lunes, 22 de octubre de 2018

Vírgenes y diosas en América Latina


COORDINADORAS 

Verónica Cordero
Graciela Pujol 
Mary Judith Ress 
Coca Trillini

Colectivo de mujeres ecofeministas para la espiritualidad y la teología

Red Latinoamericana de Católicas por el Derecho a Decidir  

El proyecto de investigación Vírgenes y diosas en América Latina: la resignificación de lo sagrado surge de las reflexiones realizadas por las participantes y facilitadoras en las cuatro sesiones de la Escuela de Ética y Espiritualidad Ecofeminista (EEEE) realizadas anualmente en Santiago de Chile, durante diez días, en el mes de enero de los años 2000 al 2003. En un plenario de la Escuela se invitó a realizar una investigación colectiva en torno a las Vírgenes latinoamericanas; la invitación fue aceptada y la investigación, finalizada este año, fue llevada a cabo por diez equipos locales y un equipo coordinador. 
La propuesta fue investigar las deidades o personajes femeninos que subyacen en las Vírgenes de los países de América Latina, rescatando en nuestras culturas mestizas e indígenas la imagen sagrada de la mujer, previa a la Conquista. Creíamos que muchas de estas deidades o personajes femeninos aún conservan su fuerza y su poder, y aparecen en celebraciones, bailes y cantos, donde no hay límites claros entre la devoción mariana y la diosa que habitaba el lugar. 
En la mirada a los arquetipos femeninos, que se hizo en las EEEE, surgió la necesidad de continuar con la reflexión del arquetipo de la dadora / madre, porque éste nos señalaba aspectos relacionados con la “imagen de maternidad” que hemos internalizado, y también nos revelaba aspectos de la forma en que hemos vivenciado la sexualidad. Luego del trabajo realizado, se relacionó este arquetipo con la imagen de la Virgen que recibimos de niñas como parte de la educación religiosa, y la forma en que nos relacionamos con esta imagen durante el transcurso Ede nuestras vidas. Este arquetipo es uno de los que tienen más fuerza entre las representaciones sociales construidas desde el patriarcado y, por tanto, ofrece una excelente posibilidad de exploración, ya que nutre a distintas experiencias, relatos y testimonios. La oportunidad de ahondar en él también podía constituirse en la posibilidad de vivirlo y encontrarle un sentido diferente, y de esta forma fortalecer el proceso de construcción genérica de nuestros símbolos. 
La importancia de la relación con el arquetipo de la dadora, entre las participantes de la EEEE, está directamente unida con la imagen de la madre, y se ha centrado en la construcción del rol femenino, que tiene expresión en nuestra cultura en la figura de la Virgen María, o en aquellas Vírgenes que tienen un papel trascendental en la internalización de nuestro deber ser cultural como mujeres. 
Para comprender mejor esta relación hemos recurrido a uno de los ejes centrales que explica la cultura latinoamericana, y es así como nos encontramos con el gran ícono mariano que le da soporte a la representación de aquella imagen de madre que debemos seguir. Como ecofeministas, nuestra primera reacción fue sospechar sobre este perfil de mujer. Esta imagen de mujer pura, abnegada y sacrificada ha reforzado históricamente el estereotipo cultural de la mujer latinoamericana desde la conquista española. Es esta imagen la que ha dado continuidad e identidad a la maternidad en los países latinoamericanos, siendo en algunos más fuerte que en otros. Este símbolo universal que es la imagen de la Virgen María posee su particularidad en América Latina y tiene un significado en las prácticas cotidianas de las mujeres, además de una representación propia según la Virgen del país o de la localidad a que se pertenezca. 
Por otro lado, la represión cultural de la Conquista logró, en cierta forma, desplazar la cosmovisión indígena que tenía sus propias diosas y divinidades. Es así como el culto a María desplazó a los cultos locales, dejándolos en la clandestinidad, como sucede en la cultura andina con el culto a la Pachamama, la diosa Tonantzin en México, La ÑustaHuillac en Chile, Qana It’zam en Guatemala, Ochún en Cuba, Iemanjá en Brasil, María Lionza en Venezuela. 

Lamentablemente muchas de nosotras, a pesar de ser mestizas, desconocemos la belleza de la percepción sobre lo sagrado que tiene el simbolismo indígena americano. Pero la historia también ha transitado bajo la imagen de la Virgen protectora, y muchas figuras importantes y representativas se han constituido en Vírgenes en los países latinoamericanos, dando espacio a la legitimidad de las figuras de mujeres locales, quienes han sido puestas bajo la imagen de María.

Nuestras sospechas


En las sociedades indígenas, anteriores a la conquista de América, aunque no podemos hablar de plena igualdad, porque sabemos que eran organizaciones sociales de tipo patriarcal, las mujeres tenían un cierto poder que se vio violentado y fracturado con la llegada del conquistador. Las divinidades femeninas y sus poderes fueron desplazados, ingresando al mundo de las divinidades ensombrecidas, y todavía continúan transitando en espacios no muy visibles en las comunidades locales. Hay quienes hablan de sincretismos, pero también hay quienes piensan que no existe el sincretismo cuando el desplazamiento lo realiza el poder, sino que lo originario permanece latente y mezclado con los cultos llamados oficiales y permitidos. 
La investigación colectiva sobre las Vírgenes-Diosas nos dio la posibilidad de re-conocer y re-construir las deidades latinoamericanas o personajes ancestrales femeninos, lo que nos permite conectarnos con una parte de nuestra historia desconocida pero sospechada, intuida y vivenciada, y desde allí actuar con una perspectiva de refuerzo de nuestra propia identidad, que nos permita transmitir y gozar de la energía que este culto puede entregar. Tal vez nos permita practicar una nueva dimensión de ritos que refuercen nuestra identidad como mujeres y nos permita reconectarnos con símbolos sagrados que ya valorábamos como tales. 

En este libro les presentamos la reflexión nacida de la investigación colectiva, desde una mirada crítica y laica, capaz de incorporar la dimensión olvidada del poder que tiene la Virgen, no sólo como figura religiosa sino como una figura arquetípica de mujer poderosa que se presenta al amparo de una imagen femenina nutricia y sin poder.
Las Vírgenes aquí expuestas pueden ser consideradas como producto de concepciones patriarcales históricas, resultantes de una intencionalidad ética y política. Queremos destacar, desde esta investigación, que los grupos de mujeres se encuentran en un momento importante dado por la mirada feminista, en el que se potencia un trabajo colectivo de mujeres –no expertas, pero con una historia de reflexión grupal– rescatador de memorias que hacen eco en nuestro sentir, y que se manifiestan en una visión creativa en torno a la imagen de lo sagrado de la Virgen.
Nuestra sospecha no es sólo hacia las imágenes simbólicas de la Virgen, sino hacia la mirada y la utilización que hizo de ellas el patriarcado (institución Iglesia). Sabemos que todas ellas tienen una trama histórica que las conecta con la ancestralidad de una América indígena, resistente culturalmente hasta hoy día. Somos conscientes de que en ellas hay una identidad impuesta, definida por lo masculino poderoso. Creemos entender, desde una perspectiva histórica, que la imposición de imágenes fue un acto de violencia simbólica, ya que las imágenes seducen; parecería que los habitantes de América cayeron en la trampa ilusoria de las imágenes, no sólo como figuras de devoción sino también como representaciones del mundo.
 Nos preguntamos: ¿cómo sucedió toda esta historia? Parte de la respuesta está en el proceso de aculturación impulsado por los españoles, que produjo un cambio de imágenes que no es precisamente un sincretismo cultural: se superpuso una imagen sobre otra y se revirtieron los significados de la creencia de participación en la cosmología de origen. La empresa de la dominación hispánica no sólo impuso; sino que a través de las imágenes explicó la historia del cristianismo, unas imágenes por cierto llenas de dolor. Luego realizó una evangelización forzada, dando enseñanzas morales a partir de una categorización del mundo fundada en lo divino abstracto y patriarcal, no en lo que los pueblos indígenas conocían, que era una divinidad que se manifestaba por medio de la naturaleza.

Una metodología innovadora

Como equipo coordinador propusimos un estilo de investigación cualitativa libre en el cual, a partir de una aproximación simple al trabajo de campo, se pudiera iniciar una reflexión acerca de la subjetividad que en los equipos locales aflorara, registrada como “vivencia significativa”. 
Primero realizamos un diseño de investigación con la planificación de las actividades que deberían llevarse a cabo para lograr nuestro objetivo: rescatar de la oscuridad histórica a las diosas y/o los personajes femeninos que hay detrás de las Vírgenes, para ver lo que pueden representar en nosotras, como mujeres de América Latina, buscando la significación que pueden tener tanto a escala personal como colectiva.
Contactamos a los equipos locales de cada país y les pedimos que hicieran una identificación clara del escenario donde se iba a investigar a la Virgen, sea éste un pueblo, un santuario o una localidad específica. Les solicitamos asimismo especificar los recursos con que contaban para realizar las investigaciones. Una parte medular del diseño de investigación fue el método propuesto, con entrevistas y observación participante, para recoger los datos acerca de las Vírgenes. 
Brindamos una Pauta de Investigación, que no fue más que un ordenamiento de lo que se considera una forma particular de recoger, organizar y luego analizar los datos con respecto al objetivo. Además de la Pauta confeccionamos un Cronograma de Investigación, que tenía como fin ordenar las actividades basándose en el cumplimiento de fechas. Se estableció así una fase de conformación de los equipos locales, una fase de trabajo de campo o de indagación sobre el terreno, una fase de análisis de la información y una fase informativa, en la que se debería entregar el material recolectado al equipo coordinador. 
En la fase de trabajo de campo los equipos locales se dirigieron a los lugares de culto, de rituales, y con ayuda de la Pauta recogieron la información. Ésta fue la fase de más arduo trabajo, ya que se estaba frente a aquello que nos interesaba, la celebración de las Vírgenes, y podía exigir varias tareas en un mismo lugar.

 La Pauta de Investigación tenía tres hitos fundamentales:

La historia oficial, la reconocida por todos, que es, además, la historia oficial del lugar de culto (Iglesia). 

La historia alternativa, que no está oficializada pero constituye una explicación relevante de por qué la imagen tiene importancia local y por qué es venerada. 

Las reflexiones del equipo local sobre sus descubrimientos, que incluyen reflexiones sobre la imagen de la mujer presente en las dos versiones, las relaciones de poder que están en juego, el papel de la sexualidad, la fertilidad y la sensualidad. 

En el grupo de Argentina se dio una metodología novedosa, con la dinámica de incorporar aspectos de prácticas cotidianas y de subjetividad, como los sueños y el tarot, junto con una encuesta, dando un aire nuevo a una metodología cualitativa de género no convencional. 

Finalmente, la última etapa, que estuvo a cargo del equipo coordinador, consistió en la revisión de los textos producidos por los equipos locales. Fue crucial centrarnos tanto en los aspectos objetivos como en aquellos relacionados con las historias oficiales, y también en los aspectos subjetivos relacionados con las reflexiones que surgieron de la investigación sobre la historia o las situaciones que emergían. 
La apuesta del equipo coordinador fue hacer resaltar los descubrimientos sobre aspectos que se desconocían, para emprender la posibilidad de otra mirada. En una primera etapa se publicó, en un número especial de la Revista Con-spirando (Nº 45 de diciembre de 2003), una síntesis de diez de los textos producidos por los equipos locales de Argentina, Bolivia, Brasil, Cuba, Concepción y Santiago de Chile, Ecuador,Guatemala, Perú y Uruguay.

En este libro, además de incorporar la versión completa de estos diez trabajos, se agregaron dos textos: la investigación de Venezuela y un capítulo sobre la Virgen de Guadalupe, que aunque no forma parte de las investigaciones de la red de Con-spirando, pensamos que era necesario incluirla porque es uno de los casos emblemáticos en que la Virgen María cristiana reemplaza a una diosa indígena.

Lo subjetivo de la Virgen

En esta investigación potenciamos lo subjetivo, preguntándonos por el significado de aquello que hemos aprendido, presenciado y vivenciado en el caso de las fiestas marianas. Sabíamos que las subjetividades son personales y colectivas a la vez, y que hay una esfera afectiva, anidada en el sentir, y otra intelectual, anidada en el pensamiento. 
En las subjetividades que nos interesaba recoger había un enfoque de género ya explorado en las EEEE. Centramos la importancia de esta investigación colectiva, realizada en red, en la necesidad de reunir una subjetividad de género que tiene una manera propia de valorar las Vírgenes y que es producto de un proceso de reflexión colectiva, surgido en las Escuelas y profundizado por los grupos de cada país.
Constatamos que esta conciencia de género es reflexiva y surge de la comparación entre la mirada religiosa y dogmática aprendida y una visión cuestionadora, surgida de la vivencia significativa acerca de lo “femenino” que estas imágenes proyectan.
Esta mirada sobre la subjetividad se pautó con una Guía para la reflexión del grupo local, para ser utilizada una vez que hubiesen reunido y analizado colectivamente la información.

Teníamos como supuesto que esta investigación y el fruto de su información pudieran generar alguna “vivencia significativa” en las mujeres que componen los equipos locales. Elaboramos así las siguientes preguntas: ¿Cuál es la vivencia significativa que me da este conocimiento? ¿Qué aspectos presentes en la diosa descubierta no están en la Virgen? ¿Qué significa descubrir esta otra historia? ¿Cómo lo veo relacionando estas dos historias con la imagen de mujer que me enseñaron de niña? ¿Cómo han influido estas imágenes en el transcurso de mi vida? ¿Reconozco la historia no oficial como parte de mi cultura? 

Quiero compartir el sentimiento que ganó por momentos al equipo coordinador, en los que tocamos una profundidad que no tiene palabras; será necesario volver una y otra vez a esa riqueza del trabajo reflexivo de los equipos locales, a sus aspectos amplios y simbólicos, y reconsiderarlos. Esto nos permitirá reconocer la identidad de cada grupo, pero también nos dará pistas, nos ayudará a disolver modelos que no nos interpretan y a encontrar otros, o simplemente nos dará la posibilidad de hacer otras lecturas. Lo subjetivo en este proyecto pasa por el rescate, por la recuperación de todo aquello que es polisémico –que tiene muchos significados–, donde lo sincrético no es una mezcla compacta y las respuestas son diversas. La reflexión nos llama porque necesitamos referencias pero, ¿cómo desmontar eso que traemos desde hace tantos siglos, y cómo otorgar significado a lo que aflora?
La idea no era probar que han existido diosas en América Latina, ni la existencia de otras deidades, sino mostrar la evolución de aquellas imágenes sagradas, según las necesidades de una cultura o una sociedad, y también cómo se superpone un símbolo sobre otros según los intereses de los poderosos en resignificar lo sagrado. Para eso queremos rescatar, desde las subjetividades, una nueva mirada que será un gran aporte en el camino de redescubrir nuestras raíces y nuestra identidad. 
Quisiéramos decir que las historias alternativas no siempre son como queremos, y no todas ayudan a la liberación de género, ya que el patriarcado como organización social también fue parte de la América precolombina. 
Cada grupo local manifestó una forma de abordar lo subjetivo, producto de su conciencia histórica, y esto lo recogemos como su aporte, que no deja de estar ajeno a un conflicto de tensión con la historia oficial. 
Finalmente, el restablecimiento de una espiritualidad propia de las mujeres es parte de un complejo entramado de valores, prácticas y significados que caracterizan la cotidianeidad de sus vidas. Poder dialogar sobre esta base nos ayuda a potenciar un proceso de transformación en el cual, a partir de la propia configuración de una espiritualidad educada con símbolos impuestos y entregada jerárquicamente, se localiza el punto de tensión para las mujeres, y podemos re-significar esa espiritualidad mediante un proceso de búsqueda y creación que es el primer paso dado por esta investigación. 

Verónica Cordero
 Equipo coordinador 
del proyecto de investigación 

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