: si el todo fue una invención propia, ¿a qué causa podemos referirnos a la otra visión, la visión de Ananías? ¿Con qué propósito debería haber estado en el esfuerzo de inventar, recordar y apoyar y defender la visión del supuesto asociado desconocido? Respuesta. Para el propósito, debería parecer, de dar amplitud adicional a la base de sus pretensiones.
Entre esa gente, en esos tiempos, la historia de una visión era un artículo tan común, tan difícil de distinguir, tan fácilmente confundido con, por un lado, la historia real de un sueño, por otro lado, una historia completamente falsa de una ocurrencia que, de haber sucedido, hubiera sido sobrenatural, pero que nunca sucedió, que una base, tan indeterminada y rural, pareciera que [Pg 63]hubiera estado en peligro de no ser lo suficientemente fuerte para apoyar la estructura diseñada para ser criada en ella.
Sobre la suposición de la falsedad, el caso parece ser que, para distinguir su visión de aquellos que en aquellos días se encontraban entre las historias de cada hombre, así como en cada historia, y que, aunque algunos creían, eran no creídos y despreciados por otros, ya sea Pablo o su historiador pensaron en este artilugio de un par de visiones: una pareja de visiones correspondientes, cada una de las cuales debería, por referencia y reconocimiento, dar testimonio y dar apoyo al otro: par de visiones: porque, por simplicidad de concepción, parece bueno no hablar más, de la visión antecedente entrelazada tan curiosamente en la textura de uno de ellos, después de la similitud de la flor llamada por algunos jardineros con manguera .
De esta pieza de maquinaria, que en el caso presente se ha visto jugarse con tan brillante éxito en el teatro teológico, la gloria de la invención puede, según se cree, ser justamente reclamada, si no por Pablo, por su historiador. Con la excepción de uno que se mencionará en el presente, no se ha encontrado ninguna similar, previa solicitud, en ninguna historia, judía o gentil.
El otro par de visiones a las que se alude es el que también se encuentra en los Hechos: uno de ellos atribuido a San Pedro y el otro al centurión Cornelio.
¿Paul o su historiador? La alternativa no era más que la sugerencia del primer momento. A una segunda mirada, la afirmación del historiador se presenta como incontestable. En el caso del par de visiones de Pedro, supongamos que la historia es la obra de invención, ningún competidor asignable [Pg 64]tiene al historiador por el honor de la misma: en el caso del par de visiones de Pablo, suponiendo queel único par, el invento fue al menos tan probable como el trabajo del historiador como del héroe: agrega a este par el otro par, ese otro par que se presenta en esta misma obra de esta misma historia, toda competencia es en un final. En el caso del genio más fértil, la copia es una tarea más fácil que la invención: y, cuando el original es de invención propia, la copia es una operación aún más fácil que en el caso opuesto. Que una ocurrencia así curiosa debería encontrar tanto como un solo inventor, es una circunstancia no poco extraordinaria: pero, que dos ingenios separados deben saltar en concurrencia en la producción de la misma, es una suposición que hincha lo extraordinario, y con ello la improbabilidad, más allá de todos los límites.
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