miércoles, 12 de septiembre de 2018

LA VIOLECIA A MUJER EN LA IGLESIA DE LA EDAD MEDIA-2


Extraído del articulo: Las violencias contra las mujeres en las Iglesia Carmina navia velasco.

Las beguinas son reconocidas hoy, por la mayoría de los y las historiadoras, como fundadoras de una gran cultura, sustentada en una fuerza espiritual grande. Surgen espontáneamente por toda Europa, durante los siglos XIII y XIV:  se dedican al cuidado de los enfermos y abandonados y abandonadas, al estudio de la Biblia y de la teología… todo ello, desde una profunda experiencia mística y religiosa. Las beguinas viven en comunidad, sin someterse a una regla o a una jurisdicción masculina, discuten entre ellas las escrituras, se confiesan unas a otras y salen al paso de múltiples necesidades sociales. Sus aportes son muchos, pero podemos señalar dos ejes de su vida y trabajo, como especialmente significativos:
 * La creación de una corriente espiritual cristiana, que une la experiencia mística con la acogida y el apoyo al otro y a la otra, bastante tiempo antes de la fundación de Ignacio de Loyola
  *  El desarrollo teórico y poético de las lenguas vernáculas, conocidas como lenguas vulgares (el flamenco, el español, el francés, el italiano, el inglés…)

No queda más, sino preguntarse, qué pasó para que un movimiento social, religioso y cultural de esta envergadura y naturaleza… fuera perseguido con tal saña y se pretendiera borrarlo de la faz de la tierra y de la memoria de hombres y mujeres. La respuesta a esta pregunta, surge de la profundización en la realidad que las beguinas crearon:
“Mujeres que hablan. La trasgresión que representa este acto no reside propiamente en el hablar. Las voces que suenan en el interior de los espacios privados, femeninos, no son trasgresoras en sí mismas. La trasgresión está en que se las oiga. Es el decirse en público lo que irrumpe como perversión en la escena de la Baja Edad Media. A quién hablan ?  Hablan en los conventos y en los Beguinatos, en las plazas y en los puentes, discuten y hablan entre ellas. Pero el fuerte impulso trasgresor de la voz femenina en el siglo XIII se encuentra en que habla para todos y en voz alta. Ciertamente que la práctica de la mediación femenina, es decir la existencia de una enseñanza femenina en círculos de mujeres (como parece poder comprobarse en Hadewich de Amberes) es un hecho importante, nuevo no tanto por su existencia como por trascender los límites del convento y proponerse tácitamente como paralelo o sustituto a la mediación masculina; pero en general la fuerza de su palabra está en que ese magisterio se propone globalmente, en que esa palabra de mujer se hace portadora de una autoridad pública,  de un carisma .

En este contexto, Margarita Porete, autora de El Espejo de las Almas Simples es declarada hereje y quemada en la hoguera. Revisando su texto, que ha sido rescatado por las feministas europeas y editado nuevamente, es fácil explicar este proceso. Como la mayoría de las beguinas, Porete hace parte del movimiento espiritual de Occidente en el siglo XIII y este movimiento además de otras características ha sido definido, como un movimiento del Libre Espíritu. Nos encontramos pues, igualmente siglos ante de Lutero, con una corriente de arraigo femenino que reclama libertad en la interpretación de la vivencia religiosa y de las Escrituras.

Todo el movimiento del libre espíritu, cuestiona la autoridad de un discurso masculino cerrado a otras posibilidades distintas al conocimiento que viene de la razón. Margarita Porete, lo dice claramente en el paratexto con el que abre su ESPEJO:
Vosotros que leeréis en este libro
si lo queréis entender bien
pensad en lo que diréis,
pues es duro de comprender:
os hará falta humildad
que de ciencia es tesorera
y de las otras virtudes la madre.

Teólogos y otros clérigos
no tendréis el entendimiento
por claro que sea vuestro ingenio
a no ser que procedáis humildemente
y que amor y fe juntas
os hagan superar la razón,
pues son ellas las damas de la casa”  .

Lo que no soportó la iglesia en esos siglos, fue la autonomía y la independencia de esta y otras mujeres. El Papa, decreta la bula Ad Nostrum, bajo cuyo amparo se quema a Margarita Porete y se persigue públicamente a las beguinas, obligándolas a entrar en conventos bajo dirección masculina o a aceptar para ellas la institución matrimonial, en caso contrario se les persiguió como herejes y se quemó a muchas de ellas.

El último caso histórico al que me quiero referir es al de Juana Inés de la Cruz, mujer y monja destruida  espiritual y simbólicamente por la Iglesia y la sociedad mejicanas del siglo XVIII. En su historia nos encontramos con el poder maléfico y destructivo que han ejercido los curas sobre las mujeres durante siglos, a través del instrumento de la confesión y la llamada dirección espiritual.

La confesión ha sido durante siglos, el instrumento favorito de los clérigos para controlar la vida de las mujeres, para permitir o no permitir, para orientar, vigilar y/o castigar… Por este medio millones de mujeres han sido sometidas a auténticas torturas, a exigencias inadmisibles de la doble y distinta moral exigida por la iglesia a  las mujeres y a los hombres… Foucault, habla en estos términos del poder de esta práctica:
“La confesión… también es un ritual que se despliega en una relación de poder, pues no se confiesa sin la presencia, al menos virtual de otro, que no es simplemente el interlocutor sino la instancia que requiere la confesión, la impone, la aprecia e interviene para juzgar, castigar, perdonar, consolar, reconciliar; un ritual donde la verdad se autentifica gracias al obstáculo  y las resistencias que ha tenido que vencer para formularse; un ritual finalmente, donde la sola enunciación, independientemente de sus consecuencias externas, produce en el que la articula modificaciones intrínsecas: lo torna inocente, lo redime, lo purifica, lo descarga de sus faltas, lo libera, le promete la salvación”  .

Refiriéndose a la práctica de la confesión en los siglos que van del XV al XIX y en muchos casos al XX, la teóloga protestante Uta Ranke-Heinneman, nos dice:
“Lo que había sido un cristianismo claro como la luz del día, se convirtió en sombrío musitar de confesionario que se concretaba y obsesionaba con indiscreción creciente en los llamados pecados de la carne porque se creía que en dicha materia no había nada carente de importancia,  según la decisión romana del 4 de febrero de 1611” .

La pregunta a la base de esta reflexión, es: qué es lo que posibilita que una mujer como Juana Inés de la Cruz, con producciones artísticas e intelectuales tan importantes como: La Carta Atenagórica, La Respuesta a Sor Filotea o El Divino Narcizo,  termine por llamarse Yo la peor de todas… y termine por abandonar todo lo que ha sido su vida, especialmente en lo que tiene que ver con el trabajo poético e intelectual, todo lo que le ha dado la felicidad que buscó incansablemente.  La reflexión que Octavio Paz, realiza sobre este itinerario de mujer , nos ayuda a comprender cosas que a primera vista pueden no comprenderse.

Juana Inés de la Cruz, fue siempre una mujer sin padre… fue una hija bastarda, que estuvo perseguida siempre por la sombra de la búsqueda del padre. Vivió con su madre, eventualmente con su abuelo, sin tener nunca la certeza de quién había sido su progenitor, que no la reconoció… y esto, a pesar de la seguridad en sí misma que desarrolló en ciertos niveles de su personalidad, configuró en los más íntimo de su ser una necesidad permanente de aprobación y apoyo, como única manera de superar sus sentimientos de culpa.

En medio de la crisis desatada en Sor Juana, por las circunstancias del país de un lado: lluvias torrenciales y epidemias… y por su enfrentamiento con los varones eclesiales, a raíz de su Carta Atenagórica, de otro… su eterno  confesor, el jesuita Antonio Nuñez de Miranda, inicia con ella una manipulación que terminará por destruirla:
“El Padre Antonio visitaba todos los conventos de monjas de la ciudad, predicaba en ellos y confesaba a las religiosas. Sor Juana no era su única hija de confesión. Si Fernandez de Santacruz escribía Cartas Espirituales a las monjas poblanas, Nuñez de Miranda fue autor de una Cartilla de la Doctrina Religiosa “en la que por medio de un diálogo de preguntas y respuestas, allanó cuantos tropiezos y dificultades se les pudiesen ofrecer a las religiosas…”  Singular afición de estos clérigos por las monjas… La solicitud de Nuñez de Miranada hacia las esposas de Jesús no era indulgente sino rigurosa. Las exhortaba continuamente a que guardasen los cuatro votos de pobreza, castidad, obediencia y clausura…” 

Nuñez de Miranda entonces define una estrategia para vencer las resistencias de esta monja rebelde: en primer lugar la abandona y se niega a confesarla. Ante sus llamados, se hace de rogar… espera el momento oportuno: el agotamiento de Sor Juana, ante la emergencia vivida en el convento por la epidemia. Al verla agotada física y moralmente, se le acerca de nuevo, con su dinámica de infinitas exigencias. En esta etapa de su vida, sor Juana Inés de la Cruz se ha sentido perseguida, calumniada, abandona de Dios y de los hombres… su madre muere sin rebelarle el secreto de su paternidad… necesita protección y refugio. El único varón que está dispuesto a darle ese refugio, le exige a cambio, ser OTRA JUANA… es decir abdicar de sí misma.


Y lo logra. En el oscuro claustro de las monjas Jerónimas, en un México conventual a fines del siglo XVII, la misma sor Juana que portó con orgullo la denominación de décima musa, la misma que tuvo una de las mejores bibliotecas del Méjico colonial y que se dedicó con ahínco al estudio de las ciencias, la música, la teología… firma una petición de disculpas, un texto de sometimiento, en estos términos: “Juana Inés de la Cruz, la más indigna e ingrata criatura de cuantas crió vuestra Omnipotencia y la más desconocida de cuantas crió vuestro amor…”  El texto sigue en este tenor… Sor Juana, pide para sí el infierno y la condena eterna, a condición de ser acogida nuevamente en un hogar que le dé protección. La Iglesia definitivamente no perdona a sus hijas rebeldes, mucho más si esa rebeldía tiene que ver con los caminos del conocimiento y la palabra, tomados libremente por una mujer.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Reseña para "LA FLOR INVERTIDA" - Puntuación: 🌟🌟🌟🌟🌟 5/5

Opinión: Las letras del autor las conocí por su libro "Equipaje Ancestral" que tuve la suerte de ganarlo en un sorteo que realizo,...