En la actualidad, la transexualidad se ha convertido en una especie de tema favorito de los estudios de genero, porque parece ofrecer casos de estudio para demostrar diferentes teorias del genero. Dado que los testimonios de los transexuales son, a menudo, olvidados en las teorias sobre la variacion de genero, se ha desarrollado cierta enemistad entre los teoricos transexuales y los no transexuales. Jacob Hale ha publicado de manera informal un conjunto de normas sobre los escritos de los no transexuales sobre la transexualidad (http:// sandystone.com/hale.rules.html) y estas normas sugieren que ciertos parametros son necesarios e importantes para los escritos no basados en la identidad. Como no-transexual que ha escrito sobre transexualidad, me gustaria comentar en este apartado los importantes conflictos que surgen entre teoricos FTM y butch, mi papel en estos conflictos y el tipo de conocimientos que emana de ellos. En 1994 publique un ensayo titulado «F2M: The Making of Female Masculinity», en un libro que lleva por titulo The Lesbian Postmoderrl La intencion explicita de este ensayo era examinar las diferentes representaciones de los cuerpos transexuales y de los cuerpos butch transgenero, que habian aparecido entre 1990 y 1991, sobre todo en contextos lesbianos. El ensayo era especulativo y se centraba en peliculas, videos y textos sobre personajes con generos ambiguos. Para mi gran sorpresa, el ensayo fue recibido con reticencia y hostilidad por algunos miembros de la lnternacional FTM, un grupo de hombres transexuales de San Francisco; estas reacciones me hicieron cuestionar las presuposiciones que estaba asumiendo sobre la transexualidad y sobre los tipos de continuidades y solapamientos que yo suponia que existian entre las categorias de FTM y de butch. Mi intencion aqui no es disculparme por ese ensayo, ni explicar de nuevo mi posicion; en vez de eso, quiero utilizar esas criticas constructivas que recibi para reconsiderar las diversas relaciones y no relaciones que se establecen entre las subjetividades y los cuerpos FTM y butch. Ultimamente creo que «F2M» estaba intentando crear una posicion subjetiva, que podriamos llamar de modo util butch transgenero, para representar la transicion que la identidad requiere en el paso de la identidad de mujer al cuerpo masculino. Actualmente, el termino «FTM» describe un desplazamiento en las identidades y en la base corporal dentro del contexto de la transexualidad, que, por comparacion, hace que lo «butch» parezca un significante estable. Pero los desplazamientos y ajustes producidos en la mayoria de las identificaciones cruzadas de genero -ya estan hechas con la ayuda de la cirugia y de hormonas o no- implica un alto grado de inestabilidad y de transitividad. La butch transgenero incorpora una parte de este movimiento.
En «F2M» intente describir las diversas versiones de la masculinidad que paredan estar surgiendo simultaneamente de los contextos lesbianos y transexuales.
Mi proyecto no era hacer una etnografia para localizar hechos sobre los FTM, ni tampoco analizar los mecanismos, procesos, conflictos, beneficios y necesidades de la alteraci6n corporal. Mas bien planteaba cuestiones ingenuas de tipo discursivo y posibilista, como: Por que, en este momento de transitividad de genero, cuando muchos queer y feministas estan de acuerdo en que el genero es una construccion social, es la transexualidad un fenomeno tan
extendido? Por que hay tan pocos debates sobre las experiencias que comparten
las lesbianas masculinas y los FTM? Y por ultimo, por que no estamos en lo que Sandy Stone ha denominado «una era postransexuab Mis preguntas asumian que ciertas formas de transexualidad suponian un esencialismo de genero, pero, a partir de esta afirmacion, algunas personas interpretaron que yo pensaba que lo butch era algo posmoderno y subversivo, mientras que la transexualidad era algo antiguo y desfasado. En realidad creo que estaba tratando de crear un espacio teorico y cultural para la butch transgenero que no asumiera la transexualidad como su marco epistemologico. Tambien estaba analizando implicitamente la posibilidad de la persona transgenero no operada.
Como ya he señalado, mi ensayo fue recibido como un ataque torpe y ignorante a la viabilidad de la transexualidad FTM, y hubo algo de debate sobre el en las paginas de FTM Newsletter. El editor, James Green, me critico por hablar en nombre de los FTM y, en una resena del texto, una escritora llamada Isabella me coloco en el papel de la feminista lesbiana que quiere que los transexuales desaparezcan dentro de una proliferaci6n posmoderna de identidades queer Isabella apuntaba que yo me centraba en peliculas y en videos en mi ensayo (en las representaciones, es decir, como algo opuesto a la vida «real) y me acuso de ser incapaz de integrar las vidas reales y las palabras de «los FTM operados que se han integrado con exito> dentro de mi teoria Continuaba sugiriendo que yo no estaba interesada por la realidad de la transexualidad, porque <<la fluidez, la creacion y la disolucion de las 'ficciones' de genero son mas fascinantes». Me tome estas criticas muy en serio, precisamente porque lo que yo habia intentado hacer era justo lo contrario de lo que ella me acusaba, y porque mi posicion sobre la transexualidad no se parece nada al tipo de paranoias feministas
lesbianas que representan personas como Janice Raymond. Al afirmar
que «el deseo tiene una terrible precision» , estaba intentando
apartarme de la tendencia que existe dentro de la cultura popular queer y de
algunos textos queer de privilegiar la fluidez del genero (ser butch y femme, por
ejemplo) como el objetivo de cierta rebelion de genero que se estaba dando,
y estaba intentando hablar de como el deseo, el genero y la sexualidad suelen
ser enormemente rigidos. Mas que asumir los terminos de ese debate, queria
cuestionar la creencia en yoes fluidos y tambien la creencia de que la fluidez
y la flexibilidad son siempre y en todas partes deseables. Al mismo tiempo,
estaba intentando mostrar que muchas, si no todas, las identidades de sexo y
de genero implican cierto grado de movimiento (que no fluye libremente, sino
que esta muy codificado) entre cuerpos, deseos, transgresiones y acomodaciones;
no necesariamente pasamos de una practica sexual a otra a voluntad, sino
que solemos adaptarnos, acomodarnos, cambiar, invertir, deslizarnos y movernos
entre gustos y formas de deseo. Por Ultimo, la acusacion de Isabelle de
que yo no habia tenido en cuenta las experiencias de «los FTM operados que
se han integrado con exito» asume que esta forma particular de transexualidad
-integrada y operada- representa el culmen de la transicion entre generos, y
que eso representa el exito. Los cuerpos «en medio» en los que yo habia centrado
mi ensayo se interpretan en este contexto como versiones defectuosas de lo verdadero,
como cuerpos que han fracasado en su integracion.
Otro articulo reciente que criticaba tambien acusaba al articulo de
ser una simple forma de celebracion del paso de los limites entre generos. En
«No Place like Home: The Transgendered Narrative of Leisle Feinberg's Stone
Butch BlueS>>, Jay Prosser describe como un claro ejemplo de la fijacion
que tiene la teoria queer con el cuerpo transgenero Este articulo coloca a la teoria queer contra la identidad transgenero en una polemica: la teoria queer
representa el genera dentro de cierta nocion de fluidez y fragmentacion posmodernas,
mientras que la teoria transgenero evita esa caida libre teorica y en
su lugar se centra en la «experiencia subjetiva» . Seglin Prosser, las teorias
queer del genero ponen el acento en lo performativo, mientras que las teorias
transgenero enfatizan la narracion personal. Las teorias queer del genera son
constructivistas y las teorias del genera son esencialistas. Por ultimo, Prosser
propane que lo transgenero se separe de «lo queer genetico» para construir una
comunidad transgenero .
La debilidad de los fundamentos de la polemica de Prosser se muestra en su
lectura de la novela de Feinberg, en la que esta clara que Stone Butch Blues representa
tanto los generos esencialistas como los constructivistas, tanto el genera
preformativo como la corporeidad genetica. De acuerdo con esto, cuando la
principal protagonista, Jess Goldberg, decide detener su transicion de mujer a
hombre, vemos en ello la necesaria insuficiencia del genera binario, mas que
la solidez de la identificacion transexual. Pero Prosser utiliza la transicion de
Goldberg para defender una continuidad entre esta novela y la autobiografia
transexual. Aunque Jess dice «No me sentia como un hombre atrapado en un
cuerpo de mujer, simplemente me siento atrapada», Prosser interpreta esto
como un paradigma transexual «motivado por el sentimiento del sujeto de no
sentirse en su casa en su cuerpo» . Lo importante
aqui es que muchos sujetos, no solo sujetos transexuales, no se sienten en su
casa en sus cuerpos, y Prosser incluso cita, tomandolos de Feinberg, una lista
de estos generos marginales al final de su ensayo: «Travestis, transexuales, drag
queens y drag kings, quienes se visten con la ropa del genero contrario, bolleras
hipermasculinas, stone butches, androginas, etc. Pero esta era precisamente
mi idea en «F2M», y tambien lo es cuando utilizo el termino «butch transgenero»,
es decir, que hay una diversidad de cuerpos con generos desviados bajo
el paraguas de las masculinidades y feminidades no-normativas, y que la tarea
que debemos desarrollar no es decidir cual representa el lugar de mayor resistencia,
sino comenzar el trabajo de documentar sus rasgos distintivos. El lugar
por el que decidi empezar ese trabajo de analizar la especificidad de los deseos
seglin los cuerpos fue la butch, en concreto la stone butch; estudie la subjetividad
FTM en ese ensayo solo para compararla con las identificaciones butch.
El lugar desde el que uno teoriza «sentirse en casa», como lo llama Prosser,
altera completamente los modelos de genera y de sexualidad que uno produce.Como comentare mas adelante, cuando se teoriza desde la perspectiva FTM,
la stone butch se convierte en una pre-FTM, la penultima etapa en el camino a
la comodidad de la transformacion transexual. Sin embargo, cuando se teoriza
desde la perspectiva de la butch, la stone butch se convierte en una version no
quirurgica y no hormonal de la identificacion transexual y, para algunas personas,
no tiene que ver con la necesidad de la cirugia de reasignacion de sexo.
Mi ensayo tambien encontro apoyo en la FTM Newsletter. Jordy Jones, un
artista de performance FTM de San Francisco, respondio a algunas de las criticas
a mi articulo sugiriendo que la nocion que yo planteaba del genera como
una ficcion no necesariamente barraba las experiencias de vida reales de los
transexuales; el texto describia mas bien, la relacion cercana que hay entre
conceptos y cuerpos Jones cuestionaba la idea misma de que la experiencia
transexual pudiera ser representada de una forma universal y totalizadora:
No todo el que experimenta disforia de genero lo hace de la misma
manera, y no todos lo gestionan de la misma manera. No todas las personas
transgenero toman hormonas, y no todo el que toma hormonas
es transgenero. Yo tengo una amiga (geneticamente mujer) que se identifica
como hombre y que pasa como tal perfectamente. Nunca se ha
inyectado nada. Y sin duda conozco bolleras que son mas butch de lo
que yo lo sere en mi vida, pero que nunca pensarian en identificarse en
otra cosa mas que como mujeres. Jones, de forma elocuente y decidida, articula aqui los limites de un modelo
monolitico de transexualidad. Su descripcion de la enorme variabilidad de masculinidades
e identificaciones entre los cuerpos butches y transexuales rechaza,
por una parte, la idea de un continuo butch-FTM, pero, por otra parte, reconoce
como los cuerpos butch y FTM son interpretados unos a traves de otros,
o unos contra otros, para bien o para mal. La concepcion de Jones de la diversidad
supone casi un modelo fractal de identificaciones de cruces de genera que
ya no puede remitirse a los modelos binarios de antes y despues, de transexual
y no-transexual, o de butch y FTM.
No hace falta decir que he aprendido mucho de todas estas interacciones y
conversaciones sobre los textos, y quiero utilizarlas para redefinir «F2M: The
Making of Female Masculinity» en terminos de una continua «guerra de limites»,
usando el termino de Gayle Rubin, entre butches y FTM. En este capitulo
intento crear de nuevo un modelo interpretativo de lo butch transgenero que
rechace asumir la nocion de un antagonismo fundamental entre subjetividades
lesbianas y FTM. Sin embargo, esto no significa que ignoremos la historia de
la oposicion del feminismo lesbiano a las transexuales, que ha sido bien documentada por Sandy Stone. En «Posttransexual Manifesto», Stone muestra
como Janice Raymond y otras feministas, en las decadas de 1970 y 1980 (Mary
Daly, por ejemplo), veian a las transexuales hombre a mujer como agentes falocratas que estaban intentando infiltrarse en un espacio que era exclusivo para
mujeres .Mas recientemente, algunas lesbianas han expresado su oposicion a
los transexuales FTM y los han caracterizado como traidores y como mujeres
que literalmente se han convertido en el enemigo. De forma aun mas dañina,
las lesbianas han tendido a borrar a los FTM alegando que los transexuales
masculinos son lesbianas que no han tenido acceso a un discurso liberador
lesbiano. Asi, por ejemplo, Billie Tipton, el musico de jazz que vivio su vida
como hombre y que se caso con una mujer, a menudo es representado dentro
de la historia lesbiana como una mujer lesbiana que fue forzada a ocultar su
identidad de genera con el fin de prasperar en su carrera, en vez de como un
hombre transexual que vivia con la identidad de genera que habia elegido. En
«The Politics of Passing», por ejemplo, Elaine K. Ginsberg racionaliza la vida
de Tipton: vivio su vida profesional como hombre, probablemente porque
la profesion que habia elegido no aceptaba a las mujeres. Muchas narraciones
revisionistas sabre las vidas de los transexuales las racionalizan, obviando
su existencia de este modo, o por media de un mal uso de los pranombres
femeninos, lo que daria el proyecto de hacer una cartografia de las historias
trans genera.
Si bien es cierto que los hombres transexuales y transgenero han sido erroneamente incluidos en la historia lesbiana, tambien es verdad que las distinciones
entre algunas identidades transexuales y algunas identidades lesbianas son,
a veces, bastante difusas. Muchos FTM salen del armario como lesbianas antes
de hacerlo como transexuales (y debo decir que muchos no). Y solo por esta
razon no podemos mantener claras y definitivas distinciones entre lesbianas y
transexuales. En la recopilacion Dagger: On Butch Women, por ejemplo, los editores
incluyen un capitulo de entrevistas con FTM como parte de su estudio sabre la escena butch urbana Las primeras cinco FTM de la entrevista dan
testimonio de un periodo de identificacion lesbiana. Shadow admite que . Como Shadow, Eric siente que durante un tiempo «el espacio de las
lesbianas fue bueno para rni y, por Ultimo Sky sugiere que aunque algunos
miembros de la comunidad bollera eran hostiles a el «Tengo cuarenta años y
he estado con bolleras casi la mitad de mi vida. No voy a renunciar a eso» .
Obviamente, estas voces FTM son bastante particulares y de ninglin modo
representan un consenso o ni siquiera una version dominante de las relaciones
entre las comunidades bolleras y FTM. Por otro lado, estas versiones de historias
FTM han sido cuidadosamente seleccionadas para entrar en una coleccion
de ensayos sobre masculinidades lesbianas. Sin embargo, estos hombres transgenero
articulan una importante linea de afiliacion entre transexualidades e
identidades lesbianas. Muchos hombres transexuales, probablemente, se identifican
con exito como butches en una comunidad queer de mujeres antes de
decidir hacer la transicion. Una vez que la han hecho, muchos hombres transexuales
desean mantener sus lazos con sus comunidades de lesbianas queer.
Numerosos discursos transexuales que circulan ahora tratan de reprochar el
pasado lesbiano de los FTM como casos de identidades equivocadas, o como
un esfuerzo por encontrar un refugio temporal dentro de alguna nocion queer
«butch» de variacion de genero. En este capitulo de FTH de Dagger, para complicar aun mas las cosas, los
hombres transgenero dicen estar tratando de encontrar los limites de la identificacion
lesbiana. Billy, por ejemplo, insiste en el tipo de problemas que algunos
transgenero pre-transicion experimentan cuando se identifican como lesbianas.
Billy recuerda: «Tuve este problema durante diez años, con mujeres que se sentian
atraidas por mi aspecto de chico y por mi masculinidad, pero, una vez que
entraron en relacion conmigo me dijeron que yo era demasiado masculino» . Billy cruza la linea para muchos de sus amantes, porque desea tener un
bigote y una barba de verdad, y porque no siente su masculinidad como algo
temporal o teatral. Su experiencia es un testimonio de como la masculinidad
dentro de ciertos contextos lesbianos plantea un problema cuando se vuelve
algo demasiado «real» o cuando se cruza cierta linea imaginaria entre el juego
y lo serio. Esto hace que parezca que la masculinidad lesbiana es una cuestion de grados. Una vez mas, este tipo de concepcion limitada de la masculinidad lesbiana tiene una historia dentro del feminismo lesbiano. Tal y como han señalado muchos historiadores, la identificacion con el hombre era una acusacion contra muchas butches en las etapas iniciales del feminismo lesbiano, y por ella es muy sorprendente encontrar restos de estas acusaciones en el tipo de juicios que hacen las lesbianas a los FTM en los debates actuales. El verdadero problema con esta nocion de masculinidades lesbianas y transgenero reside en que sugiere un continuum masculino, del tipo:
Androginia - Butch suave - Butch - Stone Butch - Butch Transgenero -FfM
No masculino Muy masculino Es evidente que este modelo no tiene ninguna potencia interpretativa cuando pensamos en el catalogo de Jordy Jones sabre la diversidad transgenero.
Para Jones, la intensidad de la masculinidad no depende de la identificacion transexual. Ademas, como señala Jones, «no todo el que experimenta disforia de genera lo gestiona de la misma manera»; la disforia de genera puede encontrarse a lo largo de todo el continuum, y no seria adecuado hacer de la disforia de genera una propiedad exclusiva de los cuerpos transexuales, o asumir que cuanto mayor es la disforia de genera mas probable es la
identificacion transexual. En el limite transgenero del espectro, el modelo del continuum distorsiona la relacion entre la alteracion corporal y el grado de masculinidad; en la parte butch, el modelo del continuum hace que parezca que lo butch es alga asi como una fase previa de la aspiracion transexual. Lastone butch, por ejemplo, a menudo es vista como una categoria de compromiso entre la lesbiana y el FTM y, por tanto, se define como una disfuncion sexual y no como una practica sexual. Como categoria de compromiso, la
stone butch es considerada como un desesperado intento de mantener la masculinidad dentro del cuerpo femenino; lo que se espera, por supuesto, es que este esfuerzo fracase y que la stone butch se convierta en alga plenamente funcional una vez que emprenda los pasos de transicion para ser un hombre transexual.
En el ensayo «Stone Butch Now» (en oposicion a la stone butch en la decada de 1950), Heather Findlay entrevista a algunas stone butches sabre sus diferentes modos de identificacion de genera y de sexo. Seglin el objetivo de este articulo, la stone butch ocupa <<Un area gris» entre las lesbianas y los FTM•
Uno de los informantes de Findlay se llama a si mismo/a simplemente Jay y comenta que esta considerando la transicion• Jay intenta definir la diferencia
entre ser stone y ser transexual: «Como stone butch, tienes cierto sentido del
humor sobre tu desajuste con el mundo. Como FTM, sin embargo, pierdes
este sentido del humor. Situaciones que eran divertidas se convierten repentinamente
en muy tragicas» . Obviamente, en este comentario Jay ya esta
hablando desde la perspectiva de un FTM. Para hacerlo, debe colocar a la stone
butch como alguien que esta jugando, en comparacion con la seriedad del
FrM transexual. La stone butch se rie de su desajuste, mientras que el FTM ve
en este desajuste una fuente de mucho dolor. La stone butch gestiona su disforia
de genero, segun este modelo, pero el FTM no. De nuevo, estas oposiciones
entre FTM y butch se hacen a expensas de una subjetividad butch compleja
y tambien funcionan para totalizar ambas categorias en relacion a un conjunto
de experiencias. Tal y como afirman otras stone butches entrevistadas,
ser stone significa moverse dentro y fuera de la adecuacion de genero y puede
suponer un sentido inestable de identificacion con el lesbianismo y con el ser
mujer. Para separar la categoria de FTM de la categoria de butch, Jay debe debe
asociar a la butch con la mujer y al FTM con el hombre.
Mi objetivo aqui y en mi ensayo anterior ha sido centrarme en cierta categoria
de butch sin presuponer que representa un estadio previo hacia una identidad
transexual, dentro de cierto modelo progresivo de transidentidad sexual,
y sin perder su especificidad como identificacion masculina en un cuerpo de
mujer. Del mismo modo que existen muchas tensiones entre las categorias de
«lesbiana>> y de «FTM>>, tambien hay tensiones entre «lesbiana>> y «butch». Tal y
como he utilizado butch aqui, obviamente se refiere a cierta forma de masculinidad
bollera y se refiere a una identificacion historica entre homosexualidad
femenina y masculinidad femenina. Pero esta historia de solapamientos entre
variacion de genero y de sexo no significa que la masculinidad femenina no
haya sido acusada a menudo de ser algo molesto para la definicion contemporanea
de lesbiana. Frecuentemente, como sugiere Billy, la lesbiana butch ha sido
presionada para abandonar su masculinidad y asumir un cuerpo positivamente
femenino. En Stone Butch Blues por ejemplo, como vimos en el anterior capitulo,
la el/ella, Jess Goldberg, discute con su novia femme-convertida-en-feminista
sobre las formas aceptables de masculinidad femenina. «Eres una mujer», le
dice Theresa a Jess, pero Jess responde: «Soy una el/ ella, eso es diferente»•
Jess le dice, a continuacion, que no es una lesbiana en los terminos que Theresa
utiliza para definirla. Esta distincion que las butches han hecho a lo largo de
los Ultimos veinte anos entre lesbianismo y masculinidad femenina se basa en
una percepcion cada vez mayor de diferencias claras entre identidades sexuales
y de genero. «Lesbiana>>, desde el ascenso del feminismo lesbiano, se refiere a la preferencia sexual, y se refiere a cierta version de «mujer que ama a mujer».
Butch, por otra parte, mantiene una compleja relacion con la mujer y, en terminos
de orientacion sexual, puede referirse a «butch que ama a mujer» o a
«butch que ama a butch».
Por otra parte, los lugares donde las divisiones entre butch y FTM se vuelven
difusas tienen poco que ver con las politicas de la identidad del feminismo lesbiano,
y mucho que ver con el cuerpo. Tal y como sugiere Jordy Jones, muchas
personas que toman hormonas pueden no ser transgenero y muchos hombres
transgenero pueden no tomar hormonas. De hecho, aunque en «F2M» intente
dar visibilidad algunas de las ficciones de genero que apoyan el binarismo
de genero contemporaneo, en las disputas entre diferentes grupos de queers
vemos que las etiquetas «butch» y «transexuab> marcan otra ficcion de genero,
la ficcion de una clara distincion entre ellas. En «F2M» utilizaba el eslogan «No
hay transexuales. Todos somos transexuales» para señalar lo inadecuado de esa
categoria en una epoca de profundos problemas de genero Por supuesto,
reconozco la historia real y particular del transexual, y de la cirugia transexual,
del tratamiento hormonal, y el discurso de los derechos de las personas transexuales.
Tambien reconozco que existen grandes e importantes diferencias
entre mujeres biologicas que especicamente se identifican como transexuales
y mujeres biologicas que se sienten comodas con su masculinidad femenina.
Existen diferencias fisicas y reales entre hombres nacidos mujer que toman
hormonas, se operan y viven como hombres, y butches nacidas mujer que
viven cierta version de ambiguedad sexual. Pero tambien hay muchas situaciones
en las que estas diferencias estan menos claras de lo que se podria esperar,
y hay muchas butches que pasan por hombres, y muchas transexuales que se
presentan como con genero ambiguo, y muchos cuerpos que no pueden ser
clasificados en las opciones de transexual y butch. Reconozco que no todos
somos transexuales, pero muchos cuerpos tienen un genero extraño en mayor
o menor medida, y es el momento de complicar, por una parte, los modelos
transexuales que asignan la desviacion de genero solo a cuerpos transexuales y
la normatividad de genero a los demas cuerpos, y, por otra parte, los modelos
heteronormativos que ven la transexualidad como la solucion a la desviacion
de genero y la homosexualidad como una perversion patologica.
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